¿Quiénes son los Min-Park?

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Lo había perdido para siempre, y no sólo a él, ¿Cómo vería a la cara a mi familia después de lo que hice, y de todo lo que dije? ¿Cómo vería a mi hermana a los ojos y le diría cuanto lo lamento?, ¿Con qué cara vería a mis padres y les diría que lo siento, que fui cruel y egoísta, que no merezco todo lo que hicieron por mi?... Yo, he perdido todo lo que tenía en el mundo...

Grito tu nombre, pero el tren ya está partiendo y no me escuchas más...

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El olor en el aire es distinto, huele a fresas, a la hierba mojada y tibia por los rayos del sol, y las aves que van de un lado a otro cantado.
Despertar en este paisaje despues de 16 años en la ciudad me hace sentir extraño. El reloj en la mesa de noche indica las nueve en punto, pero levantarme pesa.
Daegu es ameno, eso sí, me hace sentir una ambigua paz.
El cuarto en blanco está lleno de cajas por todos lados, hemos llegado ayer por la tarde con el raro sentimiento de ser observados, es una linda casa, aún más grande que la de Seúl, es pleno verano y el calor se cuela por cada ventana. Cuando finalmente he decidido levantarme, he visto la ventana frente a la mía, obstruidas por un árbol justo al centro, pero estoy seguro, había en aquel lado, un cabello miel, quebrado y brillante ante los rayos del sol que golpeaban en él, ha cerrado de un golpe las persianas. Una sutil manera de decirme fisgón.

Puedo escuchar los sarténes sobre la estufa y la risa de Dahyun y papá en la cocina, para cuando he decidido bajar, me he topado a mi otro padre, con el pelo enmarañado y los ojos hinchados, y resulta, que nos vemos exactamente igual. Vaya que he adoptado sus mejores cualidades. Arrastrandonos paso a paso hasta el comedor, Dahyun y papá nos ven a ambos con gracia.
—¿Quieren desayunar ya?— Preguntó papá Jimin, con su dulce y animada voz de siempre.
Ambos asentimos bostezando.
—¡Jungkookie! ¡Feliz cumpleaños, Jungkookie!— ha pegado un grito gigante, que ha terminado por despertarme.
—¡Dahyun yo también te quiero pero no me grites!— he dicho.
—Ah, finalmente estás vivo, oppa— sonreí para ella.
—¡Lo estoy!— reí. —¿Cuáles son los planes para celebrar al virtuoso Jungkook, papás?—
—Antes que nada... Un café enorme— susurro mi papá Yoongi.

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Mi decimosexto cumpleaños debía ser especial, decía mi papá Jimin. Eso significaba, todo el día por fuera jugando esto o aquello.
Papa Yoongi nos llevó a un juego de beisbol de nuestro equipo favorito, incluso conseguimos una bola autografiada, fue terriblemente incómodo cuando nos enfocaron a Dahyun y a mi con la kisscam para que nuestros padres se la robaran con su brillante beso. Después de ello, papá Jimin nos llevó a un restaurante francés, y luego miramos esa película popular que anunciaban por todos lados, al final, Dahyun nos ha llevado a un lugar de juegos, conseguimos ese conejo gigante que aún adoro. De vuelta a casa, he podido mirar atrás en mi vida, lo que es ahora no lo soñé nunca, ser increíblemente feliz, no lo soñé nunca. Ver a mis padres y mi hermana reír, protegerme y amarme es todo lo que podría querer. Y aunque extraño a la abuela Nayeon, Daegu promete hacerme muy muy feliz.
Mientras cantan feliz cumpleaños para mi, he pedido un deseo al soplar la vela:
“Por favor Dios, permiteme seguir siendo feliz”.

Esta mañana lo que me ha despertado ha sido el timbre de la casa, golpeado dos veces, casi me desmayo cuando escuché esa voz, esa varonil, grave, y preciosa voz.

—¡Yoongi-hyung, cuánto tiempo!—
Era el señor Kim Namjoon, mi más grande amor platónico. Dejé de verlo un par de años después de mi adopción formal, y supe tiempo después que se casó, no pudimos asistir a su boda porque mi papá Yoongi tenía un caso entonces. Me pregunto con que clase de persona debió casarse, seguro alguien igual de especial que él.
Corrí a bañarme para poder saludar, había un par de voces más, supuse que era su familia.
La verdad he exagerado un poco intentando verme bien, pero, es mi primer reencuentro con mi primer amor, ¡No me importa si esta casado, es Kim Namjoon, santos cielos!.
He bajado despacio, la verdad, estoy muy nervioso. Puedo distinguir su risa y siento el corazón golpearme agresivamente dentro del pecho.

—¡Jungkookie!— ha gritado mi nombre, santo Dios ayúdame porque me muero. Apiadate de mi alma, no puedo más.
Sonreí en respuesta mientras gritaba en mis adentros.
—Señor Namjoon, ¡Me da tanto gusto verlo después de tanto tiempo!— cuarenta y veinteee, cuarenta y veinteee, es el amor lo que importa y no, lo que diga la genteeeeee. ¡Yo soy su amante, Namjoon, no me importa verlo de vez en cuando, de contrabando! ¿Por qué tiene que verse aún más guapo que la última vez? Me duele el corazón.
Me ha dado un abrazo para saludar y yo he sentido que desfallecía.
—¡Mira cuanto has crecido! ¿Cuántos años tienes ahora, dieciséis?— he asentido. —¡Hoseok, cariño, ven aquí!— y entonces volví de golpe al mundo real, mientras se quebraba mi corazón con el impacto. ¿Cómo será ese tal Hoseok, será guapo como él, será bueno, amable, gentil, generoso? ¿Lo amará tanto como yo lo amo?
Mis preguntas fueron respondidas de golpe cuando vi al esposo del amor de mi vida, era como ver un ángel, su sonrisa era pura como si trajera la paz del mundo en ella.
Ahora entiendo, no tenía ni una oportunidad ante él.
—¡Mucho gusto Jungkook! Namjoonie me ha hablado muchísimo de ti, pero parece que se ha quedado corto con lo guapo que eres— y para colmo es tremendamente agradable. Bien, lo reconozco señor Hoseok, es un rival digno.
He reído, —¡Que amable, muchas gracias!— entonces vi esa sombría presencia que se había mantenido en silencio hasta ahora.
—Taehyung no seas descortés, presentate— Decía Hoseok, golpeando con su codo a ese tipo con cara de quererse morir.
—Taehyung— giró los ojos al final su amenísima presentación. Hice una reverencia corta en respuesta.
Fantástico, este tipo ya me odia, o bueno, a todo lo que se mueva.

Finalmente traigo para ustedes con todo mi amor la segunda parte de ¡MYQH!, desde la perspectiva de Jungkook.
Espero la disfrutemos juntos.

También quiero darles las gracias de todo corazón, jamás creí que la primera fuese tan bien, ¡30 mil leídas, opd!. Desde que llegó a doscientas no lo podía creer. Espero que está segunda parte les sea igual de agradable. Cuídense mucho.

💜

—Hhopesx94