CAPITULO 7: Hermoso

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Thor y Loki ayudaron a Tony guardar todas sus compras para regresar a casasorteando el tráfico típico de un viernes por la noche.
— Has estado muy callado —le dijo él mientras que Tony se detenía en un semáforoen rojo.
Observó cómo la mirada de Thor seguía el movimiento de los automóviles quepasaban junto a ellos. Parecía perdido, como alguien que se debatiera en el límiteentre la fantasía y la realidad.
— No sé qué decir —respondió tras una breve pausa.
— Dime cómo te sientes.
— ¿Sobre qué?
Loki se rió.
--- Ojalá me puedas tener más confianza Thor.
Thor bajó la vista hasta su regazo, y el observó el modo en que acariciaba
distraídamente su anillo con el pulgar.
— Tony dijo que eras una compositor, ¿qué es eso exactamente?
El semáforo se puso en verde y se internaron de nuevo en el tráfico.
— Bueno yo por así decirlo escribo y redacto documentos para las conferencias y presentaciones de la empresa , ese es mi trabajo.
—¿Y trabajas también con hombres?
Loki asintió.
—Es raro, normalmente en mi época las mujeres cantaban para los hombres y no eraal revés.
— Apuesto a que sí. Pero ahora no se ve al baile como una forma de llamar laatención, es una manera de expresar lo que sientes a través de canciones.
— ¿A ti te gusta lo que haces? —preguntó él.
— Por supuesto. Me encanta escribir.
— Loki, no te olvides que mañana tenemos la fiesta que está organizando la empresa.
—interrumpió Tony —así que mañana temprano llevas a Thor a la empresa para darleropa y vestirlo.
— ¡Ah!, me había olvidado por completo. Pero no quiero ir sabes cómo es el directory…
— Lo sé, pero como vas con Thor el director se alejara- lo interrumpió Tony
— ¿Se alejara? —preguntó Thor.
— ¡Claro! —Respondió Tony—. Te sorprendería saber que Loki tiene muchospretendientes en la empresa.
Eso no le gusto para nada a Thor, Loki le pertenecía, bueno él le pertenecía a Lokiy noquería que nadie más se le acercara. Ese pensamiento fue algo que lo desconcertó.
Thor permaneció callado un rato así que Loki estaba a punto de enseñarle lo que erala radio cuando, de repente, él preguntó:
— ¿Por qué no le correspondes a ninguno de ellos?
—De adolescente era un chico tímido, y los chicos del instituto no se acercaban a mí,a menos que quisieran burlarse.
— ¿Burlarse de ti?, ¿por qué?
Loki se encogió de hombros con un gesto indiferente. Por lo menos, esos viejosrecuerdos habían dejado de molestarla. Finalmente los había superado.
— Porque me gustaba componer y pertenecía al club de baile lo que era en esetiempo un poco raro ya que habían más mujeres que hombres.
—. ¿Y tú?-pregunto el rubio.
— Yo no bailo
Lo dijo con un tono tan inexpresivo y serio que Loki no pudo evitar estallar encarcajadas.
— No era eso a lo que me refería, y lo sabes muy bien. ¿Cómo fue tu adolescencia?
— Ya te lo he dicho.
Él le miró furioso.
— En serio.
— En serio, luchaba, comía, bebía, me acostaba con la gente y me bañaba.
Normalmente, en ese orden.
— Todavía tenemos problemas con esto de la falta de confianza, ¿no? —preguntó elde forma retórica.
En vista que Thor no le dijo nada cambió a un tema que a él le resultara más fácil.
— ¿Por qué no me cuentas qué sentiste la primera vez que participaste en unabatalla?
— No sentí nada.
— ¿No estabas asustado?
— ¿De qué?
— De morir, o de que te hirieran.
— No.
La sinceridad de su sencilla respuesta consiguió desconcertarlo.
— ¿Y cómo es que no tenías miedo?
— No tienes miedo a morir cuando no tienes nada por lo que seguir viviendo.
En vista de que Tony ya estaba estacionando el auto Loki. Decidió que sería mejordejar un tema tan serio por el momento, bajaron del carro y Loki abrió el maletero.
Thor cogió las bolsas y se acerco para despedirse de Tony que se encontraba dentrodel auto.
—Thor no te olvides de decirle a Loki que te lleve mañana a la empresa, de pasoquiero que conozcas a Steve seguro y serán grandes amigos.
—¿Steve? ¿El otro chico de la librería?-pregunto mientras Loki llegaba para darles lasllaves del capote a Tony
—Sí, es mi pareja ¡ah Loki espero que hayas sacado esa bolsa que te compramos!-dijo Tony
—Si la saque- tenía planeado desaparecer esa bolsa de la faz de la tierra
—Bueno espero que Thor me cuente como les fue con eso, y ni se te ocurra botarlosino nunca más te cocino Loki Laufeyson.
—Pero Anthony…- interrumpió Loki
—nada de Anthony, nos vemos niños diviértanse-dijo para arrancar
—ahhh –dijo haciendo un puchero mientras que Thor lo miraba divertido
Comenzaron a subir las escaleras hasta el tercer piso donde se encontraba eldepartamento. Loki sacó sus cómodos jeans del vestidor e hizo sitio en los cajonespara poder guardar la ropa nueva de Thor.
— Veamos —dijo, arrugando las bolsas vacías para arrojarlas a la papelera, colocadajunto al armario—. Es viernes por la noche. ¿Qué te gustaría hacer? ¿Te apetece una
noche tranquila o prefieres dar una vuelta por la ciudad?
Su hambrienta mirada lo recorrió de la cabeza a los pies, haciendo que ardiera alinstante.
— Ya conoces mi respuesta.
—Está bien. Un voto a favor de arrojarse al cuello del compositor, y otro en contra.
¿Alguna otra alternativa?
— ¿Qué tal una noche tranquila en casa, entonces?
— De acuerdo —respondió Loki mientras se acercaba a la mesita de noche para cogerel teléfono—.Déjame que compruebe los mensajes y después prepararemos la cena.
Thor siguió colocando su ropa, mientras que revisaba el servicio de contestador yhablaba con ellos.
Acababa de doblar la última prenda cuando percibió una nota de alarma en la voz deLoki.
— ¿Dijo qué quería?
Thor se giró para poder observarlo. Tenía los ojos ligeramente dilatados, y sujetaba elteléfono con demasiada fuerza.— ¿Por qué le dio mi número de teléfono? —preguntó enfadado—. Le dije que nodiera mi número a nadie. ¿Puedo hablar con su superior?
Thor se acercó a el.
— ¿Algo va mal?
Loki alzó la mano, indicándole que permaneciera en silencio para poder escuchar loque la otra persona le estaba diciendo.
— Muy bien —dijo tras una larga espera—. Tendré que cambiar el número de nuevo.Gracias —colgó el teléfono, frunciendo el ceño por la preocupación.
— ¿Qué ha pasado? —le preguntó él.
Loki resopló irritada mientras se frotaba el cuello.
La compañía acaba de contratar a esta chica y, como es nueva, le dio mi númeroprivado a uno de mis alumnos. Y la verdad es un alumno un poco molesto.
— Yo no establezco relaciones de amistad con mis alumnos debido a las normas de laempresa. Y si se enteran podrían sancionarme.
— Entiendo-pero si el pidió tu numero no veo porque te sancionen a ti.
— ¡Bienvenido al siglo veintiuno! —exclamó Loki con amargura—. Aquí hacemos lascosas de un modo… distinto.
Thor movió la cabeza, ensimismado, mientras pensaba en todas las cosas de éstaépoca que le resultaban extrañas. No podía entender a esta gente, ni su modo de vida.
— No encajo en este mundo--masculló.
— Thor …
Se alejó cuando vio que Loki se acercaba a él.
— Loki, sabes que es así. Supongamos que rompemos la maldición; ¿de qué me va aservir? ¿Qué se supone que voy a hacer aquí? No puedo leer tu idioma, no séconducir y no tengo posibilidades de trabajar. Hay demasiadas cosas que no entiendo.
Me siento perdido…
El se estremeció ante la evidente angustia que Thor intentaba ocultar con todas susfuerzas.
— Sólo estás un poco agobiado. Pero lo haremos pasito a pasito. Te enseñaré aconducir y a leer. Y con respecto al trabajo… sé que eres capaz de hacer muchascosas.
— ¿Como qué?
— No lo sé. Además de ser un soldado, ¿a qué otra cosa te dedicabas en Asgard?
— Era un general, Loki. Lo único que sé hacer es dirigir a un antiguo ejército en unabatalla. Nada más.Loki tomó su cara entre las manos y lo miró con dureza.
— No te atrevas a abandonar ahora. Me has dicho que no tenías miedo a luchar,¿cómo puedes asustarte por esto?
— No lo sé, pero me asusta.
Algo extraño ocurrió entonces; Loki percibió que Thor le había permitido acercarse. Node forma muy íntima, pero por la expresión de su rostro se daba cuenta de que estabaadmitiendo su vulnerabilidad ante el. Y, en el fondo, sabía que no era el tipo de hombreque admite fácilmente ese hecho.
— Yo te ayudaré.
La duda que reflejaban sus ojos hizo que se le revolviera el estómago.
— ¿Por qué?
— Porque somos amigos —le respondió con ternura, mientras le acariciaba la mejilla
con el pulgar—. ¿No fue eso lo que le dijiste a Clint?
— Ya escuchaste su respuesta. No tengo amigos.
— Ahora sí.
Él se inclinó y lo besó en la frente, atrayéndolo hacia su cuerpo para darle un fuerteabrazo. El cálido aroma del sándalo lo inundó mientras escuchaba cómo el corazón deThor latía frenéticamente bajo su mejilla rodeada por sus bíceps tostados por el sol.
Fue un gesto tan tierno que a Loki le llegó al alma.
— De acuerdo, Loki —le dijo en voz baja—. Lo intentaremos. Pero prométeme que no
dejarás que te haga daño.
Él lo miró.
— Estoy hablando en serio. Una vez que me pongas los grilletes, no me sueltes bajoninguna circunstancia. Júralo.
— Pero…
— ¡Júralo! —insistió él con brusquedad.
— Muy bien. Si no puedes controlarte, no te liberaré. Pero yo también quiero que meprometas una cosa.
Él se apartó un poco y lo miró con escepticismo. No obstante, siguió abrazándolo.
— ¿Qué?
Loki apoyó las manos sobre sus fuertes bíceps y sintió cómo la piel de Thor se erizababajo su contacto. Él bajó la mirada hacia sus manos, con una de las expresiones mástiernas que él había visto nunca.
— Prométeme que no vas a desistir —le dijo—, que vas a intentar acabar con la
maldición.
Lo miró con una sonrisa extraña.
— Está bien. Lo intentaré.
— Y lo lograrás.
Thor sonrió al escuchar su comentario.
— Tienes el optimismo de un niño.
Loki le devolvió la sonrisa.
— Como Peter Pan.
— ¿Peter qué?
El se alejó de sus brazos de mala gana. Tomándolo de la mano, lo llevó hasta lapuerta del dormitorio.
— Acompáñame, esclavo asgardiano, y te contaré quiénes son Peter Pan y los NiñosPerdidos.
— Entonces, ¿ese chico nunca se hizo mayor? —preguntó Thor mientras preparabanla cena.
Loki estaba muy sorprendido, ya que él no se había quejado cuando le pidió que seencargara de la ensalada. Parecía bastante acostumbrado a usar cuchillos para cortarcomida.
Sin muchas ganas de investigar aquella pequeña peculiaridad, se concentró en lasalsa para los tallarines.
— No. Regresó a la isla con Campanilla.
— Interesante.
Loki metió una cuchara en la salsa y, poniendo una mano debajo para que no goteara,se la acercó a Thor para que la probase, después de haberla enfriado.
— Dime qué te parece.
Él se inclinó, abrió la boca y dejó que Loki le diera a probar la salsa.
El observó cómo la saboreaba.
— Está deliciosa.
— Y eso que no has probado la comida de Tony pero ¿no es demasiada sal?
— No, está perfecta.
El sonrió alegremente.
— Ten —le dijo él, ofreciéndole un trozo de queso.
Loki abrió la boca, pero él no se lo dio; aprovechándose de las circunstancias, seadueñó de sus labios para besarlo a conciencia.
¡Dios mio! Una lengua con tal capacidad de movimiento debería ser inmortalizada conun monumento, o encontrar el modo de conservarla para la posteridad. Semejante
tesoro no podía desaparecer. Y esos labios…
Mmm, Loki no quería pararse a pensar en esos deliciosos labios y en lo que erancapaces de hacer.
Thor lo sujetó por la cintura apretándolo contra sus caderas, justo sobre el lugar dondesu miembro se tensaba bajo los jeans. ¡Por amor de Dios!, este hombre estaba
maravillosamente dotado y Loki comenzó a temblar ante la idea de que desplegaratodos sus encantos sexuales para el.
¿Sería capaz de sobrevivir a algo así?
Sentía cómo Thor se tensaba y cómo su respiración comenzaba a alterarse. Estabadejándose arrastrar por la pasión, y Loki empezaba a temer que, si no lo detenía enese momento, ninguno de los dos iba a ser capaz de parar después.
Aunque no le apetecía nada separarse de él, dio un paso atrás, deshaciendo el tórridoabrazo.
— Thor, no podemos...
Jadeando, observó la lucha que sostenía consigo mismo mientras lo devoraba con losojos.
— Sería mucho más sencillo comportarse si no fueses tan jodidamente deseable.
El comentario fue tan inesperado que él se ruborizo.
— Lo siento —le dijo, captando el gesto irritado de Thor —. Al contrario de lo que teocurre a ti, yo no estoy acostumbrado a que me digan cosas como ésa.
Riéndose, él le dio un ligero beso en la mejilla y se acercó a la olla para sacar la pastadel agua antes de que se pasara.
Mientras echaba los tallarines en el escurridor, se acordó del pan.
— ¿Puedes echarle un vistazo a las baguettes?
Thor se acercó al horno y se inclinó, ofreciéndole a Loki una suculenta visión de suparte trasera. El se mordió el labio inferior, mientras se esforzaba por no acercarse ypasar la mano por ese firme y prieto trasero.
— Están a punto de quemarse.
— ¡Ay, mierda! ¿Puedes sacarlas? —le preguntó, intentando no derramar el agua queestaba hirviendo.
— Claro — Thor cogió el trapo, y comenzó a sacar el pan. De repente, soltó unjuramento que llamó la atención de Loki.
El se giró y vio que el trapo estaba ardiendo.
— ¡Allí! —exclamó, quitándose de en medio—. Échalo al fregadero.
Él lo hizo, pero al pasar por su lado, le rozó la mano con el trapo y Loki siseó de dolor.
— ¿Te he quemado? —le preguntó.
— Un poco.
Thor hizo una mueca al cogerle la mano para examinarle la quemadura.
— Lo siento —le dijo, un momento antes de llevarse el dedo de Loki a la boca.
Atónito, no fue capaz de moverse mientras Thor pasaba la lengua por la sensibilizadapiel de su dedo. A pesar de la quemazón de la herida, la sensación era muy agradable.
Muy, muy agradable.
— Eso no le viene bien a la quemadura —susurró.
Con el dedo aún en la boca, Thor le dedicó una sonrisa traviesa y alargó el brazo paraabrir el grifo, que estaba a su espalda. Hizo un círculo completo con la lenguaalrededor del dedo una vez más antes de abrir la boca y colocarlo bajo el chorro deagua fría.
Sosteniéndole el brazo para que el agua aliviara el escozor de la quemadura, seacercó a la planta de aloe, que estaba en alféizar de la ventana, y cortó un trozo.
— ¿Conoces las propiedades del aloe? —le preguntó el.
— Sus propiedades curativas se conocían mucho antes de que yo naciera —respondió
él.
Cuando frotó el dedo con la viscosa savia de la planta, Loki sintió que un escalofrío lerecorría la espalda y se le hacía un nudo en el estómago.
— ¿Te sientes mejor?
El asintió con la cabeza.
Con la ternura y el deseo reflejados en los ojos, Thor contempló sus labios como siaún pudiese percibir su sabor.
— Creo que, a partir de ahora, dejaré que seas tú la que se encargue del horno —ledijo.
— Probablemente sea lo mejor.
Loki se apartó de él y sacó las baguettes, que aún eran comestibles.
Sirvió los platos y precedió a Thor hasta la sala, donde se sentaron a comer en elsuelo, delante del sofá, mientras veían Matrix.
— Me encanta esta película —dijo el cuando empezaba la película.
Thor colocó el plato sobre la mesita de café y se acercó a Loki.
— ¿Siempre comes en el suelo? —le preguntó antes de llevarse un trozo de pan a laboca.
Fascinado por la armonía de sus movimientos, Loki observó atentamente cómo la
mandíbula de Thor se tensaba al masticar.
¿No había ninguna parte de su cuerpo por la que no se le hiciese la boca agua?
Comenzaba a entender por qué el resto de sus invocadores lo habían utilizado.
La idea de mantenerlo encerrado en una habitación durante un mes estaba
empezando a resultarle muy tentadora.
Y además tenían aquellos grilletes…
— Bueno —dijo alejando su mente de aquella maravillosa y bronceada piel, y de lobien que se vería si Thor estuviese totalmente desnudo y desparramado sobre sucolchón—, está la mesa del comedor, pero puesto que la mayoría de las noches estoysolo, prefiero tomarme un tazón de sopa en el sofá.
Thor giró de forma magistral el tenedor sobre la cuchara, hasta que los tallarines
estuvieron perfectamente enrollados.
— Necesitas a alguien que cuide de ti —le dijo antes de llevarse el tenedor a la boca.
Loki se encogió de hombros.
— Yo me cuido solo aparte tengo a Tony
— No es lo mismo.
Loki lo miró. Thor hablaba desde el corazón y basándose en su propia experiencia.
— Supongo que todos necesitamos alguien que nos cuide, ¿verdad? —susurró él.
Él giró la cabeza para ver la televisión, pero no antes de que Loki captara el destellodel deseo en sus ojos. El lo observó mientras permanecía unos minutos atento a lapelícula. Aun distraído, comía de forma impecable. Loki estaba todo cubierta demanchas de salsa, y él ni siquiera había dejado caer una sola gota.
— Enséñame cómo haces eso —le dijo.
Thor lo miró con curiosidad.
— ¿El qué?
— Lo que haces con la cuchara. Me estás poniendo de los nervios. No consigo quemis tallarines acaben enrollados en el tenedor; se quedan todos sueltos y me estoyensuciando
— Claro, y no queremos que nos rodeen un montón de tallarines gigantes que lo dejentodo hecho un asco, ¿verdad?
Loki se rió porque sabía que no hablaba precisamente de los tallarines.
— A ver, ¿cómo lo haces?
Thor tomó un sorbo de vino y dejó la copa a un lado.
— Veamos, así me resultará más fácil enseñártelo.
Y se deslizó entre el sofá y Loki
— Thor… —le advirtió el.
— Sólo voy a enseñarte lo que quieres.
— Hum… —exclamó dubitativo. De todos modos, no podía evitar sentir su proximidad
le calara hasta los huesos, hasta el alma. La calidez del pecho de Thor se extendió porsu espalda cuando lo rodeó con sus maravillosos brazos.
Al sentarse tras el, le dobló las rodillas, de modo que quedaron a cada lado de sucuerpo y cuando se inclinó hacia delante, Loki notó su erección presionándole en lacadera. Esta vez no se sorprendió.
Curiosamente, estaba empezando a acostumbrase.
Sentía el poder y la fuerza de Thor mientras su cuerpo fibroso y esbelto se acomodabatras el, dejándolo sin aliento y muy inseguro.
Unos sentimientos extraños e intensos comenzaron a extenderse en su interior, jamásle había ocurrido algo así. ¿Qué tenía Thor que le hacía sentirse tan protegido y feliz?
Si se trataba de la maldición, deberían cambiarle el nombre, porque no había nadamalévolo en las sensaciones que la embargaban.
— Muy bien —le dijo Thor, y su aliento le rozó la oreja haciendo que una descargaeléctrica la traspasara. Al instante, le cogió las manos y los dos juntos sostuvieron loscubiertos.
Cerró los ojos, mientras aspiraba el dulce aroma a fresas que desprendía el cabello deLoki. Estaba empleando toda su fuerza de voluntad para concentrarse en la tarea deenseñarle a comer tallarines, y olvidarse de lo mucho que deseaba hacerle el amor.
Loki deslizó provocativamente los dedos entre los suyos, intensificando de ese modolas sensaciones que su piel cálida y suave producían en Thor.
Un nuevo tipo de desesperación se adueñó de él. Una que no era capaz de nombrar.
Sabía lo que quería de él, y no se trataba sólo de su cuerpo.
Pero no se atrevía a pensar en eso.
No se atrevía a tener esperanzas.
Loki no estaba a su alcance. Su corazón se lo decía, y su alma. Ni todo el anhelo delmundo podría cambiar un hecho esencial: no se merecía una persona como él.
Jamás lo había merecido…
Abrió los ojos y le mostró el modo de usar la cuchara para ayudarse a enrollar lostallarines en el tenedor.
— ¿Ves? —Murmuró, acercándole el tenedor a los labios—. Es sencillo.
El abrió la boca y Thor introdujo con cuidado el tenedor. Mientras lo sacaba,deslizándolo entre sus labios, sintió que experimentaba una nueva forma de tortura.
El corazón le latía a un ritmo frenético y salvaje, y su sentido común le decía que sealejara de él.
Pero no podía. Llevaba tanto tiempo sin compañía. Tanto tiempo sin tener un amigo…
No podía dejarlo ahora. No sabía cómo hacerlo.
Así que siguió dándole de comer.
Loki se reclinó entre sus brazos. Apartó las manos de las suyas y dejó que él tomara elcontrol. Mientras masticaba los tallarines, cogió un trozo de pan y se lo ofreció a Thor.
Él le mordisqueó los dedos al ponérselo en la boca.
Loki sonrió y le acarició el mentón mientras masticaba. ¡Uf! La forma en que se tenso  ese músculo bajo su mano… le encantaba cómo se movía su cuerpo, cómose relajaban y se contraían sus músculos, por muy pequeño que fuese el esfuerzo.
Jamás podría cansarse de mirarlo.
Tomó un sorbo de vino y, mientras tanto, Thor le robó unos cuantos tallarines.
— ¡Oye, tú! —le dijo bromeando—. Eso es mío.
Sus celestiales ojos resplandecieron al sonreír, y le ofreció de nuevo el tenedor paraque siguiera comiendo.
Mientras masticaba, Loki le acercó la copa de vino a los labios.
Desafortunadamente, no calculó bien y lo alejó demasiado pronto, con lo que el vinose derramó por su barbilla y cayó sobre la camisa.
— ¡Lo siento! —exclamó, limpiándole la barbilla con los dedos.
A él no pareció molestarle en absoluto. Le cogió la mano y se dedicó a lamer el vinoque caía por sus dedos.
Loki dejó escapar un gemido. Thor le lamía los dedos y los mordisqueaba con muchasuavidad, y el se estremecía de la cabeza a los pies.
Uno a uno, los fue limpiando meticulosamente. Y cuando acabó, le alzó la barbilla ycapturó sus labios.
Pero no fue el beso exigente y fiero al que ellestaba acostumbrada. El que utilizabapara seducirlo y devorarlo.
Éste fue suave y tranquilo. Tierno. Los labios de Thor eran delicados pero exigentes.
Entonces se alejó.
— ¿Aún tienes hambre? —le preguntó.
— Sí —balbució Loki, sin referirse a la comida, sino a los apetitos que su cuerpoestaba experimentando junto a él.
Thor le ofreció más tallarines.
Cuando él le acercó la copa nuevamente para calmar su sed, Thor le cubrió la manocon la suya mientras la observaba con ojos risueños.
Así siguieron, dándose de comer y deleitándose en su mutua compañía, hasta el finalde la película. Thor pareció muy interesado en las luchas finales.
— Sus armas son fascinantes —comentó.
— Supongo que para un general deben serlo.
Él lo miró de reojo y siguió atento a la película.
— ¿Qué es lo que más te gusta de Matrix?
— Las alegorías.
Él asintió.
— Tiene influencias de Platón.
— ¿Conoces a Platón? —le preguntó sorprendido.
— Lo estudié cuando era joven.
— ¿En serio?
No pareció divertido por la conversación.
— Se las arreglaban para enseñarnos unas cuantas cosas entre paliza y paliza.
— No estás hablando en serio, Thor.
— Ya.
Una vez acabó la película, lo ayudó a recoger los platos y llevarlos a la cocina.
-¿Nos vamos arriba y empiezo a enseñarte a leer?-dijo Loki
Thor negó con la cabeza.
— No abandonas, ¿verdad?
— No.
— Muy bien —le respondió, siguiéndolo—. Acepto que me des clases si te pones lanegligé neg…
— No, no y no —dijo el pelinegro, deteniéndose en mitad de la escalera y girándosepara mirarlo—. Me temo que eso no va a ser posible.
Él se acercó y acarició el pelo que le caía sobre el hombro.
— ¿No sabes que necesito una musa que me anime a aprender? ¿Y qué mejor musaque tú vestido con…?
Loki le colocó los dedos sobre los labios para impedir que siguiera hablando.
— Si me pongo eso, dudo mucho que vayas a aprender algo que no sepas ya.
Él le mordisqueó los dedos.
— Prometo comportarme bien.
Sabiendo que era una idea pésima, dejó que la convenciera.
— Será mejor que te comportes —le advirtió, mirándole por encima del hombromientras acababa de subir los escalones.
Loki entró en el enorme vestidor que su padre había convertido en biblioteca añosatrás, y rebuscó en los estantes hasta encontrar su viejo cuento de Peter Pan.
Thor rebuscó en sus cajones hasta encontrar el deplorable atuendo.
Intercambiaron objetos en el centro de la habitación. Loki camino hacia el cuarto debaño y se cambió de ropa pero, tan pronto como se contempló en el espejo, fueincapaz de moverse. ¡Puaj! Si Thor lo veía con esas pintas saldría dando alaridos de lahabitación.
Incapaz de soportar la humillación de verlo decepcionado por su cuerpo, se quitó lanegligé y se puso su una bata Simplemente no tenía nada con que rellenar ese negligéasí que no veía como eso podía satisfacer a Thor
Thor meneó la cabeza.
— ¿Por qué te has puesto eso?
— Mira, no soy idiota. No tengo el tipo de cuerpo que se vería bien en eso.
— Pero a mí me gustaría verte con eso
El frunció el ceño ante su lógica.
— No.
— ¿Entonces cómo sabes que tu cuerpo no despierta el deseo de un hombre?
— Porque no soy ciego. Los hombres no babean por mí del mismo modo que lasmujeres hacen contigo. ¡Maldita sea!, me considero afortunado cuando se dan cuentade que soy un hombre.
—Loki —masculló, levantándose. Se puso en pie y se detuvo a los pies de la cama—.Ven aquí —le ordenó.
El obedeció.
Thor lo colocó exactamente enfrente del espejo de cuerpo entero.
— ¿Qué ves? —le preguntó.
— A ti.
Él le sonrió.
Inclinándose, apoyó la barbilla sobre el hombro de Loki.
— ¿Qué ves cuando te miras?
— Veo a alguien que necesita ganar de seis a siete kilos y que parece una mujer.
A él no pareció hacerle gracia.
Le pasó las manos por la cintura, hasta la parte delantera donde descansaba el nudodel cinturón de la bata
— Déjame que te diga lo que yo veo —ronroneó justo sobre su oreja, mientrascolocaba las manos sobre el cinturón, sin abrirlo—. Veo un hermoso cabello. Suave yabundante. Tienes el cabello ideal para que caiga en cascada sobre el vientre desnudode un hombre, para enterrar la cara en él y aspirar su aroma.
Loki empezó a temblar.
— Tienes un rostro hermoso, semejante al de un pequeño diablillo, con labios llenos ysensuales que piden a gritos ser besados. Y con respecto a que te pareces a unamujer es tu encanto que te hace único e irresistible.
No sonaba tan mal dicho por él.
Le desabrochó el nudo e hizo una mueca ante el polo que lo tapaba. Abriéndolo del todo, siguió hablando.
— ¿Qué tenemos aquí? —masculló, devorándolo con los ojos y observando el bóxernegro que portaba.
Antes de poder pensar siquiera en protestar, Thor le bajó la bata por los brazos y lodejó caer al suelo, a sus pies. Volvió a apoyar la barbilla en su hombro mientras susojos la contemplaban a través del espejo.
Le alzó el polo.
— Thor —dijo él, cogiéndole la mano.
Sus miradas se encontraron en el espejo. Loki no pudo moverse, ya que la pasión y laternura que se reflejaban en los ojos de Thor lo sumieron en un estado de trance.
— Quiero verte, Loki —le dijo en un tono que dejaba a las claras que no admitiría unno por respuesta.
Antes de poder volver a pensar con claridad, él le quitó el polo y pasó sus manossobre la piel desnuda de su estómago.
— Eres perfecto —susurró, incorporándose tras el—mientras rozaba con un dedo una
de sus tetillas.
— Thor —balbució Loki con un gemido y el cuerpo abrasado—. Recuerda tu promesa.
— Me estoy comportando bien —respondió él con voz ronca.
Apoyándose sobre sus duros pectorales, Loki observó sin aliento en el espejo cómoThor dejaba su pezón y le acariciaba las costillas, descendiendo hasta las caderas yuna vez allí, metía las manos bajo el elástico de su boxer.
— Tienes un cuerpo hermoso, Loki —le dijo mientras deslizaba su mano acariciando la
piel alrededor de su miembro
Por primera vez en toda su vida, lo creyó.
— Thor —lloriqueó, sabiendo que si no lo detenía ahora no sería capaz de hacerlomás tarde.
— ¡Shh! —le dijo al oído—. Ya te tengo.
Y, entonces, acarició su sexo.
Loki gimió, consumido por la pasión. Thor capturó sus labios y lo besó plena yprofundamente.
De forma instintiva, se dio la vuelta entre sus brazos para saborearlo mejor.
Lo levantó del suelo, sin abandonar sus labios, mientras lo llevaba hasta la cama. Dealgún modo, se las arregló para acomodarlo sobre el colchón y tumbarse sobre el sindejar de besarlo.
Ciertamente tenía un gran talento.
Y ¡uf!, Loki se sentía arder con sus caricias. Con su aroma escandalosamente sensual.
Con la sensación de su cuerpo tendido junto a él. Comenzó a temblar de pies acabeza mientras él le separaba los muslos con las rodillas y se colocaba, aún vestido, sobre él.
Sentir su peso era algo maravilloso. Su cuerpo duro y viril, mientras restregaba susesbeltas caderas contra él. Aun a través de los jeans, podía sentir su erecciónpresionando sobre su entrepierna. Como si estuviesen atraídos por un imán, suscaderas se alzaron acompasándose al movimiento de Thor.
— Eso es, Loki —murmuró sobre sus labios, mientras seguía rozando su miembrohinchado contra el, de un modo tan magistral que Loki supo que ya habría llegado alclímax si estuviese dentro de él—. Siente mis caricias.
Siente mi deseo por ti, sólo por ti. No luches contra él.
Loki volvió a gemir cuando Thor abandonó sus labios y dejó un abrasador reguero debesos por su garganta, hasta llegar a sus pezones, que comenzó a succionar consuavidad.
Loki deliraba de placer mientras enterraba las manos en los rizos de Thor.
Él atormentó implacablemente sus pezones con la lengua.
Todo su cuerpo temblaba por el tremendo esfuerzo que le suponía mantenersevestido. Quería introducirse en el con tanta desesperación que su cordura sedesvanecía poco a poco.
Con cada envite de sus caderas contra las de Loki, le daban ganas de gritar por laagonía del deseo insatisfecho. Era la tortura más deliciosa que jamás habíaexperimentado.
Y todo empeoró al sentir a Loki deslizar las manos por su espalda, e introducirlas ensus bolsillos traseros para acercarlo aún más, apretándolo con fuerza.
Thor se estremeció ante la sensación.
— ¡ah Thor! —jadeaba Loki cuando él aumentó el ritmo de sus embestidas.
Thor sintió que todo le daba vueltas. Tenía que hundirse en el. Y si no podía hacerlo deuna manera, por todos los templos de Iddun que lo haría de otra.
Se apartó de el y se movió hacia abajo, pasando los labios por su estómago y
besándole las caderas mientras le quitaba el bóxer.
Loki temblaba de pies a cabeza al sentir el poder que él ostentaba en ese momento.
— Por favor —le suplicó, incapaz de soportarlo más.
Le apartó los muslos con los codos. Loki se lo permitió sin protestar.
Colocó las manos bajo el y le elevó las caderas hasta que le pasó las piernas porencima de sus hombros.
Los ojos se le abrieron de par en par en el mismo instante en que Thor lo tomó en laboca.
Loki enterró las manos en el cabello de él y echó la cabeza hacia atrás, siseando deplacer ante las caricias tan íntimas que la lengua de Thor le prodigaba. Jamás habíaexperimentado algo así. Una y otra vez, penetrándolo con los dedos implacablemente,mientras le lamía su miembro, lo atormentaba, hurgaba en su interior hasta dejarlo sinaliento, exhausto.
Thor cerró los ojos y gruñó cuando probó su sabor. Y disfrutó de la sensación. Losmurmullos de placer que escapaban de la garganta de Loki resonaban en sus oídos.
Percibía cómo el reaccionaba ante cada caricia sensual de su lengua, cuidadosamenteejecutada. De hecho, sentía como le temblaban los muslos y las nalgas, como se
estremecían contra sus hombros y sus mejillas.
Loki se retorcía de modo muy erótico en respuesta a sus caricias.
Con la respiración entrecortada, Thor quiso mostrarle exactamente lo que se habíaestado perdiendo. Cuando saliera de la habitación esa noche,
Loki no volvería a encogerse de temor ante sus caricias.
El gimoteó cuando movió la mano despacio para introducir su lengua en su entrada,mientras lo masturbaba con la otra mano.
— ¡Thor! —jadeó con un involuntario estremecimiento de su cuerpo.
Él movió el dedo y la lengua aún más rápido, más profundo, aumentando la presiónmientras lamia. Loki sentía que la cabeza le daba vueltas por el roce del mentón deThor en sus muslos.
Y, cuando pensaba que ya no podría soportarlo más, alcanzó el clímax de forma tanviolenta que echó la cabeza hacia atrás y gritó mientras su cuerpo se convulsionabapor las continuas oleadas de placer.
Pero Thor no se detuvo, siguió prodigándole caricias hasta que tuvo otro nuevoorgasmo, casi seguido al primero.
La tercera vez que le ocurrió pensó que moriría.
Débil, y totalmente saciado, sacudía la cabeza a uno y otro lado, sobre la almohada,mientras él continuaba su implacable asalto.
— Thor, por favor —le suplicó mientras su cuerpo seguía experimentando continuos
espasmos por sus caricias—. No puedo más.
Sólo entonces, él se apartó.
Loki se sentía palpitar desde la cabeza hasta los pies, y respiraba entrecortadamente.
Jamás había conocido un placer tan intenso.
Thor trazó una senda de besos desde sus muslos hasta su garganta, y allí se quedó.
— Dime la verdad, Loki —le dijo al oído—. ¿Has sentido algo así antes?
— No —susurró él con honestidad; dudaba que muchas personas hubiesen conocidoalgo semejante a lo que el acababa de experimentar. Quizás no hubiese ninguno—.No tenía ni idea de que pudiese ser así.
Con una mirada hambrienta, Thor lo contempló como si quisiesedevorarlo.
El sintió la presión de su erección sobre la cadera y cayó en la cuenta que él no habíallegado al orgasmo. Había mantenido su promesa.
Con el corazón latiéndole frenético ante el descubrimiento, quiso proporcionarle lomismo que el acababa de vivir. O al menos, algo que se le aproximara.
Bajando la mano, comenzó a desabrocharle los pantalones.
Thor le cogió la mano y se la llevó a los labios para besarle la palma con muchaternura.
— Tu intención es buena, pero no te molestes.
— Thor —le dijo en tono de reproche—. Sé que es doloroso si no se…
— No puedo —insistió él, interrumpiéndolo de nuevo.
Loki lo miró curioso.
— ¿Que no puedes qué?
— Tener un orgasmo.
Loki abrió la boca, atónito. ¿Estaría diciendo la verdad? De todos modos, sus ojostenían una expresión mortalmente seria.
— Es parte de la maldición —le explicó él—. Puedo darte placer, pero si me tocas
justo ahora, sólo conseguirás hacerme más daño.
Sufriendo por él, le acarició la mejilla.
— Entonces, ¿por qué…?
— Porque quería hacerlo.
No lo creía. No. Apartó la mano de su rostro y miró hacia otro lado.
— Querrás decir porque tenías que hacerlo. Por la maldición también, ¿no es cierto?
Él lo cogió por la barbilla y lo obligó a mirarle a los ojos.
— No. Estoy luchando contra la maldición, si no fuese así, estaría dentro de ti ahora
mismo.
— No lo entiendo.
— Yo tampoco —le confesó mirándolo a los ojos, como si buscase en el la respuesta
—. Acuéstate conmigo —susurró—. Por favor.
Loki hizo una mueca de dolor ante el sufrimiento que destilaba aquella sencillapetición. Pobre Thor. ¿Qué le habían hecho? ¿Cómo podían hacerle eso a alguiencomo él?
Thor cogió el libro y se lo dio a Loki
— Léeme.
El pelinegro abrió el cuento mientras él colocaba las almohadas en el cabecero de lacama.
Se estiró en el colchón e hizo que Loki se tumbara a su lado. Sin decir una solapalabra, tiró de la manta y lo rodeó en un tierno gesto con su brazo.
El olor a sándalo lo asaltó de nuevo, mientras comenzaba a leerle la historia de Wendy
y Peter Pan.
Estuvieron así durante una hora.
— Me encanta tu voz. Tu forma de hablar —le dijo mientras Loki se detenía para pasaruna página.
El sonrió.
— Debo decir lo mismo de ti. Tienes la voz más cautivadora que he escuchado jamás.
Thor le quitó el libro de las manos y lo dejó sobre la mesita de noche. Loki alzó lamirada hasta sus ojos. El deseo los hacía más brillantes, y lo contemplaba con unanhelo que lo dejó sin respiración.
Entonces, para su asombro, lo besó suavemente en la punta de la nariz.
Alargó el brazo, cogió el mando a distancia y bajó las luces hasta dejar la habitaciónen penumbra. Loki no sabía qué decir mientras él se acurrucaba y lo abrazaba por laespalda.
Thor le apartó el pelo de la cara y apoyó la cabeza en la almohada, al lado de la suya.
— Me encanta tu olor —le susurró, abrazándolo con fuerza.
— Gracias —respondió el en un murmullo.
No estaba seguro, pero le daba la impresión de que Thor sonreía.
Se acurrucó aún más, acercándose a la calidez de su cuerpo, pero los jeans lerasparon las piernas.
— ¿No estás incómodo vestido? ¿No deberías cambiarte de ropa?
— No —contestó tranquilamente—. De este modo, sé que mi cucharita permaneceráalejada de tu…
— Ni se te ocurra decirlo —dijo con una carcajada—. No te ofendas, pero tu hermanono debió hacer esa analogía me pareció sucia.
— Sabía que había una razón para que me gustaras tanto.
Loki le quitó el mando de las manos.
— Buenas noches, Thor.
— Buenas noches, cariño.
Loki apagó la luz.
Al instante, notó cómo Thor se tensaba. Su respiración se convirtió en un jadeoentrecortado y se apartó de él.
— ¿Thor?
Él no contestó.
Preocupado, Loki encendió la luz para poder verle. Se abrazaba con fuerza el torso,con los brazos cruzados sobre el pecho. Tenía la frente cubierta de sudor y una miradaaterrada y salvaje mientras se esforzaba por respirar.
— ¿Thor?
Él observó la habitación como si acabara de despertar de una pesadilla espantosa.
Loki vio cómo alzaba un brazo y colocaba la mano en la pared, para asegurarse quetodo era real, no una alucinación.
Se humedeció los labios, se pasó la mano por el pecho y tragó saliva.
Y entonces, Loki lo entendió.
La oscuridad. Por eso no había apagado las luces, sino que había bajado laintensidad.
— Lo siento Thor, no lo sabía.
Él seguía sin hablar.
Loki lo abrazó, sorprendido de que un hombre tan fuerte buscase consuelo en él comosi no pudiese hacer otra cosa. Thor apoyó la cabeza sobre su pecho.
Con los dientes apretados, Loki sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas. Y en eseinstante supo que jamás le dejaría regresar a ese libro. Nunca.
De algún modo, romperían la maldición. Y, cuando todo hubiese acabado, esperabaque Thor pudiese vengarse del responsable de su sufrimiento.

UN AMANTE PERFECTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora