Capitulo 9

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Las semanas pasaron sin ocurrir nada raro. Lisa paseaba a Lovli por las fronteras del bosque, Marisa y Ádrian cuidaban de la casa… Hasta que un día Lisa decidió adentrarse en el bosque sola.

 

- Me voy al bosque, en un par de horas estaré aquí -se despidió Lisa.

- Vale, ten cuidado -le respondió la madre.

La niña se preparó una pequeña mochila con la merienda, un botellín de agua, su teléfono móvil y unos pañuelos. Salió de casa y se adentró en el bosque. Al principio el bosque era bastante abierto y se podía andar sin dificultad alguna, pero a medida que avanzaba el bosque se iba cerrando. Decidió pararse a descansar, sacó su bocadillo y su botellín de agua. Estuvo un cuarto de hora allí sentada, pero al descubrir qué hora era se levantó y siguió andando. No veía nada, así que decidió volver a casa, pero no encontró el camino. Sacó su teléfono de la mochila y lo encendió, pero no tenía cobertura, así que decidió subir a un árbol. Trepo el enorme tronco hasta llegar a un punto donde había un poco de cobertura, así que se apoyó en una rama e intento llamar. Notó la presencia de algo y vio a alguien, no distinguía su figura, pero estaba claro que era un humano. Lisa miraba en todas las direcciones, pero no veía nada, había perdido a la persona, hasta que vio una mancha oscura saltando de rama en rama. La figura se movía ágilmente por los árboles, que eran de un color bastante raro, las hojas eran de una mezcla de verde claro y oscuro, amarillo pálido, naranja apagado… Y, los troncos, los troncos eran de un marrón brillante. De repente Lisa perdió el equilibrio y cayó al suelo sin conocimiento, y una cosa muy rara le pasó. Tuvo una visión…



Ella aún era pequeña, y estaba sangrando en el jardín que tenían en la casa de Barcelona. La niña (Lisa) entró en la casa corriendo hacia su madre.

- Mami, mami, me he hecho pupa-dijo sollozando.

- A ver cariño ven aquí, ¿cuales son las palabras mágicas?-preguntó la madre-repite conmigo: CURATE VELIT-dijo acariciando la herida de la niña mientras unos destellos junto a hilos de luz azules se incrustaban en la herida de Lisa.

- CURATE VELIT-repitió la niña divertida.

- ¡Mira, ya se a curado!-exclamó la madre sonriente.

La niña se fue sonriente porque ya no quedaba ni rastro de la herida. Minutos después un varón adulto entró con una bola de fuego entre los dedos en la estancia donde minutos antes la madre había curado la herida de la hija. El era alto, musculoso. Con pelo oscuro y ojos marrones oscuros.

- Qué te dije sobre hacer magia delante de ella-le interrogó el hombre.

- Es una niña, y además antes o después acabará descubriendo que la magia diamantina está en sus venas.

- ¡¡¡NO!!!-exclamó el.

- Si, Dylánd, la magia es suya, antes o después terminará recordando todo. Recordará todas las veces que le cure una herida cuando era más pequeña, recordará la guerra de magia que hubo en esta casa, recordará qué somos. Y temo que si lo descubre por su cuenta, nos odie. Que tu no la quieras no significa que yo no…-dijo viendo que Dylánd se acercaba.

- No, y si lo descubre le volveré a borrar la memoria-dijo dándole una bofetada- Lisa, cielo ven aqui.

- ¿Que quieres, papi? -preguntó ella.

- Ven, acércate más -dijo poniéndole la mano sobre la cabeza y diciendo una serie de palabras.

- ¡¡¡NO!!!-gritó la madre mientras una bola de fuego se acercaba a Dylánd lanzandolo seguido de meterlo en un agujero que lo llevaría a saber donde- nunca te saldrás con la tuya.

- Volveré -dijo él mientras la oscuridad del agujero se lo tragaba.

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⏰ Última actualización: Nov 23, 2014 ⏰

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