La Cenicienta del E

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N.Kayano:

Desperté mejor que otros días me bañé con agua caliente, desayuné deliciosos panqueques, hice un poco de ejercicio y además creo que por fin hoy Naguisa me confesará lo que siente o sí no yo se lo diré, le pedí ayuda a Manami y Yukiko para que me ayuden a escoger la ropa que me pondré hoy pero por mientras alistaré el regalo de Naguisa.

- Etto qué color debería ser el moño? ¿Azul cielo o azul marino? rayos!

                     📲{Ring Ring}

- ¿Bueno?.

- Kayano-san.

- Naguisa!

- Lo siento solo quería avisarte que pasaré por tí a las 7:00
¿Está bien?

- S si claro estaré lista!!

- Ok espero poder verte.

- Yo también quiero verte.
*
*

-Bu bueno muchas gracias, hasta al rato!

- Hi adiós!!
Mmm ahh quisiera que Naguisa fuera un poco más romántico aunque...sigue siendo igual de tierno como cuando lo conocí jiji.

                         {Din Dong}

- Ya voy!!

🚪

- Ah Yukiko-chan!

- Buenos días!

- Pasa, todavía es muy temprano para que me arregles son las 2:00 p.m.

- Lo sé pero quería pasar tiempo con alguien más que no fuera otra enfermera.

- ¿De verdad sigues trabajando?

- Sólo tengo dos meses de embarazo no es mucho, además no es de alto riesgo.

- Y Sugino-kun ¿cómo lo toma? Siéntate por favor.

- Bien de echo me cuida mucho pero dice que sí trabajar me hace feliz el no tiene porqué oponerse siempre y cuando no me mal pase.

- Yo me lo imaginé complaciendo todos tus antojos y cuidándote demasiado, como la mayoría de los padres primerizos.

- Yo le pedí que no lo fuera que me dejara hacer mis cosas con normalidad ¡hasta pensó en dejar el béisbol! Por cuidarme.

- Enserio!! De verdad que lo tienes enamorado.

- Pero le dije que si el dejaba el béisbol yo me pondría triste, porque el ama hacer eso al igual que yo amo mi trabajo o tú con la actuación.

- Quieres que sonría haciendo lo que más ama, te entiendo yo...cuando mi nee-san vivía, me dolía en el alma ver que se esforzó demasiado por su trabajo en el laboratorio y por querer ayudarlos a ustedes a aprender, pero lo aceptaba porque aunque mis padres la comprometieron con alguien tan cruel nunca perdió su sonrisa al hacer lo que más le gustaba.

- No quiero ser la culpable de que mi esposo pierda esa chispa en su sonrisa.

- Y no lo serás creeme, esa vida que llevas dentro de tí lo hace ser el hombre más feliz del mundo en estos momentos.

Una historia dividida pero unidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora