P.d.V Blue
Howl se apartó el cabello del rostro dejando ver sus preciosos ojos azules que mostraban su confusión por encontrar a una señora desconocida en su casa, cocinando su comida, esclavizando a su fuego (cosa que solo hacia él) y tan pancha como Pedro por su casa. Lo normal de todos los días.
-¡Soy una desconocida!- exclamó con Sophie con fuerza y continuó con su labor de cocinar el desayuno con aires de indiferencia, aunque podía notar como estaba algo tensa. Quizás era por miedo a que le robase el corazón o por tener a semejante Adonis en frente suya.
-Dice que se llama Sophie.- Tomó la palabra Michael sin esperar que la vieja dijese algo.- Llegó anoche.
-¿Cómo ha conseguido que Calcifer se incline?
-¡Ella me obligó!- El nombrado saltó indignado, aunque su voz salió lastimera y ahogada por estar debajo de la sartén.
-No mucha gente es capaz de hacer eso.- ¿Cómo que no?¿Y yo estoy pintada o qué cosa?- A Calcifer no le gusta que nadie cocine sobre él excepto yo.
Podía notar como el semblante de Howl se ablandó ligeramente, casi con cariño, y apartó a Sophie para agarrar la sartén con una de sus largas mangas enrollada en su mano y en la otra tenía una espátula de madera que esperaba que estuviese limpia.
-Dame tres lonchas de beicon y ocho huevos, por favor, y el motivo por el que estas aquí.- Estiró la mano donde tenia la espátula a la espera de recibir esos huevos.
La maldecida se quedó unos segundos observando la joya que colgaba de su oreja y le fue pasando lo mandado uno a uno. El teñido los cascó contra el borde de la chimenea con una sola mano y arrojó las cascaras entre los troncos, donde Calcifer parecía comérselas con mucho deleite. Cuanto arte tiene este tipo, por Apolo.
Yo también observé aquel pendiente al mismo tiempo que llevaba mi mano izquierda a mi oreja del mismo lado, más específico al mismo objeto que observaba. El contacto de mis dedos con la fría joya, provocó que mi ceño se frunciese ligeramente por no poder sentir la nostalgia que se supone que debería sentir.
-¿Que por qué estoy aquí?- La voz de Sophie volvió a sacarme de mis pensamientos, cosa que agradecí en mi interior. No sería bueno que me perdiese estas escenas tan bonitas.- He venido porque soy la nueva limpiadora, naturalmente.
-¿Ah, si?- Preguntó Howl sin hacerle apenas caso, muy centrado en su tarea de hacer el desayuno.-¿Quién lo dice?
-Yo lo digo.- Afirmó la mujer con firmeza y sin dejar lugar a reproches. Mira el tamaño de esos ovarios.- Seré capaz de limpiar la porquería de este castillo, aunque no pueda limpiar tu alma de maldad, jovencito.
-Howl no es malo.-Interrumpí su conversación con una sonrisa gentil y Michael me dio la razón asintiendo con la cabeza.-No hace falta limpiar nada de él. Quizás su narcisismo oculto, pero nada más.
-Claro que lo soy.- Me contradijo con una sonrisa, puede que le haya divertido mi comentario.- Ahora mismo estoy siendo malísimo, Blue.- Apuntó con su barbilla a Sophie mientras alejaba la sartén de Calcifer.- Si tantas ganas tienes de ayudar, buena mujer, saca unos cuchillos y tenedores y haz sitio en la mesa.
Me levanté de la silla del rincón donde estaba y fui a ayudar a despejar la mesa mientras Michael sacaba los taburetes de debajo de esta. Había muchos libros de magia, pergaminos y botes de tinta con plumas dentro, tantos que me costó un poco apartarlos sin dañar nada. Irene, Diosa de la paz, ayúdame a no matar a estos descerebrados por no cuidar los libros.
Pude observar de reojo como Sophie dejaba su bastón en el cuarto de escobas y como repetía una y otra vez que se iba a quedar un mes de prueba, buscando la confirmación del dueño del castillo para comprometerlo. Solo logró que la ignorase
-Platos, Blue, por favor.- Agarré los cuatro platos más limpios que pude encontrar en el armario y los coloqué en el sitio de cada uno, seguida por Howl que repartió el desayuno. Una loncha de baicon y dos huevos para cada uno.
Que conste que solo le hice caso porque hoy no me ha ignorado. Parece ser que el tener una figura anciana le volvía más respetuoso hacia mi.
Michael repartió los tenedores, y puede que alguna cuchara, y todos desayunamos en paz y armonía. El mago, manejaba los cubiertos con elegancia; el aprendiz, comía con efusividad como si no hubiera un mañana; y la anciana, miraba el cubierto con ojo crítico. Yo comía despistadamente porque mi atención estaba en uno de los libros abiertos de la mesa.
Este capitulo trataba sobre la transformación de humano a animal y los pasos a seguir. Muy interesante.
-Me parece que tienes algo en el bolsillo, Sophie.- El silencio fue roto por Howl, lo que hizo que la atención los presentes fuese hacia él, la mía incluida.
La nombrada, algo confundida, metío su mano en uno de los bolsillos de su triste vestido y para su notable sorpresa tenía un papelito rectangular de color rojo con un extraño dibujo. Y justo cuando la mano de Howl fue a agarrarlo, algo parecido a un choque eléctrico evitó que lo tocase y cayese en la mesa dejando el dibujo tallado en esta.
-Humm, esto no es bueno para la mesa.- El oji azul observó lo provocado unos segundos con una sonrisa calmada y colocó su mano sobre esto para hacerlo desaparecer. Nunca borró su sonrisa.
La sorpresa y la confusión era palpable en el más joven y la más mayor por lo sucedido, con solo ver sus caras lo notaba. Yo solo pensaba en el daño que se tuvo que haber echo al notar como se agarraba la mano.
-Necesito agua caliente, Calcifer.- Fue lo único que comentó mientras se iba al piso de arriba a uno de sus típicos baños de belleza.
-Wow.- Michael y Sophie se giraron a verme por haber roto el silencio en el que estábamos sumergidos.- Eso ha sido muy épico, no lo neguéis.
En ese momento tres golpes provenientes de la puerta resonaron en toda la sala interrumpiendo la posible respuesta del peli naranja.
-¡Puerta de Kingsbury!
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•||La bailarina ambulante||• El Castillo Ambulante
FanfictionBlue, una chica misteriosa que llega a Ingary como la mejor bailarina del reino, se encuentra cara a cara con el mago mas teñido...quiero decir, mas temido del lugar. También se encuentra con una enérgica señora, que antes era joven, limpiando el ca...