Capítulo 24

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En una semana tuve que cambiar mi nombre, y acostumbrarme al asignado en cubierto: saldado MG.

He estado entrenando más, y me he dedicado cada vez más a la lucha cuerpo a cuerpo.

He estado trabajando con Beete, en armas que se llevara el equipo que ira al capitolio, principalmente en el arco de Katniss. Es hermoso, del peso de una pluma, y lo mejor es que yo he estado trabajando con ello y el, solo me ha dado indicaciones.

— ¿Cómo saldrás hoy? — me pregunta Plutarch

— tendré que introducirme dentro del aerodeslizador antes que todos, tal vez con una capa que me tape. Beetee ha estado fabricando una espada por si yo la llegara a ocupar. Se supone que hoy en la noche trabajare con él, así que me dará tiempo de tomar la espada.

— Pensaste en todo— hace una pausa y saca algo de su bolsillo— toma— me pone un auricular en el oído y un broche en mi playera— esto te ayudara a comunicarte con tu base asignada por si algo se complica y viceversa. — Toma mi muñeca y me pone un reloj digital— no da solo la hora. Lo configure, tendrá tu posición y un mapa del capitolio con sus zonas de seguridad— me mira

— gracias

— te veo en una hora y media— yo asiento

Hasta ahora no me he topado con un obstáculo para que todo vaya bien. Hago en función mi plan y por lo menos la parte de las espada ya está cubierta nadie se dio cuenta cuando Salí con ella. Mi capa negra me cubre toda de pies a cabeza. Plutarch me fue a despedir y me dio un lugar donde nadie pondría atención

— está bien, antes de salir repasemos el plan. Equipo estrella iremos a recorrer al Capitolios desde su afueras hasta llegar al centro. Mientras que el soldado MG va a realizar otra operación.

— Nunca nos informaron de su participación— comenta Cressida

— Fue de último momento, Plutarch me acaba de avisar, tiene una misión especial— le responde, y al parecer mi camuflaje sirve a la perfección

El viaje no duro tanto como lo imagine. Al llegar todo el equipo se juntó y yo tome otra ruta ya era tarde, demasiado a decir verdad.

— ¡¿alguien ha visto a Megan?! — Los gritos de Haymitch y Beetee me aturden— ha desaparecido al igual que su arma. ¿Dónde está?

— no está en nuestra base— le responde otra voz— ni con nuestro equipo, ya revisamos y no sobra nadie

— ¡niña escurridiza ¿Dónde está?!

¡Aquí! Diría, si la situación se prestara, pero no. Ahora me tengo que comportar como la persona madura que tomo la decisión de venir aquí.

Camino dirigiéndome a mi destino, la casa de Jonathan. Doblo esquinas y camino por las brillantes cuadras, que a pesar de ser de noche, las calles brillan, por sus colores, cada vez más, conforme más te adentras.

Lo único que me lamentaba era que su casa me quedaba al otro lado del Capitolio y para ello tendría que pasar, la mansión, mi antiguo hogar.

Mientras caminaba jugueteaba con mis dedos, recorriéndolos alrededor de mi cinturón, que sostenía la funda de mi espada. Pasaba mis dedos por su mango y los botones que posee y por el cinturón.

— Señorita— una voz me llama por atrás

El hombre se pone frente a mí, y por sus botas puedo decir que es un agente de la paz.

— ¿Qué hace sola a esta hora? Y más el día de hoy

— Mis padres me mandaron a la casa de mis tíos, y me perdí— respondo sin levantar la vista

— ¡la encontré! — Me hace brincar la voz de Haymitch, por el auricular— ¡Megan Everdeen, como llegaste hasta haya! ¡Alguien vaya a buscarla!

— ¿quiere que la lleve a la casa de sus tíos? — pregunta el agente de la paz

— ¡Megan! ¡No lo hagas! ¡Megan no te muevas! — gritan en el auricular

De igual manera si me quedo o no, estaré muerta

— claro, es la familia. Hershon

— No está muy lejos — se da la media vuelta, dirigiéndose a una patrulla simple, de vigilancia

— ¿Dónde la ubicaste Haymitch? —pregunta Katniss, por el auricular

— soldado MG, ¿no te dice nada? — le pregunta

— Megan, no te muevas. Vamos en camino— me grita Katniss

— ¿Viene? — me pregunta el agente

— sí, claro

— ¡Megan! — grita Haymitch, casi desgarrándose la garganta

— ¿ha dicho algo? — pregunta el agente

— no, nada

— Está bien—me dice abriéndome la puerta del copiloto— entre

Antes de entrar al auto, tiro mi auricular y lo piso, al igual que la grabadora

El viaje es largo, a mi parecer ya que mis nervios lo hacen ver así

— Ya llegamos— me dice —antes de todo

— ¿sí?

— ¿cuál es su nombre?

—Katherine Hershon, para servirle

— gracias

Se levanta y me abre la puerta. Yo salgo- me escolta hasta la puerta y toca el timbre. A mi sorpresa abre Jonathan

— ¿señor Hershon? —pregunta el agente

— si ¿Qué desea? —responde Jonathan

— De casualidad se le perdió algo— dice señalándome, levanto la vista hasta sus ojos. Y él los abre como platos al verme

— si mi………..—se queda con las palabras en el aire

— Prima—a completo—su prima

— claro. Gracias por traerla, ya me había preocupado.

Y entro a la casa.

Make It Possible (los juegos del hambre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora