45. ʟᴀ ᴏsᴄᴜʀɪᴅᴀᴅ

452 36 16
                                    

Aly.

-Alyssa...

Me llamó una voz femenina.

Parpadeé y miré con curiosidad todo el lugar. Era el antiguo consultorio de mi psicóloga. Había un espejo de cuerpo entero a un lado donde vi mi reflejo. Era de nuevo la niña de siete años. Las paredes y muebles eran de tonos claros o pasteles, pero el color blanco era lo que más predominaba en todo el consultorio. Lo único colorido eran los juguetes guardados en los estantes y los pequeños cuadros de flores detrás del sillón de mi psicóloga.

-Alyssa, ¿Podemos empezar? -me preguntó en un tono agradable a la vez que tomó asiento en su sillón.

Era mi primera sesión estaba un poco nerviosa. Así que busqué algo que me gustara admirar, como las hermosas muñecas de porcelana.

-Aly, me gusta que me llamen Aly-le pedí.

-Bien, Aly -Hizo una pausa, mientras revisaba su cuaderno negro-Tú padre y tus tías me dijeron que tenías otros apodos. ¿Porque los rechazas?

-Mi hermanito Trevor, era quien los usaba más-hablé con dificultad. Anoche no pude dormir bien, me desperté al oír su voz.

-Comprendo, aún eres una niña y debe ser difícil para ti, perder a tú madre y hermano-habló en un tono comprensible-¿Recuerdas porque estás aquí?

-A mis tías no les gustó verme vestida como un niño y creyeron que me iba lastimar con unas tijeras. Solo quería cortarme el cabello-contesté con la verdad.

-Mi intención es ayudarte a sanar y cuando terminemos, ellas te apoyaran en lo que desees hacer con tú aspecto, ya sea vestirte como un niño o cortarte el cabello-me recordó el acuerdo que hice con mis tías-Ellas quieren que vuelvas a ser la misma niña alegre de antes.

En su computadora, reprodujo un video donde estaba vestida como una princesa. Usaba un vestido con muchas capas de seda rosa y una brillante corona plateada de princesa. Mi cabello era hermoso, mi madre solía peinar mi cabello y ondear mis puntas.

-¿Antes? Para eso ellos deben regresar-hice una pausa-Una parte de mí, me dice que están vivos.

-Exacto, ellos están vivos, pero en tus recuerdos.

-Por eso quiero olvidar-confesé con pesar-Es más fácil para mí hacer lo mismo que hacía Trevor con mi papá y eso lo hace feliz.

-¿Y qué hacían Trevor y tú padre?

-Recolectar flores o hojas, para después disecarlas en un cuaderno y escribir sus nombres y propiedades.

La psicóloga sonrió y seguía observando las muñecas.

-Es una hermosa actividad-Miró hacia atrás-¿Quieres sostener una de ellas?

-No, ya no juego con muñecas.

-Aly, no existe un límite de edad para dejar de jugar con muñecas-me aconsejó-Aquí, quiero que te sientas cómoda.

-De acuerdo, quiero la muñeca de vestido rosa.

La psicóloga me sonrió y le señale que muñeca quería abrazar, era una de cabello marrón, ojos azules y vestido rosado. Después de entregármela. Volvió a tomar sus notas.

-¿Has tenido pesadillas?

Estaba preparada para escribir en su cuaderno.

-Si.

-Cuéntame.

-Soñé que me estaba grabando a mí misma y sonó el teléfono de mi casa. Como estaba sola, contesté la llamada y oí la voz de mi madre. Decía que venía en camino y luego se escuchó un sonido horrible, eran los neumáticos de su auto-resumí mi pesadilla.

¹ Imprimados © (✔) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora