Capítulo 5

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Al día siguiente era sábado.

Yo llevaba tres noches quedándome con Tobin hasta después de las doce y había decidido que sólo un holocausto nuclear conseguiría sacarme de la cama antes de que estuviera preparada.

Cuando me desperté a las ocho, me tapé bien con la sábana y volví a cerrar los ojos.

Eso duró aproximadamente quince minutos, hasta que noté que el colchón se hundía al sentarse otra persona en el borde.

Abrí un ojo.

Era Julie.

—Esto no es Kansas —le dije con voz adormilada— Aquí no hay gallos.

—Te traigo café.

Aquello cambiaba un poco las cosas.

Abrí los dos ojos.

—¿Porqué?

—Quiero que me cuentes todo lo que ha pasado entre Tobin y tú.

—¿A las ocho y cuarto de un sábado?

—Tengo que estar en el museo de arte a las nueve —explicó.

Abrí la boca y volví a cerrarla.

Quería volver a dormir más de lo que quería saber por qué tenía que ir al museo a esa hora ridícula.

Chloe entró en la habitación.

—Mamá, Julie está aquí.

Al fin me rendí.

Me senté contra el cabecero y acepté la taza de café que me tendía Julie.

—Todo —repitió ella.

—Tenemos un acuerdo —dije.

Tomé un sorbo de café y esperé a que Chloe volviera a sus dibujos animados.

—Nos vamos a tomar un respiro de citas y compromisos una temporada. La una con la otra.

—Eso ya lo sé. Es lo que ha dicho ella.  Quiero tu versión.

—¿Tobin te ha hablado de esto? —aquello me sorprendía— ¿Y qué te ha dicho?

—Que le hubiera gustado que se le ocurriera antes.

—Eso no está mal —decidí.

Julie sonrió.

—Hacen muy buena pareja. Siempre lo he dicho.

—Sólo es un acuerdo.

—Llámalo como quieras. A esa mujer le encantas.

Me atragante un poco con el café.

—Estarán así un tiempo —pronosticó Julie— Después se enamorarán locamente y cuando quieras darte cuenta, Chloe le dirá mamá, planearán cómo tener bebés y si tu lo llevaras.

—No todo el mundo quiere tener muchos hijos — dije con rapidez— Además, ya soy mayor para eso.

—No lo eres.

— Seguramente no ocurrirá así —dije con suavidad, para no decepcionarla— Creo que ella no quiere volver a recorrer ese camino. Si se le ocurre, será con alguien que la tome por sorpresa y la lleve al altar antes de que haya tenido tiempo de salir huyendo.

—Eso también es romántico, pero tú te quedarías fuera.

—No importa —mentí— Lo que hacemos ahora está muy bien.

Prohibido Enamorarse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora