CAPÍTULO 10 (Segunda Parte)

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Los días siguientes fueron los mejores de la vida de Loki. Una vez se acostumbró a la regla que Thor impuso, que prohibía los besos y las caricias íntimas e incitantes,
desarrollaron una relación agradable que fue casi una sorpresa para él.
Al final Jane no había logrado botarlo del trabajo porque Frandal no lo permitió, y aunque aun tenía miedo de encontrarlo decidió seguir trabajando.
Pasaba los días en el trabajo, almorzaba a menudo con Thor y Tony, y dedicaba las noches a tumbarse entre sus maravillosos brazos.
Sin embargo, con cada día que pasaba, saber que iba a abandonarlo a final del mes lo dejaba destrozado.
¿Cómo iba a soportarlo?
Aunque la idea no abandonaba nunca su mente, se negó a pensar en eso
constantemente. Viviría el momento y se preocuparía del mañana cuando llegara.
El sábado por la noche quedaron con Tony y Steve en un discobar. El quería que Thorescuchara la música que estaba haciendo famosa.
— ¡Eh! —Les dijo Tony mientras se aproximaban a la mesa, en el fondo del local—.Empezaba a preguntarme si iban a dejarnos colgados.
Loki se sintió enrojecer al recordar el motivo de su retraso. Algún día de estosaprendería a cerrar la puerta del baño mientras se duchaba…
— Hola Thor, Loki —les saludó Steve alegre.
Thorin clinó la cabeza a modo de saludo mientras retiraba una silla para que Loki se
sentara y, después, hizo lo propio a su lado. En cuanto apareció el camarero pidieronvino y aperitivos, y Tony comenzó a seguir el ritmo de la música golpeando la mesa
con la mano.
— Vamos, cariño —dijo Steve, riendo—. Será mejor que bailemos antes de que tenga
que matarte por ese ruidito insoportable que haces con tus dedos.
Con una ligera punzada de envidia, Loki observó cómo se alejaban.
— ¿Te gustaría bailar? —le preguntó Thor.
A él le encantaba bailar y era muy obvio, pero no quería que Thor pasara un mal rato.
En su mente no había dudas de que él no sabía bailar música moderna. Pero, aún así,fue una invitación muy tierna por su parte.
— No, no pasa nada.
Pero él no lo escuchó. Se puso en pie y le tendió la mano.
— Sí, claro que vas a bailar.
Tan pronto como llegaron a la pista de baile, Loki comprendió que aquel hombre bailaba tan bien como besaba.
Thor conocía cada paso y daba la sensación de que había nacido bailando. De hecho,sus movimientos eran elegantes sin perder el toque masculino y fascinante. Loki nunca había visto a nadie bailar así, y eso que él era amante del baile. Y por las envidiosas miradas femeninas que sentía clavadas en el, podía imaginarse que todas aquellas mujeres tampoco habían presenciado antes nada semejante.
Cuando el grupo terminó de cantar y bailar se sentía excitado y estaba sin aliento.
— ¿Cómo…?
— Fue el regalo de Terpsícore —le contestó Thor mientras le pasaba el brazo por los hombros y lo mantenía fuertemente pegado a su cuerpo.
— ¿De quién?
— De la musa de la danza.
Loki sonrió.
— Recuérdame que le envíe una nota de agradecimiento.
La siguiente canción era lenta y lo atrajo hacia sus brazos, manteniéndolo muy cerca
de su cuerpo, al tiempo que se movían suavemente al ritmo de la música. Loki le rodeó el cuello y apoyó la cabeza en su pecho; podía inhalar el cálido aroma a sándalo que desprendía Thor. No sabía cómo, pero aquel olor conseguía que perdiera la cabeza por completo y que la boca se le hiciera agua.
Con la mejilla apoyada sobre la cabeza de Loki, Thor comenzó a acariciarle el pelo mientras el escuchaba los latidos de su corazón. Loki podría quedarse así para siempre.
Pero la pieza terminó demasiado pronto. Y después de ocho canciones rápidas, Loki tuvo que regresar a su asiento. Simplemente, no tenía el aguante de Thor.
Al encaminarse hacia la mesa, se dio cuenta de que Thor ni siquiera tenía la respiración alterada; pero eso sí, su frente estaba cubierta de sudor.
Él le apartó la silla. Se sentó muy cerca de él y cogió su jarra de cerveza para tomar un gran trago.
— ¡Thor! —Dijo Tony con una carcajada—. No tenía ni idea de que podías moverte así.
Steve puso los ojos en blanco.
— ¿Pensamientos lujuriosos de nuevo, Tony?- lo fastidio
Tony le dio un puñetazo a su novio en el estómago.
— Sabes que no es eso. Tú eres el único juguete con el que me apetece jugar.
Steve miró a Thor sonriendo.
— Ya sabemos que Thor tiene dueño.
Loki vio cómo el rostro de Thor se ensombrecía.
— ¿Estás bien? —le preguntó.
Él le contestó con su sonrisa plagada de hoyuelos y a él se le olvidó la pregunta.
Permanecieron sentados en silencio escuchando al grupo, mientras Thor y Loki se ofrecían aperitivos el uno al otro.
Cuando Loki apartó la mano de los labios de él, Thor lo capturó y se la llevó de nuevo a la boca para chupar un poco de queso que se le había quedado pegado en la y emade un dedo. Pasó la lengua sobre su piel y Loki sintió que el cuerpo le estallaba en llamas.
No pudo más que reírse al notar cómo el deseo lo consumía. Cómo deseaba haberse quedado en casa. ¡Le encantaría quitarle la ropa a Thor y lamer queso fundido sobre
su cuerpo toda la noche!
Definitivamente, iba a añadir queso crema a la lista de la compra.
Con los ojos brillantes, Thor llevó la mano de Loki hasta su regazo y comenzó a mordisquearle el cuello antes de apartarse y tomar otro trago de vino.
— Tony —le dijo Steve llamando la atención de su novio, que estaba mirando a Loki yThor. Le ofreció una servilleta—. Seguro que quieres limpiarte la baba que te gotea por la barbilla.
Tony puso los ojos en blanco.
— Deja de molestar capy…Lokinie, necesito ir al baño. Vamos.
Thor se echó hacia atrás para dejarlo pasar. Observó cómo Loki se perdía entre la multitud y, casi al instante, las mujeres comenzaron a acercársele.
El estómago se le contrajo. ¿Por qué siempre tenían que revolotear a su alrededor?
En ese momento, deseó que por una vez en su vida pudiera sentarse tranquilo sin tener que mantener a raya a un puñado de mujeres, de las cuales ni siquiera conocía  sus nombres, antes de que empezaran a sobarlo.
— Hola baby —coqueteó una atractiva rubia, que fue la primera en llegar a su lado—.Me gusta cómo bailas. ¿Qué tal si…?
— No estoy solo —le contestó él, entrecerrando los ojos a modo de advertencia.
— ¿Con él? —se rió la mujer mientras señalaba con un dedo hacia el lugar por donde Loki había desparecido—. Venga ya. Pensaba que habías perdido una apuesta o algo así.
— Yo pensé que lo hacía por pena —comentó otra mujer que se acercó junto a una morena.
Dos hombres surgieron en ese momento de entre la multitud.
— ¿Qué hacen aquí ustedes tres? —preguntaron los tipos a sus compañeras.
Las mujeres contemplaron coquetas a Thor.
— Nada —ronroneó la rubia, mirándolo por última vez antes de darse la vuelta y marcharse.
Los hombres lo miraron furiosos.
Él alzó una ceja con un gesto burlón y tomó otro trago de cerveza con total
normalidad. Los tipos debieron darse cuenta de que la idea de pelear con él erabastante estúpida, porque se reunieron con sus chicas y se marcharon.
Thor suspiró, disgustado. Daba igual la época en la que se encontrara, algunas cosasno cambiaban.
— Oye —le increpó Steve alzándose un poco por encima de la mesa—. Parece queno podemos con las chicas –dijo y comenzó a reírse-eso es algo que no ha cambiadocon el tiempo.
— Steve —le dijo Tony mientras le pasaba los brazos alrededor del cuello—.¿Seguimos bailando?
— Vamos.
De inmediato, Thor se acercó a la barra.
Loki lo siguió con rapidez.
Pidió cerveza justo cuando él llegó a su lado.
— ¿Estás bien? —le preguntó.
— Estupendamente.
Pero no lo parecía. Definitivamente, no parecía estar bien.
— ¿Sabes una cosa? Sé cuando no estás siendo sincero conmigo. Y ahora confiesa,
Thor. ¿Qué pasa?
— Deberíamos marcharnos.
— ¿Por qué?
Thor lanzó una rápida mirada sintiéndose observado por todos.
— Creo que sería lo más sensato.
— ¿Por qué?
Thor gruñó.
Antes de que pudiera contestarle, tres hombres aparecieron tras él y, por susexpresiones, Loki intuyó que no estaban muy contentos.
Peor aún, parecía que Thor era la fuente de todos sus problemas.
El más grande era un monstruoso culturista, tres centímetros más bajo que Thor, perobastante más musculoso y voluminoso. Hizo una especie de mohín al mirar la espalda
de Thor de arriba abajo.
Vostang
El corazón empezó a latirle con rapidez. Era amigo de la universidad de Frandal y había cambiado muchísimo con los años.
— Éste era el que estaba con Luna —le dijo uno de sus acólitos.
Una calma mortal rodeó a Thor, haciendo que Loki se estremeciera de miedo. El nosabía de lo que era capaz y, por lo que estaba viendo, Frandal estaba a su costado yni cuenta se había dado de su presencia. Estaba claro que Vostang no se iría hastaque consiguiera enredar a Thor en una pelea.
Lo único que esperaba era que su general tuviera más sentido común y no cayera enla trampa.
— ¿Necesitas algo? —preguntó, sin mirar a Vostang ni a sus amigos.
Vostang se rió y palmeó a uno de los suyos en el pecho.
— ¿Qué acento es ése? Tiene voz de pito. Pensaba que el niño bonito iba detrás demi chica, pero por su pinta y por su voz, creo que iba detrás de uno de ustedes.
Thor se giró y miró furioso a Vostang. A cualquier otra persona con más entendederas,esa mirada la habría hecho retirarse.
Vostang, por supuesto, carecía de entendederas. No había tenido nunca ni una pizca de sentido común.
— ¿Qué pasa contigo, niño bonito? —se burló Vostang. —. ¿Te he ofendido? —Miró asus amigos y meneó la cabeza—. Lo que pensaba; es un mariquita cobarde con vozde pito.
Thor soltó una carcajada siniestra.
— Vamos Thor—le increpó Loki, cogiéndolo del brazo antes de que las cosas sepusieran peor—. Vámonos.
Ahí Frandal que había estado viendo la pista de baile e ignorando todo el problemadirigió la vista hacia Loki.
— Vaya, vaya, vaya. Loki . Hace mucho que no nos vemos. —Dijo Vostang y le diouna palmada en la espalda a Frandal —. Oye, Frandal., ¿te acuerdas de Loki, el de lafacultad? Casi te lo tiras en tu casa.
Thor se quedó paralizado ante sus palabras.
Loki sentía que el viejo dolor volvía, pero se negó a demostrarlo. Jamás le daría esegusto a Frandal de nuevo.
— No me extraña que fuera detrás de Luna—siguió Frandal —Probablemente quería
probar a alguien que no estuviese todo el rato llorando mientras uno se lo trata de tirar-dijo dolido, y es que por más que no dejo que lo botaran porque Loki era bueno en loque hacía, se quería vengar.
Thor giró hacia Frandal con tal rapidez que Loki apenas si fue capaz de percibir elmovimiento. Frandal se movió un poco pero Thor se agachó y le lanzó un puñetazo alas costillas que lo envió hasta la multitud, que se agolpaba unos metros detrás deellos. Con una maldición, se arrojó a plena carrera hacia Thor. Él se ladeó un poco, lepuso la zancadilla y lo empujó haciéndolo volar por los aires.
Frandal aterrizó sobre la espalda.
Antes de que pudiera moverse, Thor colocó el pie sobre su garganta y le sonrió con talfrialdad que Loki comenzó a temblar de la cabeza a los pies.
Frandal agarró el pie de Thor con las dos manos e intentó apartarlo. Comenzó aagitarse por el esfuerzo, pero Thorno se apartó.
— ¿Sabías…—le preguntó Thor con un tono de voz tan pragmático que era realmenteatemorizante—…que sólo son necesarios poco más de dos kilos para aplastarte elesófago por completo?
Los ojos y los brazos de Frandal comenzaron a hincharse cuando Thor ejerció máspresión sobre su cuello.
—por favor —suplicó Frandal mientras intentaba quitarse el pie de Thor de encima—.Por favor, no me hagas daño.
Loki contuvo el aliento, aterrado, al ver que Thor le pisaba aún con más fuerza.
Vostang se acercó a ellos.
— Hazlo —le advirtió Thor— y te saco el corazón para que tu amigo se lo coma.
Loki se quedó helado al ver la mirada de los ojos de Thor. Éste no era el hombre tierno que le hacía el amor por las noches. Éste era el rostro del general que una vez había
mandado al infierno a los jutuns más valientes.
No dudaba ni por un solo instante que Thor podía llevar a cabo la amenaza. Y por lorápido que la sangre abandonó el rostro de Vostang, Loki supo que el hombre también
lo creyó.
— Por favor —volvió a implorar Frandal, comenzando a llorar—. Por favor, no mehagas daño.
Loki tragó saliva mientras esas palabras lo asaltaban; las mismas que el pronuncióllorando en la cama de Frandal.
Fue entonces cuando Thor lo miró a los ojos. El vio la furia y el deseo de acabar conFrandal. Por el.
— Déjalo, Thor—le dijo en voz baja—. No merece la pena. A tu lado no vale nada.
Thor miró a Frandal con los ojos entrecerrados.
— Los cobardes inútiles como tú son descuartizados como entrenamiento allí dedonde vengo.
Cuando Loki pensaba que iba a matarlo, Thor apartó el pie.
— Levántate.
Frotándose el cuello, Frandal se puso en pie lentamente.
La mirada gélida y letal de Thor hizo que Frandal se encogiera.
— Le debes una disculpa a mi pareja.
Frandal se limpió la nariz con el dorso de la mano.
— Lo siento.
— Dilo como si lo sintieras de verdad —lo amenazó Thor en voz baja.
— Lo siento, Loki. De verdad. Lo siento muchísimo.
Antes de que el pudiese responder, Thor pasó un brazo por sus brazos en un gestoposesivo y salieron a paso tranquilo del local.
Ninguno de ellos habló hasta que llegaron al auto. Loki notaba que algo iba muy malcon Thor. Estaba totalmente tenso, como la cuerda de un arco.
— Ojalá me hubieses dejado matarlo —le dijo Thor, mientras el buscaba las llaves delcoche en el bolsillo de los jeans.
— Thor…
— No tienes ni idea de lo que me cuesta dejarlo marchar. No soy el tipo de hombreque suele dejar de lado una situación como ésta, ya son 2 veces que se me presenta
—confesó mientras golpeaba con fuerza el techo del coche con la palma de la manopara después girarse rápidamente y lanzar un gruñido—. ¡Maldita sea, Loki! hubo unaépoca en la que me alimentaba de las entrañas de tipos como ése. Y he pasado de
eso a…
Thor dudó un instante cuando dos mil años de recuerdos reprimidos afluyeron a su
mente. Volvió a verse como el respetado líder que fue. El héroe de Asgard. El hombreque una vez consiguió que legiones completas de jutuns se rindieran ante la simpleaparición de su estandarte.
Y después vio en lo que se había convertido. En una cáscara vacía. En una codiciadamascota, sometida a la voluntad de aquélla que lo invocara.
Durante dos mil años había vivido sin emociones y sin pronunciar más que un puñadode palabras.
Había encontrado el punto exacto que le permitía sobrevivir. Y se había dejadoarrastrar.
Hasta que Loki llegó y descubrió su faceta humana…
El observó la miríada de emociones que cruzaron por el rostro de Thor. Ira, confusión,horror y, finalmente, una terrible agonía. Se acercó hasta el otro lado del auto, dondeél estaba, pero no dejó que lo tocara.
— ¿Es que no lo ves? —le preguntó con un tono brusco a causa de las intensasemociones—. Ya no sé quién soy. En Macedonia sabía quién era; después meconvertí en esto —dijo, mientras alzaba el brazo para que Loki pudiera ver laspalabras que Balder grabó a fuego—. Y tú lo has cambiado todo —acabó, mirándolofijamente.
La angustia que reflejaban sus ojos desgarraba a Loki.
— ¿Por qué has tenido que cambiarme, Loki? ¿Por qué no me dejaste como estaba?
Había aprendido, a fuerza de voluntad, a no sentir nada.
Simplemente venía a este mundo, hacía lo que me ordenaban y me marchaba. Nodeseaba nada. Y ahora… —miró a su alrededor, como un hombre inmerso en unapesadilla de la que no puede escapar.
El alargó el brazo.
— Thor…
Negando con la cabeza, él se alejó de su mano.
— ¡No! —Exclamó, mesándose el cabello—. No sé a dónde pertenezco. No loentiendes.
— Entonces, explícamelo —le suplicó Loki.
—¿Cómo voy a explicarte lo que es caminar entre dos mundos y ser despreciado porambos? No soy humano, ni tampoco un dios; soy un híbrido abominable. No tienesidea de cómo crecí: mi madre me entregó a mi padre, que me entregó a su esposa,que me entregaba a cualquiera que estuviese cerca para alejarme de su vista. Ydurante los últimos veinte siglos no he sido más que una moneda de cambio, algo quese podía comprar y vender. He pasado toda mi vida buscando un lugar al que poderllamar hogar. Buscando a alguien que me quisiera por lo que soy, no por mi rostro nipor mi cuerpo. —El tormento que reflejaban sus ojos hería a Loki como unaquemadura.
— Yo te quiero, Thor.
— No, no es cierto. ¿Cómo ibas a quererme?
El se quedó boquiabierta ante su pregunta.
— Mejor di que cómo no iba a hacerlo. Dios mío, jamás en mi vida he deseado estarjunto a alguien como ahora deseo estar contigo.
— Es lujuria, nada más.
Eso sí consiguió enfadarlo. ¡Cómo se atrevía a despreciar sus sentimientos como si fuesen algo trivial! Lo que sentía hacia él era mucho más profundo que la mera lujuria,
era algo que le llegaba hasta el alma.
— No me digas lo que siento o lo que no. No soy un niño.
Thor meneó la cabeza, incapaz de creer sus palabras. Se trataba de la maldición.
Tenía que ser eso. Nadie podía amarlo. Nadie lo había hecho nunca, desde el día en que nació.
Pero que Loki lo amara…
Sería un milagro. Sería…
La gloria. Y él no había nacido para saborearla.
«Sufrirás como ningún otro hombre lo ha hecho.»
Sólo se trataba de otra estratagema de los dioses. Otro cruel engaño concebido para castigarlo.
Y ya estaba cansado. Exhausto y agotado por la lucha. Sólo quería escapar al sufrimiento. Buscaba un puerto donde refugiarse de aquellos aterradores sentimientos
que lo asaltaban cada vez que la miraba.
Loki apretó los dientes al ver la negativa en los ojos de Thor. Pero, ¿quién podía culparlo?
Lo habían herido en incontables ocasiones. Pero de algún modo, de alguna forma,lograría probarle lo mucho que significaba para él.
Tenía que hacerlo. Porque perderlo significaría la muerte para él.

UN AMANTE PERFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora