Caminando de forma rápida en el atardecer, dos personas (una mujer adulta y una niña) van dejando atrás lugares rocosos, un acantilado a orillas de un océano bravo, y se adentraban sigilosamente a los sembradíos comunes. Un panorama hermoso donde se ven cuerdas rectangulares, unas al lado de las otras, sembradas de distintas plantas; sus colores son distintos y de lejos parece una obra hecha a propósito. Pero no es de esto que se cuidan las viajeras, si no de los capataces. Cada cuadrante tiene su "mita" (trabajador a cargo), también tiene su policía armado vigilando que se cumpla el "mita" y que nadie esté haciendo otra cosa que trabajar la tierra, vigilando que nadie escape de su contribución. Es un paisaje lo mismo que hermoso, peligroso. Temiendo alarmar la guardia de cualquiera de los cuadrantes, después de observar bien, sin querer crear alarma, caminan al borde del precipicio detras de unos arbustos. Todo para evitar ser detectadas.
Hija- ¡Mamá no dejes que te vean!
Madre- ¡Shh! (le pide silencio intentando que no las detecte nadie en el área mientras busca como continuar con su jornada por algún lugar seguro)
(ambas continuaron caminando un poco rápido y agachadas)
Hija- Mamá, estamos levantando del polvo del camino.
(después de intentar no correr para evitar ruidos o rastros, ambas tienen que detenerse por estar a punto de ser vistas por algún mita. Al parecer un guardia detectó algún movimiento, buscando si había alguien en donde estaba su sospecha. Al notar que sus sospechas no eran ciertas continúa sus labores. Hasta que en algún momento uno de los trabajadores ve una parte de la cabeza de la mujer y grita señalando: "¡alguien libre!". Inmediatamente la madre agarra a la chica y comienzan a correr rápidamente. Detrás iban dos guardias armados que pronto piden refuerzos.)
Hija- ¡Mami, mami! (señalando un bosque a lo lejos)
Madre- ¡Vamos! (corre ahora en dirección al lugar señalado por su hija lo más rápido que pueden).
(con mucha dificultad por la adrenalina, detrás de ellas logran escuchar a dos guardas del mita gritándose entre ellos)
Guardias-"¡Tenemos que alcanzarlas sin disparar; tenemos que interrogarlas!"
(Corriendo sin mirar atrás, y dejando perdidos a sus perseguidores, logran entrar al bosque con relativa distancia. Los guardias se detienen fatigados cuando las ven entrar a tan desolado lugar, se miran para saber si consienten en entrar al lugar. Las chicas ven desde un pequeño espacio de refugio a sus perseguidores para intentar percibir que traman. En seguida ven que los guardias continuarán; se movilizan, desplazándose silenciosamente para poder espiar a quienes las persiguen. Saben que tienen que ser invisibles o sabrá quién lo que les harán.)
Hija- ¿Mamá que hacemos? (pregunta sumamente preocupada)
Madre- Tranquila... (le indica al mirarla fijamente a los ojos y con su índice sobre sus labios)
(los guardias intentan rastrear a las dos libres, pero son inexpertos cazadores, jamás habían entrado a un lugar tan boscoso y naturalmente forestado, se le notaba en sus caras. Mientras estos miran para todos lados sin ningún enfoque, las chicas se mueven sigilosamente como en forma circular, rodeando a quienes las persiguen poco a poco quedando a sus espaldas y con unos metros de distancia. Ya comienzan los guardias a verse temblorosos, preocupados por encontrar y no perder el camino de vuelta. Pero el bosque no tiene vecinos, no tiene amigos ni caminos para quienes lo han olvidado, así que, sin ellos querer admitirlo, están perdidos.
El sol los abandona y el miedo no condona a las personas sin destino definido, y estos guardias lo sienten en sus entrañas. De sentir que perseguían terminan siendo perseguidos, no por los libres, sino por ellos mismos.)
Madre- ¿Ves...? La paciencia siempre paga bien. (Le dice a su hija con mucha seguridad y con tono pedagógico)
-No permitas que tus emociones sean aliados de quienes te persiguen. (diciendo esto en voz muy bajita pues aún están escondiéndose, pero no perdiendo a los guardias de vista)
-En solo unos minutos llegará nuestra amiga, la noche.
(dentro de todo esto la niña observa a quienes ahora desesperan en el bosque y frunciendo el ceño mira a su madre con ojos llenos de pena al escuchar a los guardias, llenos de miedo, gritar llorando)
Guardias- ¡He, he; ayuda, ayuda!
Hija- ¿Mamá qué vamos a hacer?
Madre- Esperaremos un poco más, cuando este más obscuro continuaremos alejándonos poco a poco...
Hija- (halando de la manga de su madre le pregunta) ¿Los vamos a dejar solos aquí?
Madre- No podemos arriesgarnos a otra cosa...
-¡Si!(La niña la mira con sus ojos llenos de sentimiento. Su madre comienza a mostrar una cara de preocupación, piensa que su hija es capaz de delatar su paradero con tal de ayudar a sus perseguidores)
Madre- No podemos hacer nada Nina. (contesta en forma neutral)
Hija (Nina)- Algo podemos hacer, siempre tenemos alternativas.
(su madre la mira sabiendo lo que estas palabras han significado entre ellas)
Madre- Déjame pensarlo. Comoquiera continuamos el primer plan... a menos que cambie de opinión.
(al caer definitivamente la noche las dos se alejan poco a poco, silenciosamente de sus perseguidores, solo una de ellas camina buscando mirar atrás)
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La Pax De las Dos Coronas (Libro #1): La Guerra Escondida
General FictionHan pasado los siglos y ya nadie recuerda como se vivió cuando no gobernaban Las Dos Coronas sobre la superficie de la mayoría de la Tierra. Hay un evento que rompe el silencio de los siglos, una muerte inesperada para un joven, que en sus brazos re...