MingJue tomó su bolso para dirigirse al salón, pasando por en frente del baño donde debido al acústico del lugar pudo escuchar a unas chicas hablando.
-¿Viste al nuevo?-decían con tono despreciativo
-Ay si, es tan...no lo se...
-Escuché de uno de los becados que eran compañeros y todos en la secundaría sabían que... ¡su madre era prostituta!
-¡Que asco! ¿es legal que pueda entrar a nuestra universidad?
-¿Y si tiene alguna enfermedad contagiosa?
-Ahg le voy a decir a mi novio que cuando vaya al baño lleve desinfectante.
-Yo igual al mio.
-Odio que esta universidad de becas. No debería ser así.MingJue dio un suspiro de desagrado y siguió su camino al salón, cuando lo estaba haciendo se topo con una escena particular.
Un grupo de chicos iban tonteando entre risas y empujones a uno se le cayó su billetera sin darse cuenta, cuando iba a gritarle, otro chico se apresuró a recogerla y corrió para alcanzarlo, le tocó el hombro y el chico se giró mirándolo de pies a cabeza
-¿Se te ofrece algo?
-Uhm si disculpa se te calló esto-le devolvió la billetera con una gran sonrisa-Soy Meng Yao. Es mi primer año aquí.
-¿Meng Yao?-el chico volvió a mirarlo de pies a cabeza y uno de sus amigos le dijo algo al oído, haciendo que este se sorprendiera.-¡Ah si! ¡Bien!- sacó un par de billetes y se los ofreció con una cara de pocos amigos
-No. No lo hice con esa intención yo solo quiero...
-Bueno entonces adiós-sin si quiera dejarlo terminar se giró hacia su grupo de amigos y se fueron.MingJue apretó su puño provocando que sus nudillo se blanquearan. Odiaba este tipo de actitud y suspirando fuertemente con un par de zancadillas estaba frente a aquel chico ofreciéndole la mano
-Nie MingJue. Gusto en conocerte.
El joven frente a él de una belleza única lo observó hacia arriba llevando la imaginación de MingJue a compararlo con un tierno cachorro.
Se quedó mirando la mano extendida y luego el rostro poco amigable de MingJue, dudando un poco tomo esa gran mano.
-Meng Yao-sonrió ampliamente
-No te alejes mucho mi ¿ok?-dijo imponente pero sin ninguna intención mala
Meng Yao se sobresaltó ante esta orden y rápidamente asintió mientras el chico se alejaba tuvo que correr para alcanzarlo, suspirando de alivio al ver que no todos lo habían rechazado
MingJue se encargó de que Meng Yao no se enterara de los malos comentarios, siéndole fácil al ser presidente de la junta de universitarios, era un joven que todos conocían de donde venían y aunque al principio estaban incrédulos de que MingJue quisiera tener a su lado a alguien como Meng Yao, le tomaron poca importancia, o mas bien nadie se atrevía a cuestionarlo.
MingJue era alguien imponente de presencia, líder por naturaleza, de una belleza que destacaba para hombres y mujeres por igual, su aire salvaje alborotaba las masas y sacaba suspiros constantes por donde fuera que pasaba. No fue sorprendente que en la universidad guiara masas o fuera ejemplo y el joven lo sabía, por eso era consciente de que debía ser un buen ejemplo, aunque su debilidad era su familia. Nadie podía siquiera intentar meterse con su familia porque entonces verían una bestia desatarse, y lo mas importante para él era su hermano pequeño, Nie Huaisang, que aunque no tenían la misma madre para él aquello no importaba en absoluto.
Muchos soñaban con ser su aliado inclusive su subordinado, pero MingJue no se ataba a nadie, intentaba llevarse bien con todos, pero ni él mismo sabía lo que había ocurrido con Meng Yao, había algo extraño que no podía explicarse, lo que si tenía claro que había admiración, Meng Yao no era como el típico de chico que lo rodeaba, no esperaba nada de nadie y daba todo de si mismo, a pesar de que MingJue le había ofrecido su ayuda en lo que necesitara, inclusive si esto fuera dinero en los dos primeros meses de amistad nunca se atrevió a pedirle nada mas que su amistad a cambio, eso le hacía admirarle mucho más.
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El Final del Hilo Rojo [XiCheng] 💙💜
RomansaAu moderno Lan XiChen vive una vida tranquila, casi realizada, director de una cadena de clinicas hospitalarias de renombre, comprometido con MengYao su joven novio, pero esta tranquilidad se ve alterada por la vision del hilo rojo del destino que...