Andé de un lado a otro mordiendo mis uñas. El idiota de Ethan no venia y yo me estaba empezando a desesperar. Nunca me había dejado sola y ahora lo estaba. Lo estaba, como aquella noche. Di una patada a un cubo de basura por allí cerca. Maldecí todo lo que se podía maldecir en la tierra.
Estaba sola y eran las 5:00 de la mañana.
Acabe sentándome en el bordillo de la acera a esperar. Miré alrededor; todos se habían ido ya, pero yo no me iría ¿por qué? Porque no se vivir sin Ethan.
Cogí mi móvil y le envié el mensaje número 17 a Ethan
"Por la mierda Ethan, estoy sola, sabes que lo odio. Llevo esperandote 2 jodidas horas. Ven ya por favor"Se podría decir que era un mensaje un tanto siniestro donde paso de la ira a suplicar, sin embargo, a estas alturas me daba igual; como si viniera el mismo Zeus a traspasarme con un rayo.
Apoyé mi cabeza en mi manos y mis codos en mis rodillas soplando por enésima vez en la noche. Miré una vez mas al frente esperando que llegara con su gorra y esos andares suyos. Pero no. Lo único que me encontré fue mi amarga e inquietante enemiga soledad.
Él lo sabia. Sabia que mi mayor miedo era estar sola y joder, se sentía realmente mal que él lo supiera y me estuviera haciendo esto.
Maldecí en mi mente y apoye mi cabeza en mis piernas. "Estará haciendo algo importante. Tranquila. Vendrá enseguida, iréis a casa y dormireis juntos y abrazos como siempre" me repetía a mi misma eso una y otra vez. Sin embargo todo salio al revés:
Esperé...esperé...esperé...
Levanté la cabeza de mis piernas cegándome con los rayos del sol. ¿Donde coño estaba? ¿Todo había sido una pesadilla?
Pero no. Ahí seguía. En el mismo callejón y en el mismo sitio.
Tenía tantas esperanzas a que él viniera y me explicase algo, que no pensé que aquí iba a estar aun mas sola que en casa. Lo estaba. Ya me daba igual.
Recogí mi bolso del suelo y arreglé mi pelo. Hacia tanto frío que la cazadora que llevaba encima no me resguardaba y era normal, estábamos en pleno noviembre. Para mi suerte unas gotas cayeron en en mi nariz haciendo que mirara arriba y viera los nubarrones que se avecinaban en L.A. ¿Que problema tiene conmigo el karma?
Andé por minutos largos y helados. Estaba calada hasta los huesos y pareciera que mis dientes iban a romperse en cualquier momento de tanto tiritar. Quise morir cuando un coche me mojo aun mas.
-¡Idiota!- me dio igual que volviera y me dijese algo.
Mi pelo había vuelto a sus ondas normales y mi ropa estaba encharcada. Perfecto todo.
Por un momento creí que no llegaría sin una hipotermia a casa pero lo hice y agradecí al cielo por hacer que lograra eso.
Saque malamente la llave de mi bolsillo empapado y abrí la puerta. La cerré y allí me lo encontré. Tirado en el sofá viendo la televisión y comiendo una tostada.
Hice ruido con la llave dejándola en la mesa y conseguí su atención.
-Dios mio An...-se levantó deprisa con intención de tocarme
-Como me toques me encargaré personalmente de que te quedes manco- hablé firmemente intentando no romperme en frente de él. Tirité y trate de subir las escaleras, pero él cogió mi mano- ¡He dicho que no me toques!- grité tanto que creo que me oyeron en todo el vecindario.
Me metí en la bañera e intenté relajarme. Cuando salí me puse el pijama y me acosté. Me importaba una mierda que fuera pleno día.
Me acurruqué en la cama y me di cuenta de algo.
Estaba sola. De nuevo.
Oí como abrían la puerta de mi habitación y una parte de la cama se hundía
-Anais pequeña- acarició mi brazo. No le respondí- Mirame An- no lo hice. Pero su fuerza hizo una presión en mis caderas y me dio la vuelta encontrándome con esos ojos mieles que me volvían loca -Yo...-
-No tienes que darme explicaciones-le interrumpí- es tu vida...- me calló pasando su mano por mi mejilla
-Tu eres mi vida- tragué en seco y me hundí en su pecho disfrutando de su calidez. Esa que me entregó siempre -Te quiero. Lo siento... -negué con la cabeza.
-No pasa nada...- sonreí y le abracé. Habia pasado una noche sin él. Una noche sin él es mucho.
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Bad Girl {The Begining}
RomanceCada cosa requiere tiempo. Cada segundo que corre las cosas cambian, alguien en alguna parte de la tierra cambia algo de su vida, algo que tiene oxidado y hace que su vida se convierta en una repetitiva rutina. ¿A quién vamos a engañar? Lo viejo can...