Epílogo

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Diana bebía su té helado, mientras contemplaba como su prometido corría por la pista de tenis. Jack intentaba seguirle el ritmo, pero no era posible, un hombre enamorado, luciéndose ante su chica, era incansable.

-           Supongo que le habrás dado un buen mordisco a ese culo.- Maggie sorbía de su taza, con toda la delicadeza que se esperaba de una dama, aunque el comentario no fuera tan refinado.

-           Lo he hecho. He mordido todo lo que está bajo esa ropa. Pero no os hagáis ilusiones. Ese plato es sólo para mi.-

-           Nunca quebrantaríamos las reglas, tesoro. Si el hombre tiene dueña, no se toca.-

-           Oye Nana, ¿Alexia pertenece al club?.-

-           Fue una de nuestras acólitas, si.-

-           ¿Y como es que estaba soltera?.-

-           Bueno, digamos que el hombre en cuestión le salió rana. La decepcionó tanto, que prefirió darle el pasaporte y buscarse otro que mereciera la pena.-

-           Ya, Patrick.- Todas rieron.

-           Si, Patrick.-

-           Entonces, si alguna de nosotras, por circunstancias de la vida, necesitara de nuevo la ayuda del club…-

-           El club no se va a ninguna parte, querida. Siempre estamos poniéndonos al día, en todos los temas. Pronto te darás cuenta, de que si nosotras quisiéramos, la vida de nuestros maridos, no sería tan… ¿Cómo decirlo?.-

-           Dilo, Nana, el mundo es de quien maneja los hilos, y nosotras tenemos una buena madeja.-

Prorrumpieron en sonoras carcajadas.

-           Abuela, ¿alguna vez una dama del club no resultó…digamos apta?.- Carmen y Nana se miraron.

-           Alguna vez nos hemos equivocado, tesoro, nadie es infalible.-

-           ¿Elisabeth intentó entrar?.- Carmen casi se atragantó con su bebida.

-           Qué más quisiera esa petarda. Estoy segura de que se come por dentro por saber lo que cocemos aquí, pero se queda con las ganas.-

-           Ella y Carmen lucharon por el mismo hombre, y a la vista está cual de las dos se quedó con él.- Carmen esbozó una sonrisa satisfecha.

-           Yo me encargo día a día de recordarle a Robert la suerte que tuvo de encontrarme. Y está encantado.- más risas.

-           ¿Y ahora?, cuáles son nuestros planes.-

-           Bueno, tenemos una boda que preparar. Estaremos una temporada ocupadas.-

-           No quiero una boda pomposa, quiero que sea íntima.-

-           Tendrás la boda que deseas pequeña, pero la daremos el toque que necesita.-

-           ¿Qué toque?.-

-           Oh, pequeña. Es el tributo que tienes que pagar por lograr el premio con nuestra ayuda.-

-           Me estáis dando miedo.-

-           Oh, tranquila. La que tiene que temer algo, es esa melindre de Bamby. Tengo tantas ganas de pasarle la boda por la nariz… Odio a esa familia.- Diana casi se atraganta, sería buen momento de decirle lo de Esmeralda y Jack. Ella era su amiga, aunque ya estaba claro, que la fidelidad al club estaba por encima.

-           Yo, quería comentarte algo al respecto de esa familia.-

-           ¿Te refieres a lo de mi hija y Jack?.-

-           ¿Lo sabes?.-

-           Pocas cosas se escapan al conocimiento del club de las damas, tesoro.-

-           ¿Y no estás enfadada?.-

-           ¿Enfadada?. No, todo lo contrario. Jack es un buen partido para mi niña, y sé que es un buen chico, no como su tía y su prima. Disfrutaré mucho con esa boda. Dejaré a esas dos en el lugar que les corresponde, – Alzó una ceja.- que es al lado del aseo de caballeros.-

Más risas. Unos golpecitos en el cristal las hicieron mirar al otro lado. Nick sonreía a Diana y la hacía señas con la mano y el reloj. Ella asentía y después él salía corriendo seguido por Jack.

-           Bueno, señoras. Creo que tendré que abandonarlas en breve. Mi futuro marido me reclama.-

-           Piensa en mí cuando le pegues un bocado a ese culito, querida.- Diana se giró hacia Maggie.

-           Sabes, el culo está bien. Pero morder sus oblicuos… ummmm, eso sí que debería estar catalogado como delicatesen.-

Las dejó con los ojos abiertos como platos y riendo con lujuria. Su última incorporación era una auténtica “dama del club”.

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El Club de las Damas 01- Volvemos al campo de cazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora