Chōros: amor de arraigo

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No podía seguir lamentándose por el pasado, por la muerte de sus hermanos y madre, debía aceptar que no fue su culpa lo que pasó esa noche. Muzan los hubiese matado de igual manera estuviera él o no.

Pero una cosa es decirlo y otra es pensarlo y dejar de castigarse por lo sucedido.

Seguía creyendo que tal vez si él hubiese estado en ese momento en su hogar ya estaría muerto y Nezuko sería un demonio que probablemente mataría a cualquier humano.

Sin importar cuánto se esforzara Urokodaki no podía dejar de culparse, el seguiría cargando con el dolor de no haber estado con su familia esa noche; no pudo protegerlos, no pudo consolar o calmar a sus hermanitos en sus últimos momentos y tampoco pudo despedirse de ninguno.

Había abandonado su casa, un lugar donde vivió toda su vida, por generaciones completas, el lugar donde vivió felizmente con su familia.

Ya no tenían un lugar al que llamar hogar, ningún lugar al cual volver cuando termine sus misiones.

Tal vez es su castigo por sobrevivir, vivir hasta sus últimos días vagando de un lugar a otro sin tener un lugar al que volver.

Por un momento recordó cómo en este último año y medio a estado con Urokodaki, el les brindó un cálido lugar donde dormir, no rechazo a Nezuko aún sabiendo su condición, les brinda todo lo que necesitaban.

Es loco imaginar que todo este tiempo nunca se puso a pensar en el rol que su maestro a estado cumpliendo en su vida, simplemente se limitaba a pensar que debía entrenar para convertirse en cazador, ayudaba en lo que podía a Urokodaki y en las noches escribía para Nezuko. Sin darse cuenta Urokodaki les brindo un lugar al que llamar hogar.

Un par de lágrimas recorrían su rostro, está exhausto y siente como las heridas de estos 7 días pasan factura, pero no debía parar todavía queda camino para llegar a su "hogar" junto a Nezuko y Urokodaki.

Un par de lágrimas recorrían su rostro, está exhausto y siente como las heridas de estos 7 días pasan factura, pero no debía parar todavía queda camino para llegar a su "hogar" junto a Nezuko y Urokodaki

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La luna se encontraba resplandeciendo en el cielo.

Urokodaki se encontraba inquieto la prueba ya había terminado pero el joven Tanjiro todavía no volvía, comenzaba a preocuparse, tal vez no tendría que haberlo enviado, quizás todavía no estaba listo. Otra perdida le terminaría por destruir su alma.

No, Tanjiro volvería se lo prometió él volvería, además todavía necesitaba averiguar cómo sabía los nombres de sus niños. Lo mejor sería buscar un poco de leña y preparar la cena para cuando esté volviera.

Dejó caer los troncos de leña y corrió hasta los hermanos Kamado, Nezuko llevaba un par de días despierta y Tanjiro acababa de volver de la prueba con un par de heridas pero al menos había vuelto. No pudo contener las lágrimas sus niños estaban bien, hacía mucho que no había vuelto a tener niños en casa, se había acostumbrado a estar solo desde Gyuu y Sabito pero este par le devolvió esa calidez a sus días, ellos se volvieron su familia.

Y él se encargaría de que volvieran a sentir la calidez de un hogar, el amor de una familia. Podían no tener una conexión sanguínea pero eso no impediría que se sintieran como una, este sería su hogar, el hogar de el y sus preciados niños.
 

 

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14 Sabores del Amor (KnY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora