Esta historia comienza en una realidad distinta a la que conoces, en un mundo nada moderno, dividido en tres grandes reinos: El reino de los volcanes, el reino de los bosques y el reino de hielo.
Mi nombre es Oliver Nordh, tengo 18 años y soy el príncipe del reino de los bosques. En nuestro mundo, las familias reales de cada región tienen una relevancia importantisima, ya que cada una posee una joya mágica especial.
El reino de los bosques posee la joya de curación, que es nada menos que una pequeña piedra esférica hecha de un material similar al cristal, de un color verde esmeralda intenso. Esta misteriosa reliquia ha pasado de generación en generación en mi familia y sólo los descendientes del rey pueden usar su poder. El por qué funciona de esta manera sigue siendo un misterio al día de hoy, así como su origen.
La joya de curación, o joya curativa, como su nombre lo indica, tiene el poder de curar cualquier tipo de herida, desde un leve raspón hasta una herida mortal. Sin embargo no es capaz de curar enfermedades.
Y no es la única limitación que tiene, pues su portador tampoco se puede curar a sí mismo. Hace 13 años mi padre experimentó esta limitación en carne propia.
En aquél tiempo, algunas aldeas de las regiones más alejadas del reino, en especial la aldea Chajin, se habían levantado en armas exigiendo comida, pues en aquellos días hubo escasez. Fueron tiempos difíciles para todos, incluso para la familia real.
Mi padre, el rey Mohir en persona, viajó a la aldea Chajin llevando cuanto pudo a aquellas familias para que tuvieran un poco de alimento. Sin embargo ellos querían más, pues creían que mi padre los engañaba y que toda la comida se quedaba dentro de nuestro castillo. Pero esa creencia era falsa, pues nosotros también tuvimos carencias, y compartimos todo lo que pudimos con nuestro pueblo. A los aldeanos eso no les bastó y en un intento de rebeldía, atacaron a su propio rey.
Mi padre no iba preparado para un enfrentamiento contra toda una aldea, pues solo le acompañaban 10 súbditos que ayudaron a repartir el alimento y 4 caballeros reales (como se le llama a la guardia de la familia real).
Pronto los redujeron, e hirieron de muerte a uno de los más fieles caballeros de mi padre, llamado Viktor. El rey, al ver a su caballero y amigo agonizando, soltó su espada con la que se estaba defendiendo, se arrodillo ante Viktor y usó el poder de la joya para curar su herida.
Puesto que el soldado estaba casi muerto, mi padre empleó toda su energía para curarlo, quedando completamente desprotegido en medio del campo de batalla.
Segundos más tarde, Viktor recuperó la conciencia y vió a mi padre a su lado, pero también a un campesino acercándose por detrás. apuñalándolo por la espalda.
—¡NOOO! — Grito Viktor, al tiempo que levantaba su espada y con un certero golpe dejaba sin vida al aldeano, pero ya era demasiado tarde. El rey había sido apuñalado por la espalda.
Como pudieron, los demás caballeros reales cubrieron a mi padre para que escapara. Lo subieron a un caballo, junto con Viktor, quién lo llevó de regreso hasta el castillo, pidiendo a gritos auxilio.
Lo primero que intentó hacer mi padre fue curarse a sí mismo, pero para su sorpresa, no pudo usar el poder de la joya sobre él.
En cuanto mi madre se dio cuenta de que mi padre no podía curarse, dijo:
—Solo un miembro de la familia real puede curarlo.
Inmediatamente mandó a traer a su pequeño hijo, es decir a mí con 5 años de edad, que en ese momento jugaba alegremente por los jardines del castillo.
Recuerdo que un caballero real llegó corriendo, me tomó por la cintura, me cargó y me llevó directo hacia el vestíbulo del castillo, donde agonizaba mi padre.
En cuanto llegamos, mi madre corrió hacia mí, me colocó el medallón que contenía la joya curativa en la mano y gritó:
—Oliver, tu padre te necesita. Solo tu puedes curarlo.
—¿Qué? ¿Qué le ha pasado a papá? No sé como curarlo — dije sollozando, mirando el medallón.
—Inténtalo, hijo. ¡Eres nuestra única esperanza! — chilló desesperadamente.
—Alteza, me temo que ya es muy tarde —dijo Viktor—. El corazón de su majestad, el rey Mohir, ha dejado de latir.
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El príncipe y el caballero
Roman d'amourOliver es un príncipe de un reino asombroso. Brent es un caballero real que sirve a la familia de Oliver. Aunque parezca que no tienen nada en común, pronto sus vidas se verán entrelazadas por tragedias que darán paso a grandes aventuras, y entre el...