♥ Quinto acto: Jugo ♥

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Naoko suspiró mirando la botella de jugo de cereza natural

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Naoko suspiró mirando la botella de jugo de cereza natural. Había puesto todo su esfuerzo sacando pepita por pepita de las malditas frutas. Lo dejó en el congelador un rato para que al llevarlo a la academia estuviese frío para su crush.

La pelirroja llevaba una bolsita de esas que usan para hacer helado con un poco de ese jugo sin congelar, por seguridad. Sabía que podría terminar tirándoselo en la cara sin querer.

Caminó hasta la clase 1-A, buscando con la mirada al bicolor que la sacaba de quicio—. Todoroki. —Lo vio con una joven, esa que la tenía hasta la coronilla desde la infancia—. Pequeña hija de puta —saludó cordialmente.

—Eres tan desagradable —respondió la morena de nombre Agatha.

—Me importa un pene, perra. —El bicolor las miró a ambas.

—¿Qué quieres? —preguntó a Naoko.

—Sabes por qué estoy aquí —dijo con simpleza, tratando de no matarlo.

—No me interesas. —Su corazoncito se hizo trizas, la morena sonrió victoriosa mientras la joven de orbes celeste aguantaba las ganas de romperle el hocico.

—Vete a la verga —lanzó la bolsita en la cara de Todoroki y fue a buscar a su amigo—. KATSUKI.

—QUÉ MIERDA QUIERES. 

—El termostato de mierda no se merece mis imbecilidades quédate está basura. —El jugo que tanto te costó hacer cayó en las manos del rubi. Naoko se marchó, desquitándose con todos los que se cruzaran en su camino.

El rubio cenizo miró el jugo y bufó, en el fondo le tenía cariño a la Nakamura. Se conocían de infancia después de todo—. BASTARDO MITAD-MITAD —llamó el rubio. El bicolor mantenía la vista fija en dirección de la salida, por donde Naoko había pasado, esperando que volviera, aunque sabía que eso no pasaría.

—¿Qué quieres?

—Esta mierda requiere paciencia —dijo lanzándole el jugó. Shouto lo atrapó, suspiró mirando la botella y probó el jugo, que efectivamente estaba muy rico. 

Sintió el arrepentimiento recorrer su cuerpo, decir que esa mujer no le interesaba era una vil mentira.

Sintió el arrepentimiento recorrer su cuerpo, decir que esa mujer no le interesaba era una vil mentira

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Cerezas para Shōto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora