━★Twinkle Park━★

5. Café con leche

Trabajar para G.U.N era más que aburrido, era agotador, triste, apagado. Amy lo odiaba, pero debía fingir que podía con eso, después de todo fue su idea unirse. 

Llevaba semanas trabajando ahí, le dieron un puesto en una oficina donde debía encargarse de papeleos y datos de computadora. Extrañaba mucho su vida de la acción, pero debía aprobar unos exámenes para poder ser aceptada por los comandantes y enviada a misiones. Cuando le dijeron de abandonar su fiel martillo prefirió hacerse hacia atrás y seguir con esa simple y aburrida vida en la oficina.

"¿Por qué estás aquí?" Le preguntó Shadow luego de verla tres días seguidos en el cuartel.

"Es una larga historia..." Sonríe ella con el uniforme femenino de G.U.N y con las púas recogidas en un rodete. De seguro Shadow no la había reconocido los primeros días, o eso quiso pensar Amy.

Ella era una eriza muy terca y orgullosa, tenía que admitirlo al menos para ella misma. Era ridículo que esté trabajando para G.U.N, después de todo ese tiempo luchando libremente contra el mal, sin ningún comandante, ningún jefe, solo ella, su martillo, y sus amigos ¿Por qué decidiría trabajar en un lugar como ese? Pues todo comenzó con una discusión con Sonic, que se hizo innecesariamente grande, y juró exageradamente no volver a luchar a su lado nunca más. Aún así quería luchar contra el mal y pensó que trabajar para ellos sería una forma. 

Pasaba los días en G.U.N lamentándose, pero no tenía el valor para ir y retractarse, tampoco podía salirse tan fácilmente, luego de lo que le costó probarse a sí misma que podría hacerlo. Una vez incluso fanfarroneó con el team Sonic con su supuesto gran puesto de trabajo, fue una pequeña victoria para ella, aunque no era tan genial como lo hacía ver.

Lo bueno es que a veces veía caras conocidas, más que nada Shadow, porque Rouge no estaba mucho por ahí, tampoco le importaba ya que ellas no se llevaban bien del todo.

"¿Qué tal, Shadow? ¿Cómo te fue en tu misión?" Saludó amistosamente cuando lo encontró en un pasillo. El erizo siguió de largo, sin siquiera mirarla. "Okey... creo que estás ocupado ¡Hablamos luego!"

"¡Hey! ¿Recuerdas cuando nos conocimos? Cuando te abracé creyendo que eras Sonic... jajaja sabía que algún día me reiría de eso" Pero Shadow volvió a ignorarla y seguir de largo, lo que hacía a Amy tragarse las palabras y fingir que no le importaba.

"¡Shadow! Qué bueno verte, estaba pensando en ti" Intentó otro día, pero Shadow apenas le miró mientras tomaba su café. "Verás, encontré un chao de color negro y ¡adivina como lo llamé! " Comenta entre risas, deseando poder tener una charla con él, extrañando mucho conversar con alguien de manera amistosa, luego de lo sucedido no podía ir y hablar con su equipo, y el nuevo trabajo ni tiempo le daba para hablar con Cream. "Lo llamé Shadow" Comenzó a reír pero al ver que no le causó nada de gracia y se alejaba de ella paró. "¡Oye espera! ¡Era broma! ¡Se llama Carbocín!" Intenta alcanzarlo pero él logra desaparecer de su vista.

"¡Buenas tardes Shadow! ¿Cómo te va en la vida de la aventura? Seguro rompes muchos robots... jaja" Shadow suspira y dispuesto a irse Amy le toma del brazo deteniéndolo. "El comandante me mandó a decirte que vayas a su oficina que tiene asuntos que hablar contigo..." Shadow se suelta del brazo y se va a donde le llamaban. La eriza toma aire y lo suelta en un bufido que mueve un poco su flequillo.

Mientras tanteaba en su oficina con su birome personalizada y llena de colores, miraba por la ventana el bonito día que hacía, y ella desperdiciándolo. En ese denso lugar cualquiera podría amargarse como Shadow. En lo que llevaba ahí simpatizó con algunos compañeros de trabajo, pero ninguno llegó a ser tan cercano como Shadow lo era para ella, y eso es decir poco porque Shadow apenas le decía una letra, la "H", la cual es muda.