Aly.
-Alyssa...
Me llamó una voz femenina.
Parpadeé y miré con curiosidad todo el lugar. Era el antiguo consultorio de mi psicóloga. Había un espejo de cuerpo entero a un lado donde vi mi reflejo. Era de nuevo la niña de siete años. Las paredes y muebles eran de tonos claros o pasteles, pero el color blanco era lo que más predominaba en todo el consultorio. Lo único colorido eran los juguetes guardados en los estantes y los pequeños cuadros de flores detrás del sillón de mi psicóloga.
-Alyssa, ¿Podemos empezar? -me preguntó en un tono agradable a la vez que tomó asiento en su sillón.
Era mi primera sesión estaba un poco nerviosa. Así que busqué algo que me gustara admirar, como las hermosas muñecas de porcelana.
-Aly, me gusta que me llamen Aly-le pedí.
-Bien, Aly -Hizo una pausa, mientras revisaba su cuaderno negro-Tú padre y tus tías me dijeron que tenías otros apodos. ¿Porque los rechazas?
-Mi hermanito Trevor, era quien los usaba más-hablé con dificultad. Anoche no pude dormir bien, me desperté al oír su voz.
-Comprendo, aún eres una niña y debe ser difícil para ti, perder a tú madre y hermano-habló en un tono comprensible-¿Recuerdas porque estás aquí?
-A mis tías no les gustó verme vestida como un niño y creyeron que me iba lastimar con unas tijeras. Solo quería cortarme el cabello-contesté con la verdad.
-Mi intención es ayudarte a sanar y cuando terminemos, ellas te apoyaran en lo que desees hacer con tú aspecto, ya sea vestirte como un niño o cortarte el cabello-me recordó el acuerdo que hice con mis tías-Ellas quieren que vuelvas a ser la misma niña alegre de antes.
En su computadora, reprodujo un video donde estaba vestida como una princesa. Usaba un vestido con muchas capas de seda rosa y una brillante corona plateada de princesa. Mi cabello era hermoso, mi madre solía peinar mi cabello y ondear mis puntas.
-¿Antes? Para eso ellos deben regresar-hice una pausa-Una parte de mí, me dice que están vivos.
-Exacto, ellos están vivos, pero en tus recuerdos.
-Por eso quiero olvidar-confesé con pesar-Es más fácil para mí hacer lo mismo que hacía Trevor con mi papá y eso lo hace feliz.
-¿Y qué hacían Trevor y tú padre?
-Recolectar flores o hojas, para después disecarlas en un cuaderno y escribir sus nombres y propiedades.
La psicóloga sonrió y seguía observando las muñecas.
-Es una hermosa actividad-Miró hacia atrás-¿Quieres sostener una de ellas?
-No, ya no juego con muñecas.
-Aly, no existe un límite de edad para dejar de jugar con muñecas-me aconsejó-Aquí, quiero que te sientas cómoda.
-De acuerdo, quiero la muñeca de vestido rosa.
La psicóloga me sonrió y le señale que muñeca quería abrazar, era una de cabello marrón, ojos azules y vestido rosado. Después de entregármela. Volvió a tomar sus notas.
-¿Has tenido pesadillas?
Estaba preparada para escribir en su cuaderno.
-Si.
-Cuéntame.
-Soñé que me estaba grabando a mí misma y sonó el teléfono de mi casa. Como estaba sola, contesté la llamada y oí la voz de mi madre. Decía que venía en camino y luego se escuchó un sonido horrible, eran los neumáticos de su auto-resumí mi pesadilla.
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¹ Imprimados © (✔) Terminada
Kurt AdamTítulo anterior: La Imprimación del Alfa Estado: Terminada (Borrador)- Muy pronto, nueva versión. 𝘗𝘢𝘳𝘢 𝘈𝘭𝘺 𝘕𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘦𝘴𝘵𝘶𝘷𝘰 𝘦𝘯 𝘴𝘶𝘴 𝘱𝘭𝘢𝘯𝘦𝘴 𝘮𝘶𝘥𝘢𝘳𝘴𝘦 𝘢 𝘍𝘰𝘳𝘦𝘴𝘵 𝘏𝘪𝘭𝘭, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘦𝘭𝘭𝘢 𝘩𝘢𝘳𝘪𝘢 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘭𝘰 𝘲...