— Hyuuuuuung- estaba arrastrando las palabras tratando de ponerle más dramatismo a mi intento de quejido— ya no quiero caminar- hice un puchero, sabiendo que el chico que me miraba con fastidio y a punto de perder la paciencia no sería tan duro y cruel conmigo por ese pequeño gesto— me duele la espalda, las piernas, el cuello, la vida el alma-Okay, tal vez sí estaba exagerando, pero realmente me sentía muy cansado en esos momentos, había sido una semana bastante pesada, y el que nos hubieran hecho salir dos horas más tarde de la escuela solo empeoraba mi estado de ánimo.
El pelinegro simplemente bufó, antes de colocarse de espaldas frente a mí, mientras se agachaba un poco.
— Sube, te llevaré el resto del camino- mis ojos brillaron y puedo decir que lo amé en ese momento, sonreí ampliamente antes se subirme a la espalda del mayor con cuidado, rodeando sus caderas con mis piernas y abrazando sus hombros, buscando no colgarme de su cuello y lastimarlo. — Agárrate fuerte Minnie, no quiero que caigas-
Su voz sonaba cálida, siempre sonaba así cuando estaba conmigo, aunque yo había comprobado que él no solía ser así, casi siempre utilizaba un tono seco cuando hablaba con la demás gente, pero hacía su esfuerzo para no ser tan tajante conmigo y apreciaba eso.
— Gracias Hyung- murmuré mientras Lee se levantaba y comenzaba a caminar conmigo abrazado a él como Koala.
Me aferré más a su cuerpo, acercando mi rostro hasta su cuello, recargandome ahí mientras me limitaba a aspirar el olor a frutas que su perfume desprendía, me gustaba aquel aroma, era relajante.
Poco a poco mis párpados comenzaron a pesar y cualquier sonido se escucha a muy lejano a mí, sacudí varías veces mi cabeza tratando de no quedarme dormido en ese momento.
— Duerme un poco, lo necesitas- sentenció calmado, fue lo único que necesité antes de quedarme dormido aferrado por completo al chico que me cargaba.
Lee Minho fue la primera persona a la que pude considerar un verdadero amigo desde que había llegado a JYP
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Fiksi Penggemar-Me gustas.- fue lo que salió de sus labios, entonces fue mi turno de atragantarme con la gaseosa a causa de la sorpresa.- Para mí siempre te vez lindo, ¿puedo seguir diciéndote este tipo de cosas? me siento cómodo haciéndolo. Busqué algún indicio d...