CAPÍTULO 11: Maldición

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Thor mantuvo la distancia entre ellos lo que quedaba del fin de semana. Por mucho que Loki intentaba derribar la barrera que lo rodeaba, él lo apartaba sin dudarlo.
Ni siquiera quería que le leyera.
Totalmente descorazonado, se fue al trabajo el lunes por la mañana, pero ni siquiera debería haberse molestado en enseñar. No podía concentrarse en otra cosa que no
fuesen sus celestiales ojos, cargados de confusión.
— ¿Loki Laufeyson?
Loki alzó la mirada del escritorio y vio a una mujer rubia, increíblemente hermosa, de poco más de veinte años que estaba parada en el hueco de la puerta. Parecía que acababa de salir de un desfile de modas en Europa, con aquel traje de seda roja de Armani y las medias y los zapatos a juego.
— Lo siento —le dijo Loki—. El horario de las clases ha acabado. Si quiere volver
mañana…
— No vengo a eso.
Sin que la invitara, la mujer entró tranquilamente al salón con un andar presuntuoso y elegante que le resultaba extrañamente familiar. Caminó hacia la pared donde estaban
colgados los títulos y certificados de Loki en numerosos concursos y clases.
— Impresionante —le dijo. Pero su tono expresaba todo lo contrario.
Se volvió para observar concienzudamente a Loki y, por la mueca burlona en su rostro,
ésta supo que la mujer lo encontraba seriamente deficiente.
— No eres lo bastante hermoso para él, ¿sabes? demasiado bajo y demasiado flaco.
Completamente ofendido, Loki adoptó una postura rígida.
— ¿Cómo dice?
La mujer ignoró su pregunta.
— Dime, ¿no te molesta estar cerca de un hombre como Thor, sabiendo que si tuviese oportunidad, jamás querría estar contigo? Tiene un cuerpo tan bien formado, es tan elegante… Tan fuerte y cruel… Sé que nunca antes has tenido detrás de ti a un hombre como él, y jamás volverás a tenerlo.
Atónito, Loki no era capaz de hablar.
Y tampoco tuvo que hacerlo; la mujer siguió sin detenerse.
— Su padre era como él. Imagínate a Thor con el pelo un poco más oscuro, un poco más bajo y de apariencia más vulgar, no tan refinado. Pero aún así, ese hombre tenía unas manos que… Mmm… —Sonrió pensativamente, con la mirada perdida—. Porsupuesto Odín tenía todo el cuerpo marcado por horribles cicatrices de las batallas;tenía una espantosa que le atravesaba la mejilla izquierda. —Entrecerró los ojos con ira—. Jamás olvidaré el día que intentó marcar a Thor con una daga, para hacerle esa misma cicatriz. En ese momento hubiera deseado que viviese lo suficiente paraarrepentirse de esa infracción, pero me aseguré de que no lo hiciera. Thor esfísicamente perfecto, y jamás permitiré que nadie estropee la belleza que yo le di. —Lafría y calculadora mirada que Frigga dedicó a Loki hizo que ésta se estremeciera.
No compartiré a mi hijo contigo.
La posesividad de las palabras de la diosa despertó la ira de Loki. ¿Cómo se atrevía aaparecer ahora y a decir tal cosa?
— Si Thor significa tanto para ti, ¿por qué lo abandonaste?
Frigga lo miró, furiosa.
— ¿Crees que me dejaron otra opción? Bor se negó a darle la mazana dorada; ningún mortal puede vivir en el Olimpo. Antes de que pudiera siquiera protestar, Sutur me loquitó de los brazos y lo entregó a su padre.
Loki vio el horror en el rostro de Frigga al recordar aquel momento.
— Mi dolor por su pérdida iba más allá de los límites humanos. Inconsolable, meencerré para alejarme de todo. Cuando fui capaz de enfrentarme a todos ellos denuevo, habían pasado catorce años en la tierra. Apenas si reconocí al bebé que yohabía amamantado. Y él me odiaba. —Sus ojos brillaron como si estuviese luchandopor contener las lágrimas.
No tienes idea de lo que es ser madre, y que ese hijo que has llevado en tu vientremaldiga hasta tu propio nombre.
Loki comprendía su dolor, pero era a Thor a quien amaba; y su sufrimiento era lo quemás le preocupaba.
— ¿Alguna vez intentaste decirle cómo te sentías?
— Por supuesto que lo hice —espetó la diosa—. Le envié a Clint con mis regalos. Melos devolvió, con un mensaje que un hijo no debería decirle a su madre jamás.
— Estaba herido.
— Y yo también —gritó Frigga. Todo su cuerpo temblaba de furia.
Desconfiado y bastante asustado por lo que una diosa enfadada pudiera hacer con el,Loki observó cómo Frigga cerraba los ojos y respiraba hondo para calmarse.
Cuando volvió a hablar, lo hizo con voz dura y el cuerpo tenso.
— Aún así, envié de nuevo a Clint con más regalos para Thor. Los rechazó todos. Mevi a obligada a presenciar cómo juraba lealtad y servicio a Idunn en
venganza.—Masculló el nombre de la diosa como si la despreciara.
Fue en su nombre que conquistó ciudades con los dones que yo le otorgué cuandonació: la fuerza de Sutur, la templanza de Frey y las bendiciones de las Musas y lasGracias. Incluso lo sumergí en el río de aguas sagradas para asegurarme de queningún arma humana pudiera matarlo o dejarlo marcado y, a diferencia de lo que hizo
Tetis con Aquiles, sumergí también sus tobillos para que no tuviese ni un solo puntovulnerable. —Meneó la cabeza como si aún no pudiese creer lo que Thor hizo.
»Hice todo lo que estuvo en mis manos por ese chico, y él no me demostró la másmínima gratitud. Ni el respeto que merecía. Finalmente, dejé de intentarlo. Puesto querechazaba mi amor, me aseguré de que nadie lo amara jamás.
El corazón de Loki se detuvo al escuchar el egoísmo de la diosa.
— ¿Qué hiciste qué?
Frigga alzó la barbilla, altanera, como una reina orgullosa de sus frías y sangrientashazañas.
— Le maldije del mismo modo que él lo hizo conmigo. Me aseguré de que ningunapersona pudiese mirarlo sin desear su cuerpo.
Loki no podía creer lo que estaba oyendo. ¿Cómo podía una madre ser tan cruel?
Y tan pronto como ese pensamiento se alejó de su mente, le asaltó otro aún más horrible:
— Tú fuiste la culpable de que Amora muriera, ¿verdad?
— No, eso fue obra de Thor. Por supuesto que yo estaba enfurecida cuando Clint me
contó lo que había hecho contra su hermano, y también porque Thor había acudido a
él y no a mí.
» Puesto que no podía deshacer lo que la flecha de Clint había conseguido, decidí
mermar sus efectos. Lo que Thor tuvo con Amora fue algo insípido, y él lo sabe.
—Frigga se acercó hasta la ventana y contempló la ciudad.
» Si Thor hubiese acudido a mí alguna vez, habría dejado que Amora lo amara. Pero
no lo hizo. Lo observé acercarse a ella, noche tras noche, tomándola una y otra vez, y
percibí su malestar, su angustia porque sabía que su esposa no lo amaba. Y todavía
seguía rechazándome y maldiciéndome.
» Fueron las lágrimas que derramé por él a lo largo de los años lo que puso a Balder
en su contra. Siempre ha sido el más leal de mis hijos. Debí detenerlo tan pronto como
supe que quería la sangre de Thor, pero no lo hice. Ansiaba que la ira de Balder
consiguiera que Thor me buscara e implorara mi ayuda. —Apretó los dientes.
» Pero no lo hizo.
Loki comprendía su dolor, pero eso no cambiaba lo que le había hecho a su hijo.
— ¿Cómo es que Thor acabó siendo maldecido?
La diosa tragó saliva.
— Todo comenzó la noche que Idunn le contó a Balder que no existía otro hombre
más valiente y fuerte que Thor. Ella lo retó a enfrentar a su mejor general con Thor.
Dos días más tarde, contemplé cómo Thor cabalgaba hacia la batalla y supe que no
perdería. Cuando venció al ejército Jutún, Balder se enfureció.
» Clint se fue de la lengua y le contó lo que había hecho. Al instante, Balder fue en
busca de Jasón y Amora. Yo no sabía las repercusiones que iba a tener. —Se envolvió
la cintura con los brazos.
» Nunca tuve intención de que los niños murieran. No te imaginas las veces que mepregunto al cabo del día por qué dejé que ocurriera aquello.
— ¿No hubo ningún modo de evitarlo?
Frigga negó tristemente con la cabeza.
— Incluso mis poderes están limitados por las Nornas. Cuando Thor se dirigió a mitemplo, tras verlos a todos muertos, contuve el aliento pensando que por fin acudía enbusca de mi ayuda. Y entonces vio a esa puerca con la túnica de Balder que se arrojóa sus brazos y le pidió que tomara su virginidad antes de que tuviese lugar laceremonia en la que sería reclamada por mi otro hijo. Si Thor hubiese pensado conclaridad, sé que la habría rechazado. —El rostro de la diosa se ensombreció por lafuria.
» Si no hubiese sido por esa tipa, ese día mi hijo hubiese venido a mí. Sé que mehabría pedido ayuda. Pero era demasiado tarde. Todo acabó en el mismo momento enque se metió con ella.

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