Uno no sabe lo que tiene, hasta que lo pierde

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Nunca sentí tanta conexión. Y mira que estuvimos tiempo sin hablarnos para sanar las heridas. Fue volver a verte y todo seguía igual. Sentía como el tiempo no había pasado entre nosotros, y sobretodo que entre nosotros existía la misma química. Nuestra piel se echaba de menos.
De hecho fue coincidencia nuestro reencuentro, y me sentía tan cómoda... Sabía que era mi lugar. Y sabía que acabaría cometiendo alguna que otra tontería. Estuvimos paseando después de acompañar a una amiga a su casa.
Nos metimos en mi coche y me lancé. Ni si quiera me detuve a pensar las consecuencias que acarrearía esta decisión.
Sus besos eran muy fuertes y muy dulces. Se notaba que me había echado de menos. Es más el mismo me lo repitió más de una vez, y yo no lo creí.
Yo me puse a llorar, todos los recuerdos y las sensaciones tan bonitas volvieron a mi mente.
Pero en este momento y actualmente, no me encuentro preparada para tener nada con nadie. Y menos, una persona que ocasionó tanto daño en mi interior y que ahora está empezando a sanar.
Hoy al verle, no sabía como saludarme, y me hizo gracia porque no hizo falta ni saludarnos. Empezamos a hacer el tonto, escuchar música, reírnos y darnos besos... Sentí que el quería darme un beso en un momento y lo rechacé. Y luego, al despedirnos me lance yo, y sin pensarlo el dos veces fue hacia mi con todas sus ganas y toda su ímpetu.
A lo que, desgraciadamente, digo y pienso, muchas cosas que ocurrieron en el pasado. Y a día de hoy es mejor así.

Se lo dije: No esperes, rehaz tu vida.
Yo solo espero que siga mi consejo, porque ahora no tengo piedad. Y hasta que me recupere, seguiré sin ella.

A mi mismaWhere stories live. Discover now