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Era sábado por la mañana y me di el lujo de despertarme más de las diez y media. Me levanté y lo primero que hice fue revisar mi celular. Me sorprendió tener muchos mensajes pendientes de los cuales eran de mis amigos. Ellos querían decirme que hoy había partido de futbol americano por lo que la salida se quedó suspendida. Seguía revisando todos mis mensajes pendientes hasta que me encontré uno borrado de Silas. Lo cual me dejó con la intriga o tal vez pensó que ese mensaje era una buena prueba para demostrar que me estaba acosando.
Debería de no pensar en él y continuar con mis planes: Terminar la escuela e ingresar a la universidad. Silas me había hecho una atrevida propuesta, lo cual eso me ponía en reales aprietos en todos los sentidos.
Había visto muchas películas con esa temática, pero siempre alguien termina lastimado y yo no quería ser ese alguien. Se supone que los adolescentes somos impulsivos con sus emociones y solo les importa vivir el momento, pero yo no era ese tipo de adolescente. Me tocó madurar un poco más rápido y entender que mis acciones podrían marcar mi futuro. A pesar de que alardeaba con Tori.
Anoche mientras trataba de controlar mi enojo o solo estaba afectada por los efectos del alcohol. Formulé una idea en concreto de porque estaba molesta o incluso asustada. De verdad me gusta Silas. Me gustó todo lo que me hizo, aunque pensar en relaciones sexuales es como tener un espacio vacío en mi memoria. No me acuerdo de los detalles cuando estuve con mi ex, solo el leve dolor en mi feminidad. Anoche que Silas me besó y me toco se sintió agradable, pero el encantó se arruinó cuando dijo que me considera suya. Lo cual no me gusta ser considerada como un objeto.
- Despierta bella durmiente. -Escuché a mi tía hablar en un tono de voz melodioso a la vez que entraba sin pedir permiso. Solo pudo escucharme soltar un suspiro, lo cual puso cara de sorpresa al verme y emocionada me preguntó -¿Por quién estas suspirando?
-Por nadie, solo tengo flojera para levantarme de la cama. -Le respondí, aunque estaba mintiendo y me cubrí la cara con mis propias sábanas. Por lo que ella no tan convencida de mis palabras, se sentó a un lado de mi cama. Sentí mi colchón hundirse un poco.
-¿Y qué tal la nueva escuela? -Me preguntó mi tía.
-Bien, he conocido un grupo agradable de chicos quienes también son amigos de mi primo. -Le cuento un poco de ellos y como eran.
-¿Y cómo es que terminaste en una fiesta de un barrio exclusivo? -Me pregunta mi tía, ella como mi otra tía se involucraban mucho en mi vida.
-Bueno, el equipo de futbol americano y las porristas hacen sus fiestas juntos. Así que los chicos como son parte del equipo me invitaron. -Le expliqué cómo terminamos en esa fiesta.
-A ya veo. ¿Y no has pensado ser porrista nuevamente? -Me preguntó con cierto encanto. A ella le encantaba la idea que fuera una porrista, porque cuando tenía mi edad no pudo serlo.
-No, estoy bien así. Además, me metí al periódico de la escuela con mis nuevas amigas. -Le conté que ya tenía una actividad extracurricular.
