Capítulo 2

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Después de desayunar Lisa fue a recoger algunas cosas de su habitación, tenía que desinflar su puf hinchable, recoger el patinete, meter las muñecas en la bolsa y lo mas importante, tenia que recoger sus fotos, en una aparecía ella sola, con su peluca negra y sus lentillas verdes vestida de carnaval. También metió sus libros y sus cuadernos usados en una caja, al fin y al cabo no los iba a volver a necesitar. Ago le hizo cambiar la mirada de dirección, miró hacia el armario empotrado que estaba al fondo de la habitación. Colgado de él estaba su espejo en el que había peinado y retocado todos los días. Miro fijamente y observó su liso pelo de color castaño, y sus ojos del mismo color. Se dió cuenta de que tendría que tirar varias cosas porque no podría llevalas todas.

Uno por uno pasaron los 37 días que había del 14 de junio al 21 de julio. Por fin llegó el día de ir al aeropuerto a que el avión privado les recogiese. Ádrian había cancelado el viaje de vuelta y había informado de su mudanza. Salieron de casa cargados de maletas, bolsos y toda clase de mochilas que luego casi no cabían en el maletero del coche y en el camión que llevaba las cosas pesadas. Salieron de Barcelona dirección aeropuerto muy ilusionados por el repentino viaje de mudanza a Los Ángeles, y cuando llegaron al aeropuerto no se lo podían creer, ¡se iban a mudar de verdad!

Lisa subio al avion con calambres en la boca de tanto sonreír, pero desafortunadamente el viaje de ida se le hizo larguísimo, intento entretenerse con todo, jugando a las cartas, pintando, leyendo, escuchando música, mirando las nubes… pero nada, los nervios le podían. De repente una voz sonó diciendo que se sentaran en sus asientos porque el avión empezaba a descender. En ese momento a Lisa los nervios se le subieron tanto que casi revienta de la ilusión. Sentía una mezcla de agobio, nervios, felicidad e ilusión, todo junto. El avión tocó suelo por fin, las puertas se abrieron, la familia empezaban a bajar del avión y de repente estaban con sus maletas en frente del alquiler de coches. Alquilaron uno  y se subieron en el. Sabían que tenían que cuidarlo muy bien porque no era suyo.

Ádrian llamó a un amigo para saber donde estaba el hotel en el que estarían una temporada hasta encontrar una casa que les gustase.

Ádrian paró el coche en el lado derecho de la carretera y miró hacia el mismo lado, había un hotel muy bonito, por fuera por lo menos, estaba adornado con flores, un cartel con luces y mucho más. Vajaron del coche, cojieron su equipaje y entraron al hotel. Ádrian fué el que pregunto por el hotel. Tuvieron mucha suerte, porque habían acertado con el hotel a la primera. Cogieron la llave de la casa y llevaron parte del equipaje, no iban a llevarlo todo si en menos de un mes se iban a mudar. Entraron a la casa, era preciosa, tenía jarrones, mesas, mesillas… todo lo que se necesitaba (excepto comida y bebida) para vivir allí toda una vida. Deshicieron parte de las maletas y se sentaron a hablar tranquilamente. Planearon que es lo que iban a hacer en esa casa, limpiar,ordenar, planchar, comprar… Marisa y Ádrian en parte se dedicaron a buscar una casa en buenas condiciones y a la que poder entrar a vivir. Vieron y leyeron muchas ofertas, pero ninguna especial hasta que Lisa propuso:

- ¿Y si vivimos en las afueras, cerca de los bosques? Así será  como si viviésemos como antes en Barcelona, rodeados de naturaleza y el autobús vendría a recogerme -dijo Lisa poniendo euforia en las últimas cinco palabras.

- Si, podría ser, a ver… -dijo Ádrian buscando en el ordenador- ¡si! hay una casa fantástica y no muy cara a las afueras, esta cerca del bosque y en frente de la casa hay una parada de autobús.

- Ahora solo tenemos que ir a verla por dentro, y si nos gusta comprarla y luego instalarnos. Habríamos hecho un gran adelanto con la mudanza.

- Si, voy a mirar si alguien mas la quiere, cuánto dinero ofrecen por ella y cuando son las visitas -dijo el padre volviendo la cabeza hacia la pantalla del ordenador.

La casa estaba en venta, si, pero nadie quería comprarla, y cuando fueron a verla dos días después, descubrieron por qué nadie quería comprarla, estaba vieja, con las paredes llenas de mo y con el suelo arañado, pero Marisa seguía viendo un gran potencial en ella, decía que pintando las paredes y poniendo un suelo nuevo estaba todo arreglado. Una semana después compraron la casa, y arreglaron el problema del mo y el del suelo. La casa estaba lista para entrar a vivir, pero la familia Mathway quería mejorarla, poner muebles, lámparas, calefacciones…

Tres días después terminaron todas las reformas, y justo a tiempo, porque les echarían del hotel al día siguiente. Recogieron toda la ropa que tenían y la llevaron al coche, devolvieron la llave de la casita del hotel y se fueron a su recién renovada casa. Lo primero que hizo Lisa al entrar fue ir a buscar su nuevo dormitorio. Los tres aún no se lo podían creer, se habían mudado, su casa de Barcelona ya la habían vendido, y en menos de dos semanas se habían mudado a Los Ángeles. A toda la familia le hacía mucha ilusión vivir en otro sitio, pero Lisa se pasó lo que le quedaba de vacaciones estudiando inglés, aprendió mucho en esos días, pero aún le faltaba mucho para hablar bien. La escuela empezaba en pocos días, y ya tenía todo preparado, la mochila, la tarjeta del autobús, el uniforme de la escuela… Pero lo que más preparado tenía era su presentación en inglés, para cuando tuviese que presentase delante de la clase. También había estado investigando sobre su nueva escuela, tenía muchos alumnos, muy buenos profesores, y cada alumno tenía una taquilla en el pasillo central.

Cronicas de las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora