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Suspiré con pesadez sintiendo como el aire secaba mi boca en el proceso y mi cuerpo caía sin delicadeza alguna sobre la comodidad de mi cama, solo tenía ganas de dormir un buen rato y despertar hasta que me dijeran que habíamos debitados los nueve y éramos un grupo super exitoso y yo era millonario, sí eso era buena idea.

Me estiré un poco sobre el material del colchón escuchando como algunos de mis huesos crujían, dormir, necesitaba dormir, y lo hubiera logrado si no hubieran tocado la puerta del dormitorio justo cuando mis ojos se estaban cerrando, definitivamente iba a matar a alguien hoy.

Con toda la pereza y molestia del mundo me separé de mi preciosa cama poniéndome de pie para ir hasta la puerta y ver quién era tan cruel como para interrumpir mi momento de descanso.

— Min ¿Qué haces aquí?- alcé una ceja confundido al ver al mayor recargado contra el marco de la puerta y una sonrisilla avergonzada tirando de sus labios.

— Sé que estos días probablemente he actuado como un idiota, pero ¿Aceptarías salir por un helado con este idiota que solo quiere protegerte?- No sé si el cansancio o mi vergüenza era lo que no me permitía sonreír como un tonto en aquellos momentos, Lee tenía una habilidad para hacerme sentir tan cohibido en cuestión de nada, le odiaba por eso.

— ¿Chocomenta?

— No me importaría tener que comer un helado con sabor a pasta dental solo para tenerte contento-

Esa noche no pude dormir tanto como hubiera querido, pero no cambiaría las salidas con Hyung por un par de minutos más de sueño.

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