Cecilia
Volvimos a casa en el auto de un primo de los mellizos. Marcos iba delante, y nosotras y Manuel detrás. Nos bajamos y nos despedimos de los muchachos con un beso en la mejilla.
—Esta ha sido la mejor noche de mi vida. — dijo Micaela suspirando.
Las tres nos reímos y nos abrazamos, mientras Coral ya estaba abriendo la puerta de la casa. Subió derecho a la habitación, sin decir absolutamente nada. Nosotras por nuestro lado organizamos las bolsas de dormir y después bajé a por pochoclos, para ver Guerra de Novias en mi habitación. Una vez que la película terminó nos quedamos charlando sobre cosas sin sentido hasta quedarnos dormidas.
Me desperté por un rayo de sol que dio justo en mi ojo. Bostecé y me despabilé, las chicas seguían dormidas. Miré el reloj, que marcaba las 10:27 am. Sin hacer mucho ruido salí de la habitación y bajé para preparar un desayuno. Mi hermana se encontraba en la cocina tomando su chocolatada cuando entré.
—Buenos días. — saludé.
—Buen día.
—¿Cómo la pasaste ayer?— pregunté bajando el pote de galletas.
—Podría decirse que bien ¿Y vos?—
—Excelente, me divertí mucho.
Puse el pote sobre la mesa y saqué tres tazas de la alacena. Busqué la leche y el jugo de naranja y lo dejé también.
—¿Sabes dónde está el chocolate?— pregunté.
—Allá. — contestó mi hermana señalando un punto.
—Gracias.
—De nada.
Dicho eso se retiró y subió a su habitación. Se estaba comportando súper extraño. Lo pensé bien y en esos últimos días no habíamos cruzado palabras prácticamente. Tenía que hablar con ella, no se veía como la Coral de siempre.
Subí a la habitación y Mica ya estaba levantada, con cara de desorientada. Me reí por su cara y ella me miró frunciendo el ceño.
—¿Qué? — preguntó.
—Nada.
—¿Dónde está el baño?
—Por el pasillo la primera puerta a la izquierda.
—Gracias. — dijo tomando su bolso.
Me senté sobre mi cama a esperarla, y a los pocos minutos de que se fue Mady despertó. Me miró y sonrió.
—Tengo hambre.
—¿Qué no puedes estar sin comer?— pregunté medio riendo.
—Nop, eso es imposible.
Nos reímos las dos y yo le tiré un almohadón. Llegó Mica cambiada y bajamos las tres a desayunar. Mica tomó mate cocido y Mady y yo chocolatada. Nos comimos casi todas las galletas del tarro, dejando solo las de vainilla.
—Esto es discriminación. — dije tratando de encontrar alguna galleta de chocolate.
—Discriminación a los blancos.
—Pasa que las de vainilla son más feas, merecen ser discriminadas. — dijo Mica bebiendo el ultimo sorbo.
—Tienes razón. — concordé.
En ese momento mis hermanitos irrumpieron en la cocina con un balde y un paquete de bombuchas de agua. Lo apoyaron en el suelo y comenzaron a llenarlas y atarlas. Lisa las llenaba de agua y Rodri las ataba y dejaba en el balde.

ESTÁS LEYENDO
Borrador
RandomLA HISTORIA CORREGIDA SE ENCUENTRA EN LA CUENTA @AzulMuroRosa. Cuando Cecilia y Coral(dos mellizas prácticamente opuestas) deben mudarse de ciudad, se confiesan cosas que les hacen ver su viaje como una nueva oportunidad. ¿Qué ocurriría, si de un dí...