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Me encontraba en la entrada de mi casa, otra vez aquel silencio me invadió hasta que me acerqué a la sala y las voces fueron siendo audibles y otra vez aquel horrible escenario. Como siempre intenté acercarme para ver de quien se trataba viendo como mi tío y mi abuelo estaban desesperados por lo ocurrido pero esta vez algo diferente sucedió, antes de acercarme más levanté la vista y me vi a mi misma mirando el cuerpo horrorizada, después su vista se posó en la mía y lágrimas empezaron a caer de sus ojos.
*F- El tiempo se acaba*

Desperté sobresaltada y el despertador sonó, lo apagué y me senté en la cama mientras intentaba tranquilizarme.

Después de unos minutos me encamine hacia el armario pero antes de llegar mi vista se posó en la imagen que me daba el espejo: unas ojeras marcadas descansaban bajo mis ojos los cuales permanecían hinchados y rojos a causa del llanto y mi rostro estaba mas pálido de lo normal, como si estuviera enferma.

No me sorprendía en absoluto ya que había permanecido desde el jueves sin apenas dormir, una vez que las pesadillas se hacían presentes me despertaba sobresaltada y no volvía a conciliar el sueño.

Me encamine por fin al armario y me vestí, después fui al baño e intente mejorar mi aspecto con un poco de maquillaje para evitar las preguntas y una vez lista y conforme cogí mis cosas y salí de casa.

Hoy por fin podría salir, era lunes y tenia clases. Me había costado convencer a Charlie de que me dejara ir ya que estaba preocupado por si me volvía a pasar lo de la otra vez pero conseguí convencerlo a cambio de que lo llamara a cada rato para cerciorarse de que estaba bien.

Cuando llegué al aparcamiento dejé mi coche cerca de la salida y apagué el motor. Solté un largo suspiro y me encamine a clase.

Tocaba química y me senté como siempre al final del todo. Conforme pasaban los minutos la clase se hacia cada vez mas larga pero intentaba permanecer concentrada y tomando apuntes.
De repente vi como la pantalla de mi móvil se iluminaba, lo tomé y mire el mensaje que me había llegado vigilando que el profesor no se diera cuenta.

Una pequeña sonrisa se formó en mi cara.
"P- ¿Comemos juntos en mi casa? Tengo ganas de verte."

Prof- ¿Habeis entendido?- Levanté la vista deprisa mientras escondía el móvil, pero por suerte miraba al resto.

La Prima De Bella (Parte 4) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora