Capítulo 8: Se cierra el telón.

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Sábado, 09 de Julio de 2011.


Había pasado ya un tiempo. Casi siete meses aproximadamente, que el famoso circo Everglow empezó a ser reconocido en todo el país de Obsiditlant, y en muchos otros países de Latinoamérica, y Europa.

El famoso circo de Patrick Saltsman había corrido con mejor suerte en ese nuevo año. Incluso, ya estaban preparándose para irse fuera del país, comenzarían con México, y luego seguirían extendiendo el carnaval a otros países.

Mostrando la magia del Everglow, y ocultando el verdadero horror.

Ya se había planeado la fecha exacta en el que el circo partiría en un gran barco, directo hacia México. Sin embargo, antes de que esa fecha llegase el circense decidió dar un último espectáculo en la única ciudad a la que no había ido jamás, ya que ese lugar le traía muchos recuerdos. Tanto buenos, como malos.

Pero, después de todo Patrick Saltsman sabía que algún día volvería a su ciudad natal: Evotica.

Y ese día había llegado.

Jamás pensó que regresaría al lugar en dónde todo empezó para él, pero no le importó. Él solo había vuelto por trabajo, y por mucha más fama y reconocimiento para su famoso y exitoso circo.

Fue por eso, que enseguida que el Everglow llegó a la oscura ciudad de muchos de los crímenes del país de Obsiditlant: el carnaval se instaló, y abrió sus puertas para el público cuando la noche finalmente cayó.

Esa noche era muy diferente al resto, ya que la luna llena casi sonreía con malicia, y la suave brisa que pasaba susurraba muchas cosas. Además, mucha más gente de lo normal se presentó para comprar entradas para el carnaval, y cuando se agotaron, hubieron personas que saltaron la cerca que rodeaba al circo para aún así ver el famoso espectáculo de Patrick Saltsman.

Hubieron excepciones esa única vez, solo porque el circo se iría en tres días del país, y la gente lo extrañaría bastante. Además, el dinero le sobraba a Patrick hasta por los codos, incluso él llegó a pensar que podría bañarse con todo su dinero en una tina como si fuese la reina de Inglaterra.

Pero nunca lo llegó a hacer, tenía que invertir dinero en el circo, y pagarles a todos sus empleados.

Sin embargo, esa noche el circense no dudó en presentar uno de sus nuevos y extravagantes espectáculos musicales, para abrir el freak show. Mostrando al público un show musical que había planeado, para demostrar que el antiguo Patrick estaba muerto, y que ahora él era una nueva persona.

Cuando el freak show inició, el gran público se abarrotó en la carpa; y aunque hubieron muchos que quedaron parados, no les importó. Cada uno de ellos, moriría por ver el famoso espectáculo.

La multitud entró ordenadamente en fila, entusiasmados por el show, y entonces cuando una vez terminaron de acomodarse en los asientos, y estuvieron listos; esperaron pacientemente a que alguien saliera detrás del telón. La cortina estaba cerrada, y las luces fluorescentes purpuras le daban un tono más misterioso al ambiente, haciendo que las personas se interesasen más en cómo el circense abriría el espectáculo.

De pronto, el público se quedó en completo silencio para intentar escuchar sí se oía algo detrás del telón. Pero, en ese momento una fuerte música melancólica se reprodujo en toda la carpa, y todos quedaron perplejos en sus asientos cuando las cortinas se abrieron repentinamente, y mostraron lo que había del otro lado: un grupo de sexys hombres, que cargaban en sus hombros un refinado ataúd negro; que tenía en medio una fotografía pegada del rostro de Patrick Saltsman.

Cada uno de los bailarines contratados por el circense parecían estar casi desnudos, ya que si no fuese por los zapatos negros que cargaban, y una ropa interior negra bastante sexy; que les hacía resaltar todas sus cualidades masculinas. El público, con las mandíbulas abiertas, pensarían que esos hombres estaban completamente desnudos.

El circo de horror de Patrick Saltsman ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora