CAPITULO 5: NARFI

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— ¡Ven aquí, pedazo de…! —Thor dejó caer una retahíla de maldiciones que hubiesen avergonzado hasta a un marinero.
Loki abrió unos ojos como platos. No estaba muy seguro de qué le sorprendía más: si el ataque de Thor a Clint o el lenguaje que estaba usando.
Como él no dejaba de darle puñetazos, Clint empezó a defenderse; pero sus
habilidades en la lucha no se aproximaban, ni de lejos, a las de Thor.
Olvidando por completo a Tony, Loki echó a correr hacia ellos con el corazón latiendo desbocado mientras intentaba pensar lo que hacer. No había manera de interponerse
entre los dos hombres que eran mucho más grandes que él, teniendo en cuenta que intentaban matarse el uno al otro.
— ¡Thor, detente antes de que le hagas daño! —gritó la chica que les acompañaba.
El pelinegro se detuvo al escucharla, incapaz de moverse.
¿Cómo es que conocía a Thor?
La mujer daba vueltas alrededor de ambos, en un intento de ayudar a Clint y estorbar
a Thor.
— Cielo, ten cuidado, va a… ¡Ay, eso ha debido doler! —La mujer se encogió en un gesto de dolor, cuando Thor golpeó al tipo en la nariz—. ¡Thor, deja de maltratarle de ese modo! Vas a hacer que se le hinche la nariz. ¡Uf, corazón, agáchate!
Clint no se agachó y Thor le asestó un tremendo puñetazo en la barbilla, que lo hizo tambalearse hacia atrás.
La mirada de Loki pasaba de Thor a la mujer y a Clint con total incredulidad,
anonadado.
¿Cómo era posible que se conocieran?
— ¡Narfi, corazón! ¡No! —gritó la chica de nuevo, agitando las manos frenéticamente
delante de la cara.
Tony se acercó hasta Loki.
— ¿Narfi es Clint? —le preguntó Loki.
Tony se encogió de hombros.
— No lo sé. Pero tal vez eso explique porque come pollo a montones y no engorda.
— ¿Dónde está Balder? —preguntó Thor a Narfi, mientras le agarraba para empujarle
contra la pared.
— No lo sé —le contestó, forcejeando para apartar las manos de Thor de su camiseta.
— No te atrevas a mentirme —gruñó Thor.
— ¡No lo sé!
Thor le sujetó con la fuerza que otorgan dos mil años de dolor y rabia. Las manos le
temblaban mientras le tiraba de la camiseta. Pero aún peores que el deseo de matarle
allí mismo, eran las implacables preguntas que resonaban en su cabeza.
¿Por qué nadie había acudido antes a sus llamadas?
¿Por qué lo había traicionado Narfi?
¿Por qué lo habían dejado solo para que sufriera?
— ¿Dónde está? —preguntó de nuevo Thor.
— Comiendo, eructando; ¡demonios! No lo sé. Hace una eternidad que no lo veo.
Thor lo apartó de la pared de un tirón y lo soltó. Tenía la cara desencajada por la ira.
— Tengo que encontrarlo —dijo entre dientes—. Ahora.
En la mandíbula de Narfi comenzó a palpitar un músculo mientras intentaba alisarse
las arrugas de la camiseta.
— Bueno, dándome una tunda no vas a llamar su atención.
— Entonces quizás deba matarte —le contestó Thor, acercándose de nuevo a él.
Súbitamente, los otros reaccionaron para detenerlo.
Al acercarse a ellos, Narfi se agachó para esquivar el puñetazo de Thor y se interpuso entre éste y sus amigos.
— Déjenlo en paz, chicos —les dijo mientras agarraba al más cercano por el brazo y lo empujaba hacia atrás—. No querrían luchar con él. Háganme caso. Podría sacarles el corazón y hacer que se lo comieran antes de que cayeseis muertos al suelo.
Thor estudió a los hombres con una furiosa mirada que desafiaba a cualquiera de ellos a acercarse. Loki sintió terror ante la ira reflejada en sus ojos. Una ira letal que parecía confirmar las palabras de Clint.
— ¿Estás loco? —preguntó el más alto observando incrédulo a Thor —. No creo que sea capaz de tanto.
Clint se limpió la sangre del labio y sonrió débilmente al mirarse el dedo.
— Sí, bueno. Confíen en mí. Sus puños son como sacos, y tiene la condenada
habilidad de moverse tan rápido que no podrían esquivarlo.
— Además, no es más que una pequeña riña familiar —continuó Clint, con un extraño
brillo en los ojos. Dio unas palmaditas a su amigo en el brazo y soltó una carcajada—. Mi hermano pequeño siempre ha tenido un carácter desagradable.
Loki intercambió una atónita e incrédula mirada con Tony, a la par que ambos se quedaban boquiabiertos por el asombro.
— ¿He escuchado bien? —le preguntó a Tony—. No es posible que sea hermano de Thor. ¿O sí?
— ¿Cómo quieres que lo sepa?
Thor le dijo algo a Clint en nordico que hizo que los ojos de Tony se abrieran como platos y que la sonrisa desapareciera del rostro del dios.
— Si no fueses mi hermano, te mataría por eso.
Los ojos de Thor lo fulminaron.
— Si no necesitase tu ayuda, ya estarías muerto.
En lugar de enfadarse, Clint se rió a carcajadas.
— No se te ocurra reírte —le advirtió con enfado la chica—. Es mejor que recuerdes que es de las pocas personas capaz de cumplir esa amenaza.
Narfi asintió y se giró para hablar con sus compañeros.
— Márchense —les dijo—. Nos reuniremos con ustedes más tarde.
— ¿Estás seguro? —Preguntó el más alto de los cuatro, mirando con nerviosismo a Thor —- Podemos echarte una mano, si te hace falta.
— No, no pasa nada —dijo moviendo la mano despectivamente—. ¿No recuerdan que les dije que tenía que ver a alguien? Mi hermano está un poco molesto conmigo, pero se le pasará.
Loki se apartó para dejar pasar a los vándalos; todos se marcharon, con la excepción de la imponente mujer, que se quedó allí de pie, observando cautelosamente a los dos
hombres con los brazos cruzados sobre el generoso pecho cubierto de cuero.
Totalmente ajeno a él, a Tony y a la mujer, Clint caminó lentamente alrededor de Thor,
dibujando un círculo para poder examinarle atentamente.
— ¿Relacionándote con mortales? —Le preguntó Thor, deslizando una mirada igualmente fría y desdeñosa sobre Narfi—. Vaya, Narfi… ¿es que se ha congelado el Hell desde que me marché?
Narfi hizo caso omiso de sus airadas palabras.
— ¡Demonios! —Exclamó incrédulo—. No has cambiado un ápice. Creía que eras mortal.
— Se suponía que debía serlo pero… —y de nuevo comenzó a soltar improperios, uno tras otro.
Los ojos de Clint comenzaron a brillar, amenazadores.
— Con una boca como ésa, deberías codearte con Hela. ¡Hermanito!, no sabía que pudieras conocer el significado de todo eso.
Thor volvió a agarrar a su hermano por la camiseta, pero antes de poder hacer nada más, la mujer alzó el brazo e hizo un extraño movimiento con la mano.
Thor se quedó inmóvil como una estatua. Por la expresión de su rostro, Loki podía afirmar que no estaba muy contento.
— Déjame, Sygin—gruñó.
_No me llames Sygin, mi nombre mortal es Laura.
Loki abrió la boca por la sorpresa. ¿Sygin? ¿Sería posible?
— Sólo si prometes no volver a golpearlo —contestó ella—. Sé que no tienen la mejor de las relaciones, pero respeta el hecho de que me guste su cara tal y como está, y que no soporte que le des un solo puñetazo más.
— Li-bé-ra-me —volvió a decir Thor, recalcando cada sílaba.
— Es mejor que lo hagas, Sygin —le dijo Narfi—. Está siendo amable contigo, pero puede librarse de ti mucho más fácilmente que yo, gracias a mami. Y si lo hace, acabarás herida.
Sygin bajó el brazo.
Thor liberó a su hermano.
— No te encuentro para nada gracioso, Narfi. Nada de esto me resulta gracioso. Y ahora, dime dónde está Balder.
— ¡Maldita sea! No lo sé. Lo último que supe de él es que estaba viviendo en el sur de Francia.
A Loki le zumbaban los oídos ante la información que estabadescubriendo. No podía dejar de mirar a Clint y Laura. ¿Sería posible que Clint sea Narfi?
¿Y sería familia de Thor? ¿Sería posible tal cosa?
Captó la mirada ávida y encantada de Tony.
— ¿Quién es Balder? —le preguntó Loki.
— Un dios fálico de la fertilidad que siempre se ha representado totalmente empalmado —le susurró.
— ¿Y para qué lo necesita Thor?
Su amigo se encogió de hombros.
— ¿Porque quizás fue él quien le maldijo? Pero entonces aquí habría algo muy divertido: Balder es hermano de Clint, por tanto, si Clint es hermano de Thor, hay bastantes posibilidades de que éste y Balder también lo sean.
¿Condenado a una eternidad como esclavo por su propio hermano?
El simple pensamiento lo ponía enfermo.
— Llámalo —le dijo Thor con tono amenazador a Clint.
— Llámalo tú. Yo estoy fuera de juego para él.
— ¿Fuera de juego?
Clint le respondió en nordico.
Con la mente totalmente embotada por todo lo que estaba sucediendo, Loki decidió interrumpirlos y ver si conseguía algunas respuestas.
— Perdóname pero, ¿qué está pasando aquí? —le preguntó a Thor—. ¿Por qué le
has golpeado a Clint?
Él lo miró con regocijo.
— Porque me apetecía mucho.
— Muy bonito —le dijo Clint lentamente a Thor, sin ni siquiera mirar a Loki —. No me ves desde hace… ¿cuánto?, ¿dos mil años? Y en lugar de darme un abrazo fraternal y amistoso, acabo aporreado. —Clint sonrió jocoso a Laura—. Y mami se pregunta por qué no me relaciono más con mis hermanos…
— No estoy de humor para aguantar tus sarcasmos, Narfi —le advirtió Thor entre dientes.
Clint resopló.
— ¿Es que no vas a dejar de llamarme por ese nauseabundo nombre? Jamás he podido soportarlo, y no puedo creer que te guste, dado lo mucho que odiabas a los vikingos. Ahora llámame Clint.
Thor le dedicó una fría sonrisa.
— Lo utilizo porque sé lo mucho que lo odias, Narfi.
Clint apretó los dientes y Loki notó que se contuvo a duras penas para no abalanzarse sobre Thor.
— Dime, ¿me llamaste tan sólo para molestarme? ¿O hay algún otro motivo, más productivo, que explique mi presencia?
— Para serte sincero, no pensaba que te molestaras en venir, puesto que me has ignorado las últimas tres mil veces que te llamé.
— Porque sabía que ibas a pegarme —dijo Clint señalándose la mejilla hinchada—; y lo has hecho.
— Y entonces, ¿por qué has acudido esta vez? —inquirió Thor
— Para serte sincero —contestó, repitiendo las palabras de Thor—, asumía que estabas muerto y que me llamaba un simple mortal cuya voz era muy similar a la tuya.
Loki observó cómo las emociones abandonaban a Thor. Como si las hirientes palabras de Clint hubiesen matado algo en su interior. A él también parecieron afectarlo, ya que se veía más calmado.
— Mira —le dijo a Thor—, sé que me culpas de lo que pasó, pero no tuve nada que ver con lo que le sucedió a Amora. No tenía forma de saber lo que Balder iba a hacer al descubrirlo todo.
Thor hizo un gesto de dolor, como si Clint lo hubiese abofeteado. Una agonía arrolladora se reflejó en sus ojos y en su rostro. Loki no tenía ni idea de quién era la tal Amora, pero parecía bastante obvio que había significado mucho para Thor.
— ¿Ah, no? —le preguntó Thor con la voz ronca.
— Te lo juro, hermanito —contestó Clint en voz baja. Lanzó una rápida mirada a Laura
y de nuevo se centró en Thor—. Nunca tuve la intención de hacerle daño, y jamás quise traicionarte.
— Ya —dijo él con una sonrisa burlona—. ¿Y esperas que me lo crea? Te conozco demasiado bien, Narfi. Te encanta causar estragos en las vidas de los mortales.
— Pero no lo hizo contigo, Thor —le dijo Sygin con voz lastimera—. Si no le crees a él, confía en mí. Nadie quiso que Amora muriera de esa manera. Tu madre aún llora sus muertes.
La furiosa mirada de Thor se endureció aún más. Mientras que Loki ahogo un grito con
su mano, no podía ser cierto, la mamá de Thor era Frigga eso significa que ella lo obligo a tener sexo.
— ¿Cómo soportas hablar de ella? Frigga estaba tan celosa de ti que intentó casarte con un hombre horrible, y después casi te mató para evitar que te casaras con Narfi.
Para ser la diosa del Amor, no tiene mucho para los demás, todo lo malgasta en ella misma.
Sygin apartó la mirada.
— No hables así de ella —le espetó Clint—. Es nuestra madre y se merece nuestro respeto.
La siniestra ira que reflejó el rostro de Thorhabría aterrorizado al mismísimo diablo, y Clint se encogió al verla.
— No te atrevas jamás a defenderla delante de mí. Sabes lo que la muy maldita me obligo a hacer, así que no quiero ni que la menciones.
Fue entonces cuando Clint notó la presencia de Loki y de Tony.
— Oh, chicos que bueno verlos
— ¿Clint de verdad eres el dios del amor? —Pregunto Loki- vaya era muy difícil de creer de una persona que tenía un altar donde adoraba al pollo.
__Pues sí, pero es una larga historia Loki, te la contare pronto-dijo revolviéndole el cabello.
El rostro de Thor adoptó una expresión dura y fría.
— ¿Cómo se conocen?-pregunto
—Eso no te importa hermanito-respondió Clint con sorna y es que le gustaba ver molesto a su hermano. Y sabia que tocar a Loki era algo que le molestaba.
— Aún no me has dicho por qué es tan importante para ti echarle el guante a Balder- dijo alejandose
La mandíbula de Thor se tensó.
— Porque me maldijo a pasar la eternidad como un esclavo, y no puedo escapar.
Quiero tenerlo delante el tiempo suficiente para empezar a arrancarle partes del cuerpo que no puedan volver a crecerle.
Clint perdió el color del rostro.
— Hermanito, lo hubiera castrado si hizo eso. Mami le hubiese matado de haberse enterado, no fue mami yo supe que después que paso todo el momento incestuoso que tuvieron, ella se dio por vencida y te dejo libre.
— ¿En serio crees que voy a creerme que Balder me hizo esto sin que ella se enterase? No soy tan estúpido, Narfi. A esa mujer no le interesa nada lo que pueda ocurrirme.
Clint negó con la cabeza.
— No empieces con eso. Cuando te ofrecí sus regalos me dijiste que me los metiera
por mi orificio trasero. ¿Te acuerdas?
— ¿Por qué lo haría? —Preguntó Thor con sarcasmo—. Bor me expulsó del Palacio Dorado después de mi nacimiento, y Frigga jamás se molestó en discutir la decisión.
Sólo se acercaba a mí para torturarme de algún modo. — Thor miró a Clint con furia asesina—. Cuando a un perro se le golpea con frecuencia, acaba volviéndose agresivo.
— Vale, lo admito. Algunos de nosotros podríamos haber sido un poco más condescendientes contigo, pero…
— Nada de peros, Narfi. No hicisteis nada por mí, ni una puñetera vez. Especialmente ella.
— Eso no es cierto. Mami jamás superó que le dieses la espalda. Eras su favorito.
Thor resopló. Vaya que lo era pero no iba a recordar esos momentos horribles de su vida.
— ¿Y por eso he estado atrapado en un libro los últimos dos mil años?
Loki sufría por él. ¿Cómo podía Clint escucharlo tan tranquilo, sin ni siquiera pensar en usar sus poderes para liberar a su hermano de un destino peor que la muerte? No era de extrañar que Thor les maldijera. Súbitamente, Thor cogió una daga del cinturón de Clint y se hizo un profundo corte en la muñeca.
El jadeó de miedo, pero antes de poder abrir la boca, la herida se cerró sin haber derramado una sola gota de sangre.
Clint abrió los ojos de par en par.
— ¡Demonios! —jadeó—. Ésa es una de las dagas de Frey.
— Ya lo sé —le respondió Thor mientras le devolvía el arma—. Hasta tú puedes morir si te hieren con una de éstas, pero yo no. Hasta ahí llega la maldición de Balder.
Loki contempló el horror en los ojos de Clint al ser consciente de la magnitud de lo ocurrido.
— Sabía que te odiaba, pero jamás pensé que caería tan bajo. ¿En qué estaba pensando?
— No me importa lo que pensara, sólo quiero librarme de esto.
Clint asintió. Por primera vez, Loki vio simpatía y preocupación en su mirada.
— Muy bien, hermanito. Paso por paso. No te vayas muy lejos mientras voy a buscar a mami y veo lo que tiene que decir al respecto.
— Si me quiere tanto como dices, ¿por qué no la llamas para que venga aquí y hablo
directamente con ella?
Clint le miró pensativamente.
— Porque la última vez que mencioné tu nombre, estuvo llorando durante un siglo. Te hizo mucho daño.
Aunque la apariencia de Thor seguía siendo rígida y distante, Loki sospechaba que, sufria demasiado
— Lo consultaré con ella y volveré en un momento —le dijo mientras pasaba un brazo alrededor de los hombros de Laura—. ¿De acuerdo?
Thor alargó el brazo, cogió el colgante que Narfi llevaba al cuello y tiró de él con fuerza.
— De este modo me aseguro de que regreses.
Clint se frotó el cuello; parecía bastante malhumorado.
— Ten mucho cuidado. Ese arco puede ser muy peligroso si cae en las manos equivocadas.
— No temas. Recuerdo muy bien cómo duele.
Ambos intercambiaron una mirada cargada de significado.
— Nos vemos —se despidió Clint dando una palmada, y junto con Laura, se desvaneció entre los vapores de una neblina dorada.
Loki retrocedió un paso, con la mente en ebullición. No podía acabar de creerse lo que había presenciado.
— Debo estar soñando —murmuró—. O eso, o he visto demasiados episodios de
Xena, la princesa guerrera.
Permaneció muy quieto mientras se esforzaba por digerir todo lo que había visto y oído.
— No puede haber sido real. Debe ser algún tipo de alucinación.
Thor suspiró con cansancio.
— Me gustaría poder creerlo.
— ¡Oh my god!, ¡Cupido nordico es Clint! —exclamó Tony extasiado—.Narfi. El real.
Ese querubín tan mono que tiene poder sobre los corazones.
Thor resopló.
— Narfi es cualquier cosa menos «mono». Y con respecto a los corazones, se encarga
de destrozarlos.
— Pero hace que la gente se enamore.
— No —le contestó, apretando con más fuerza el colgante entre sus dedos—. Lo que
él ofrece es una ilusión. Ningún poder celestial puede conseguir que un humano ame a otro. El amor proviene del corazón —confesó con una nota apesadumbrada en la voz.
Loki buscó su mirada.
— Hablas como si lo supieras de primera mano.
— Lo sé.
Loki sentía su dolor como si fuese el de el. Alargó el brazo para tocarle suavemente el brazo.
— ¿Eso fue lo que le ocurrió a Amora? —le preguntó en voz baja.
Thor apartó la mirada de Loki, pero el captó el sufrimiento que se reflejó en sus ojos.
— Entonces —dijo Tony pensativamente, mientras se unían a la multitud que atestaba
el centro comercial—, ¿eres hijo de Frigga?
Él lo miró de reojo, furioso.
— No soy hijo de nadie. Mi madre me abandonó, mi padre me repudió y crecí en un campo de batalla asgardiano, bajo el puño de cualquiera que anduviese cerca.
Sus palabras desgarraron el corazón de Loki. No era de extrañar que fuese tan duro.
Tan fuerte.
La asaltó una inquietud: ¿lo habría abrazado alguien con cariño alguna vez? Sólo una vez, sin que él tuviese que complacer a ese alguien primero.
Thor encabezaba la marcha y observaba su andar sinuoso. Parecía un depredador esbelto y letal. Llevaba los pulgares metidos en los bolsillos delanteros de los pantalones, y caminaba totalmente ajeno a las mujeres que suspiraban y babeaban a su paso.
Intentó imaginarse a Thor con la apariencia que habría tenido llevando su armadura de batalla. Dada su arrogancia y su modo de moverse, debía haber sido un fiero luchador.
—Tony —llamó a su amigo en voz baja—. ¿No leí que los asgardianos golpeaban a sus hijos todos los días, para comprobar el grado de dolor que podían soportar?
Thor le contestó en su lugar.
— Sí. Y una vez al año, hacían una competición en busca del chico que aguantase la paliza más dura sin llorar.
— Un gran número de ellos moría por la brutalidad de las competiciones —añadió
Tony—. Bien durante la paliza o por las posteriores heridas.
Loki lo recordó todo de repente. Sus palabras a cerca de ser entrenado y su odio por los Jutun.
Tony miró con tristeza a Loki antes de dirigirse a Thor.
— Siendo el hijo de una diosa, supongo que aguantarías más de una paliza.
— Sí, las soportaba —dijo llanamente, con la voz carente de emociones.
Loki nunca tuvo más deseos de abrazar a otro ser humano como en ese momento.
Quería sostener a Thor entre sus brazos. Pero sabía que a él no le agradaría.
— Bueno —comentó Tony, y por su mirada, Loki supo que intentaba alegrar el ambiente—, tengo un poco de hambre. ¿Por qué no comemos unas hamburguesas en el Burger King?-era raro normalmente Tony no le gustaba comer comida rápida pero seguro lo hacia por Thor.
Thor frunció el ceño hasta formar una profunda V.
— ¿Por qué tengo constantemente la impresión de que hablan en otro idioma? ¿Qué es comer una hamburguesa en el Burger King»?
Loki soltó una carcajada.
— El Burger King es un restaurante.
Thor pareció horrorizado.
— Es muy bueno, en serio, ya verás.
Salieron del centro comercial y atravesaron el estacionamiento en dirección al Burger King.
Afortunadamente, no tuvieron que esperar demasiado antes de que la camarera les buscase una mesa.
— ¡Oye! —dijo un chico cuando se acercaban a la mujer—. Nosotros llegamos antes.
La camarera le lanzó una mirada glacial.
— Su mesa aún no está preparada —y se volvió hacia Thor con ojitos tiernos—. Si es
tan amable de seguirme…
La chica abrió la marcha contoneando las caderas, como si no tuviese otra cosa que hacer.
Loki miró a Tony aguantando la risa, y le indicó con un gesto que mirara a la chica.
— No se lo tengas en cuenta —le contestó su amigo—. Nos ha colado por delante de diez personas.
La camarera les llevó hasta una mesa en la parte trasera.
— Aquí se puede sentar —dijo mientras rozaba ligeramente el brazo de Thor —, y yo
me encargo de que su comida no tarde mucho.
— ¿Y nosotros somos invisibles? —preguntó Loki cuando la chica se alejó.
— Empiezo a creer que sí —respondió Tony, sentándose en el banco situado cara a la pared.
Loki se sentó enfrente, con el muro a su espalda. Como era de esperar, Thor ocupó un sitio a su lado.
Ella le ofreció el menú.
— No puedo leer esto —le dijo antes de devolvérselo.
— ¡Ah! —exclamó Loki, avergonzado por no haberlo pensando antes—. Supongo que no enseñaban a leer a los soldados de la antigüedad.
Thor se pasó una mano por la barbilla y pareció adoptar una actitud malhumorada ante el comentario.
— En realidad sí lo hacían. El problema es que me enseñaron a leer nordico clásico, latín, sánscrito, jeroglíficos egipcios y otras lenguas que hace mucho que
desaparecieron.
Loki se encogió.
Apoyó el brazo en la mesa y, en ese momento, Tony apartó la vista del menú y le miró la mano. Entonces jadeó.
— ¿Eso es lo que yo creo? —preguntó mientras le alzaba la mano.
Para sorpresa de Loki, él permitió que le agarrara la mano y que mirara el anillo.
— Loki, ¿has visto esto?
El se incorporó en el asiento para poder verlo más de cerca.
— No, la verdad. He estado un tanto distraído.
Un tanto distraído, sí, claro.
Aún bajo la tenue luz del local, el oro emitía luminosos destellos. La parte superior era plana y tenía grabada una espada rodeada de hojas de laurel, e incrustadas entre las hojas, había unas piedras preciosas que parecían ser diamantes y esmeraldas.
— Es hermoso —dijo Loki.
— Es un jodido anillo de general, ¿cierto? —preguntó Tony—. No eras un simple soldado de a pie. ¡Eras un puto general!
Thor asintió sobriamente.
— El término es equivalente.
Tony soltó el aire totalmente anonadado.
— Loki, ¡no tienes ni idea! Thor tuvo que ser alguien realmente relevante en su tiempo para tener este anillo. No se lo daban a cualquiera —y movió la cabeza—. Estoy muy impresionado.
— No lo estés —le contestó Thor.
— Apuesto a que eras un magnífico general —dijo Loki.
Thor lo miró, captando la sinceridad con la que había pronunciado sus palabras. Por alguna inescrutable razón, su cumplido le reconfortó.
— Hice lo que pude.
— Apuesto a que les diste una patada en el culo a unos cuantos ejércitos —continuó el.
Él sonrió. No había pensado en sus victorias desde hacía siglos.
— Pateé a unos cuantos Jutuns, sí.
Loki se rió ante el uso del vocabulario.
— Aprendes rápido.
— ¡Oye! —exclamó Tony, interrumpiéndolos—. ¿Puedo echarle un vistazo al arco de
Clint?
— ¡Sí! —exclamó Loki —. ¿Podemos?
Thor lo sacó de su bolsillo y lo dejó sobre la mesa.
— Con cuidado —advirtió a Tony mientras alargaba el brazo—. La flecha dorada está cargada. Un pinchacito y te enamorarás de la primera persona que veas.
El retiró la mano.
Loki cogió el tenedor y con él arrastró el arco hasta tenerlo cerca.
— ¿Se supone que debe ser tan pequeño?
Thor sonrió.
— ¿Es que nunca has oído esa frase que dice: «El tamaño no importa»?
Loki puso los ojos en blanco.
— No quiero ni escucharla de un hombre que la tiene tan grande como tú.
— ¡LOKI! —jadeó Tony—. Jamás te había oído hablar así.
— He sido extremadamente educado, considerando todo lo que ustedes me han dicho estos últimos días.
Thor acarició el pelo que le caía sobre los hombros. Esta vez, Loki no se retiró. Estaba haciendo progresos.
— Entonces, dime cómo usa Clint esto —le dijo el. Thor dejó que sus dedos
acariciaran los sedosos mechones de su pelo. Brillaban aun con la escasa luz del restaurante. Deseaba tanto sentir ese pelo extendiéndose sobre su pecho desnudo…
Enterrar su rostro en él y dejar que le acariciara las mejillas.
Con la mirada ensombrecida, imaginó cómo se sentiría al tener el cuerpo de Loki rodeándolo. Y el sonido de su respiración junto al oído.
— ¿Thor? —preguntó el, sacándolo de su ensoñación—. ¿Cómo lo utiliza Clint?
— Puede adoptar un tamaño semejante al del arco, o puede hacer que el arma se haga más grande. Depende del momento.
— ¿En serio? —preguntó Tony—. No lo sabía.
La camarera llegó corriendo y colocó la bandeja sobre la mesa, mientras devoraba con los ojos a Thor como si fuese el especial del día.
Muy discretamente, Thor recogió el arco de encima de la mesa y lo devolvió a su bolsillo.
— Siento mucho haberle hecho esperar. Si hubiese sabido que no iban a atenderle de inmediato, yo misma le habría tomado nota nada más sentarse.
Loki le dirigió a la chica una mirada ceñuda. ¡Demonios!, ¿es que Thor no podía tener cinco minutos de tranquilidad, sin que una mujer se le ofreciera abiertamente? ¿Y eso no te incluye a ti?
Se quedó helado ante el giro de sus pensamientos. El se comportaba exactamente igual que las demás, mirándole el trasero y babeando ante su cuerpo. Era un milagro que él soportara su presencia.
Hundiéndose en el asiento, se prometió a sí mismo que no lo trataría de aquel modo.
Thor no era un trozo de carne. Era una persona, y merecía ser tratado con respeto y dignidad.
Pidió el menú para los tres, y cuando la camarera regresó con las bebidas, trajo una bandeja de alitas de pollo al estilo Búfalo.
— Nosotros no hemos pedido esto —apuntó Tony.
— ¡Oh, ya lo sé! —respondió la chica, sonriendo a Thor —. Hay mucho trabajo en la cocina y tardaremos un poco más en poder servirle la comida. Pensé que debería estar hambriento y por eso le traje las alitas. Pero si no le gustan, puedo traer cualquier otra cosa; la casa invita, no se preocupe. ¿Preferiría otra cosa?
¡Puaj! El doble sentido era tan obvio que a Loki le entraron ganas de arrancarle de raíz el pelo cobrizo.
— Está bien así, gracias —le dijo Thor.
— ¡Ay, Dios mío!, ¿puede hablar un poco más? —Le pidió la chica, a punto de desmayarse—. ¡Oh, por favor, diga mi nombre! Me llamo Mary.
— Gracias, Elsa.
— ¡Ooooh! —Exclamó la camarera—. Se me ha puesto la piel de gallina —y con una última mirada a Thor, cargada de deseo, se alejó de ellos.
— No puedo creerlo —comentó Loki —. ¿Las mujeres siempre se comportan así contigo?
— Sí —contestó él con la ira reflejada en la voz—. Por eso odio mostrarme en lugares públicos.
— No dejes que te moleste —le dijo Tony, mientras cogía una alita de pollo—.
Definitivamente, tu presencia resulta muy útil. De hecho, propongo que lo saquemos más a menudo.
Loky dejó escapar un bufido.
— Sí, bueno; si esa criatura anota su nombre y su número de teléfono en la cuenta antes de dárnosla, tendré que darle un bofetón.
Tony estalló en carcajadas.
Antes de que Loki pudiese preguntar cualquier otra cosa, Clint entró sin prisas en el restaurante, y se acercó hasta ellos.
Tenía un ligero moratón en el lado izquierdo de la cara, donde Thor lo había golpeado.
Intentó mostrarse indiferente, pero aun así, Loki percibió la tensión en su interior, como si estuviese preparado para huir en un momento dado.
— ¿Y bien? —preguntó Thor.
Clint suspiró profundamente.
— ¿Quieres que primero te dé las malas noticias o prefieres las pésimas?
— Veamos… ¿qué tal si hacemos que mi día sea más memorable? Comienza con las pésimas y sigue con las malas para intentar mejorar el ambiente.
Clint asintió.
— De acuerdo. En el peor de los casos, la maldición jamás se podrá romper.
Thor se tomó la noticia mejor que Loki; apenas si hizo un gesto de aprobación.
Loki miró a Clint con los ojos entornados.
— ¿Cómo puedes hacerle esto? ¡Dios mio!, mis padres habrían removido cielo y tierra para ayudarme, y tú te limitas a sentarte sin ni siquiera decirle lo siento. ¿Qué clase de hermano eres?
— Loki —la amonestó Thor —. No lo retes. No sabemos qué consecuencias puede traer.
— No lo haría nada ya que es mi amigo Thor, pero Loki escucha a Thor no te conviene hablarme mal porque sino…
— Tócalo —le interrumpió Thor — y utilizaré la daga que llevas en el cinturón para sacarte el corazón.
Clint se movió para alejarse de él.
— Era broma… por cierto, te olvidaste algunos detalles jugosos cuando me contaste tu historia.
Thor le miró furioso, con los ojos entrecerrados.
— ¿Como qué?
— Como el hecho de que te acostaras con una de las sacerdotisas vírgenes de Balder, ¿en qué estabas pensando? Ni siquiera te preocupaste de quitarle la túnica mientras la tomabas. No eras tan estúpido como para hacer eso, ¿se puede saber qué te ocurrió?
— Por si se te ha olvidado, estaba muy enfadado con él en aquel momento —dijo con
amargura.
— Entonces deberías haber buscado a una de las seguidoras de mami. Para eso están.
— Ella no fue la que mató a mi esposa. Fue Balder.
Loki estuvo a punto de sufrir un infarto al escucharle. ¿Estaba hablando en serio?
Clint ignoró la abierta hostilidad de Thor.
— Bueno, Balder aún está un poco sensible con respecto al tema. Parece que lo ve como el último de tus insultos.
— ¡Ah, ya entiendo! —gruñó Thor —. El hermano mayor está enfadado conmigo por haberme atrevido a tomar a una de sus vírgenes consagradas, ¿es que esperaba que me sentara tan tranquilo y dejara que él matara a mi familia a su antojo? —La ira que destilaba su voz hizo que a Loki se le erizara el vello de la nuca—. ¿Te molestaste en preguntarle a Balder por qué fue tras ellos?
Clint se pasó una mano por los ojos y dejó escapar un suspiro entrecortado.
— Claro, ¿recuerdas que perseguiste a Volstagg y lo derrotaste en batalla? Pues él pidió que se vengara su muerte, justo antes de que le cortaras la cabeza.
— Estábamos en guerra.
— Ya sabes lo mucho que siempre te ha odiado Balder. Estaba buscando una excusa para poder lanzarse sobre ti sin temor a sufrir represalias; y se la diste tú mismo.
Loki observó a Thor, cuyo rostro era una máscara inexpresiva.
— ¿Le has dicho a Balder que quiero verlo? —le preguntó.
— ¿Estás loco? ¡Maldición! Claro que no. Mencioné tu nombre y estuvo a punto de estallar de furia. Dijo que podías pudrirte en el Hell durante toda la eternidad. Créeme, no te gustaría estar cerca de él.
— ¡Ja! ¡Me encantaría!
Clint asintió.
— Esta bien, pero si lo matas, tendrás que vértelas con Odín, Frey y Try.
— ¿Y crees que me asustan?
— Ya sé que no, pero no quiero verte morir de ese modo. Y si no fueses tan terco como una mula, al menos durante tres segundos, tú mismo te darías cuenta. ¿De verdad quieres desencadenar la ira del gran jefe?
Por la expresión de Thor, Loki hubiera dicho que le daba exactamente igual.
— Pero —continuó Clint—, mami señaló que existe un modo de acabar con la maldición.
Clint contuvo la respiración mientras la esperanza revoloteaba en los ojos de Thor.
Ambos esperaron a que Clint se explicara.
En lugar de seguir, él se dedicó a observar el interior del local observando la carne.
— ¿Crees que esta gente se come esta mier…?
Chasqueó los dedos delante de los ojos de su hermano.
— ¿Qué hago para romper la maldición?
Clint se arrellanó en el asiento.
— Ya sabes que todo en el universo es cíclico. Todo lo que comienza tiene un final.
Puesto que fue Sif la que originó la maldición, debes ser convocado por otro dedicado al Ymir. Uno que también necesite algo de ti. Debes hacer un sacrificio por él y…
—entonces, estalló en carcajadas.
Hasta que Thor se estiró por encima de la mesa y le agarró por la camiseta.
— ¿Y…?
Él le dio un empujón para que le soltara y adoptó una actitud seria.
— Bueno… —continuó mirando a Loki y a Tony—. ¿Nos disculpan un momento?
— Soy una persona mayor de edad,Clint—le dijo Loki —. Nada de lo que digas podrá sorprenderme.
— Y yo no pienso levantarme de esta mesa hasta que escuche este jugoso chisme
—confesó Tony
— De acuerdo entonces —convino Clint, mientras miraba de nuevo a Thor—. Cuando la persona consagrada a Ymir te invoque, no podrás meter tu cucharita en su jarrita de
mermelada hasta el último día.
No quería hablar vulgarmente delante del pequeño Loki, le daba algo de vergüenza. Él estuvo tratando de cuidarlo mucho desde que lo conoció, era para él una persona especial.
-Será entonces cuando deban unirse carnalmente antes de la medianoche, y te encargarás de no separar vuestros cuerpos hasta el amanecer. Si sales de él en cualquier momento, por cualquier motivo, regresarás de inmediato al libro y la maldición seguirá vigente.
Thor maldijo y miró hacia otro lado.
— Exactamente —le contestó su hermano—. Sabes lo fuerte que es la maldición de Balder. No hay una forma de que aguantes treinta días sin acostarte con tu invocador.
— Ése no es el problema —dijoThor entre dientes—. El problema radica en encontrar a un hombre consagrado a Ymir que me invoque.
Con el corazón latiendo desenfrenado a causa de los nervios, Loki se incorporó en el asiento.
— ¿Qué significa lo de «una persona consagrada a Ymir»?
Clint encogió los hombros.
— Que tiene que llevar el nombre de Ymir.
— ¿Como nombre? —preguntó el.
— Sí.
Loki alzó los ojos y buscó la mirada apesadumbrada de Thor.
— Thor, mi nombre completo es Loki Ymir.

UN AMANTE PERFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora