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𓄷 Jimin ha estado enamorado de Jungkook desde la primaria, pero ese omega de ojos avellanas y faldas rosa esta enamorado de otro alfa. Nunca ha interferido y siempre ha admirado al omega desde la lejanía, escondido entre las sombras.
Pero to...
El pequeño alfa pelinegro se acerco a la puerta de la gran casa y llamo, su madre lo observaba desde el viejo auto estacionado en la acera.
— ¡Hola, Jimin!¡Que bueno que viniste! — saludó eufórica la señora Jeon.
— Hola — contestó tímido el alfa, su estómago le dolía por los nervios.
— Pasa cariño, los demás cachorros están en el patio trasero. Jungkook no ha parado de preguntar cuando vendrías.
La omega rió y luego de que Jimin ingresara, se dirigió a la cocina. El azabache se acerco lentamente al patio y observo el lugar.
Todo era rosa.
Eso lo hizo sonreír. A Jungkook le gustaba mucho el rosa y él lo sabia, por eso le había traído un pequeño osito de peluche rosa que encontró en su casa como regalo y le había hecho una tarjeta decorada con pequeños corazones y flores rosa.
El patio estaba repleto de alfas, omegas y betas que conocía de la escuela. Sin embargo, nunca había hablado con nadie.
— Ho... hola, Taeil — saludó cohibido el pelinegro.
— Ey, ¿Qué es eso? — dijo el otro alfa para luego arrebatarle de sus manos la bolsa rosa con los regalos de Jungkook — ¿Que es esto?¿Basura?.
Taeil rió y tiro el viejo peluche al suelo, para luego pasar a leer la tarjeta.
— ¡No, dámela!¡Taeil, devuélveme la tarjeta! — gritó Jimin luchando por arrebatarle el papel al otro.
— "Querido Kook, eres tan bonito, gracias por invitarme a tu cumpleaños. Me gusta cuando tomamos jugo de manzana juntos... "— Taeil leyó la tarjeta en voz alta y soltó una carcajada — ¡Qué horrible tarjeta!
— ¡Basta, Taeil! —exclamó el pelinegro y golpeo al alfa en su estómago, haciéndolo caer de espaldas
— Lo... lo siento...
Jimin tomó la tarjeta y el peluche y se acercó a Taeil para ayudarlo pero este lo empujó apenas lo tuvo enfrente, su ceño estaba fruncido.
— Tu tarjeta es fea, tu peluche es feo y Jungkook también va a pensar que son feos y que tu eres feo — habló Taeil mirándolo a los ojos — Nunca vas a poder ser amigo de Jungkook y nunca nadie te va a querer. Nunca vas a tener un omega, porque eres pobre y feo.
Taeil le saco la lengua y se fue corriendo, dejando a un Jimin triste atrás. El pequeño alfa salió de la casa y entro al auto de su madre, la cual aun no se había marchado. Jimin agradeció secretamente eso y se limpió las lagrimas que recorrían su rostro.
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Era viernes por la tarde, Seokjin y él se encontraban en las duchas de la escuela. El entrenamiento había terminado ya hace una hora, pero Jimin tuvo que quedarse un rato más porque ahora era mariscal.
