Miércoles, 04 de Agosto de 2010.
Presente.
Era 2010 en el país de Obsiditlant, y las personas solo hablaban de una sola cosa: el famoso circo ambulante de Patrick Saltsman.
O, mejor conocido cómo el "Everglow".
Era un circo que se había ganado la fama entre el público, caracterizado por sus fascinantes juegos mecánicos y por sus extravagantes shows. Dirigidos por su presentador y dueño: Patrick. Todo el mundo quería ir al circo a reírse de los payasos. Subir a sus parques, y ver el espectáculo de fenómenos.
Fue entonces cuando en la noche de ese día, el famoso circo de fenómenos con sus carnavales llegó a la ciudad de Terraburgo y el joven Jimmy Meeker estaba preparado para ir a divertirse.
Cuando llegó vestido con su elegante traje negro al enorme circo repleto de carpas y juegos, se paró en la larga fila que conducía a la tienda de boletos, aferrándose ansiosamente al dinero que sus adinerados padres le habían dado antes de dejarlo en el circo como él tanto quería. Con tan solo trece años, sus padres ya le otorgaban una gran libertad por los caprichos que montaba el joven, y él siempre estuvo listo para las grandes aventuras. Jimmy, apenas podía esperar para obtener su boleto y tener la mejor noche de su corta vida.
«Comenzaré subiéndome en el gusano mecánico.», pensó Jimmy para sí mismo, emocionado. «¡Luego comeré algodón de azúcar y perros calientes hasta que vomite!», él tenía toda su noche planeada en el circo, y ya estaba ansioso por entrar.
La gran fila de personas se movió extremadamente lenta, y entonces, cuando finalmente llegó el turno del joven Jimmy, se horrorizó al ver en la taquilla un cartel que decía: ENTRADAS AGOTADAS.
«Ya no podré subirme a ningún juego, y no podré ver el freak show.», pensó Jimmy con lágrimas en los ojos, con sus esperanzas en el suelo por pasar una gran noche de diversión, y resignado volvió a meter el dinero que tenía en sus bolsillos. No habría borracheras de palomitas de maíz, algodones de azúcar y refrescos. Todos sus planes se habían acabado. «¿Por qué mis padres tuvieron que demorarse tanto en traerme al circo?», pensó el joven cubierto de caprichosas lágrimas.
- Todo esto es su culpa- dijo, mientras fruncía el ceño y miraba fijamente el letrero en la taquilla dorada con enojo-. Todo esto es culpa de ellos- repitió, y apretó sus puños y comenzó a lloriquear saltando una y otra vez con la rabia en su rostro, diciendo-: ¡Los odio! ¡Los odio! ¡Los odio! ¡Los odio!
El joven y caprichoso Jimmy no paraba de saltar y lloriquear dramáticamente, enojado por no poder entrar al circo Everglow. Frustrado, tenía pensado en llamar por el celular a su adinerado padre para que hablara con algún encargado del circo, y le vendiera un boleto. Él no se daría por vencido, y obtendría lo que quería. Él siempre obtenía lo que deseaba, y por eso lo conseguiría.
Tenía pensando en llamar a su padre, pero sus planes cambiaron cuando vio entrar a la taquilla a una persona que llevaba un disfraz de un conejito rosa. Jimmy miró fijamente a aquel desconocido, y el conejo le preguntó con masculina voz suave y refinada cuando se percató de su presencia:
- Disculpa muchacho, ¿pero eres un caballo?
Jimmy con el ceño fruncido, levantó una ceja y confundido respondió meneando con la cabeza:
- No, conejo.
El desconocido con el rostro sonriente de conejo, se acercó más hacia el vidrio de la taquilla para pegar su rostro del cristal, mirar fijamente con ojos enormes a Jimmy del otro lado, y decir divertidamente:
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El circo de horror de Patrick Saltsman ©
HorrorPatrick Saltsman es el dueño de un particular circo ambulante, famoso por sus atracciones divertidas y las risas que te hacían sacar los payasos de allí. Sin embargo, no todo era diversión en el carnaval de las risas, el horror del circo se encontra...