Las crónicas de Narnia (Peter y tú) [COMPLETA]

Susan Pevensie

Nuevamente, pusimos rumbo a nuestro destino. Pasaron varios días y noches hasta que llegamos a una isla plagada de vegetación.

Esta vez, desembarcamos casi todos y pasamos la noche en la orilla para vigilar el barco.

-¿Vivirá alguien aquí? -pregunta Susan.

-Lo veremos mañana, majestad -dice Drinian-. Lo mejor será que descansemos en tierra firme trás tantos días en la mar.

Hicimos una hoguera y nos repartimos por la arena. Caspian durmió lo más cerca posible de Susan. A su vez, esta se tumbó pegada a su hermana y a la pequeña Gael. Por otra parte, Drinian y Edmund se tumbaron cerca de Eustace para vigilar que no se escapase.

-Peter -le llamos y se sienta a mi lado.

-¿Qué ocurre?

-¿Te gustaría que me fuera a tu mundo?

El rubio se sorprendió y se pegó más a mi.

-Me harías muy feliz, pero qué pasaría con Caspian.

-No estaría solo si le enco trásemos una reina -miro a Susan.

-No puedo dejar que se quede.

-Se quieren aunque ella se haga la dura, y no puedes interponerte.

-Pero tal vez no volvería a verla. Ni siquiera sé cómo es posible que estemos aquí.

-Porque hice un trato con Aslan.

-¿De qué?

-No puedo decírtelo, pero podrías sacar tus propias conclusiones.

Me tumbo detrás de una piedra grande para que no me moleste la luz de la fogata y a mi lado se pone Peter.

-No puedo renunciar a mi familia. Tú no dejaste a Caspian.

-Porque me necesitaba.

-Y Susan me necesita.

-Susan ya no es una niña. Ha crecido y, si no se queda aquí con Caspian, se irá a casa de otro hombre en tu mundo y creará su propia familia.

Resopla y me da la espalda, así que aprovecho y me abrazo a su cintura. Él me agarra la mano y acaricia el dorso.

-¿Y si me quedase yo?

-Me temo que eso no es posible.

-¿Por qué? -se gira y quedamos cara a cara- Adoro Narnia y te adoro a ti.

-Si te quedases también te alejarías de tu familia.

-Nos quedaremos todos. Lucy y Edmund prefieren Narnia antes que Inglaterra y la casa de Eustace.

-¿Y qué hay de él? No crees que le interrogarán al saber que sus primos han desaparecido.

-Todo son problemas -suspira y cierra los ojos.

-Todo no. Ahora estás aquí agarrándome la mano.

-Y besándote.

-¿Qué?