Cap 3.- Héctor frente a Albedo

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Sebas se encontraba de rodillas frente al ser que consideraba uno de sus señores extraviados, uno de sus seres supremos a los que les rendía culto y fidelidad: Alter AltaGracia Réquiem. Sebas al percatarse de quien se trataba, fue tanta la felicidad que sintió que no sabía cómo reaccionar por primer vez en su vida, tanto así que creyó por un momento que estaba soñando, pero una vez que escucho su voz, todas sus dudas se disiparon, dándole paso a todas sus emociones expresándolas todas a la vez arrodillándose de la manera más solemne que podía su cuerpo. La joven que salvo Sebas, al ver la acción del mayordomo, de inmediato lo imito creyendo que se trataba de alguien importante, y su suposición era acertada.

-No puedo creer que esté hablando contigo. ¡Jajajaja!, esto es lo mejor que ha pasado desde que llegue a este mundo.

-Yo también me siento muy alegre de volver a verlo. Todos nosotros estábamos esperando su regreso.

-¿Nosotros? Eso quiere decir que... ¡¿Los demás personajes de Nazarik también están aquí?!

-A-así es Alter-sama. También Ainz-sama esperaba con ansias el poder verlo otra vez.

-¿Ainz? ¿Y quién es e... ? Oh, ¡no es momento para eso! Sebas, lleva a esa chica al sur de la ciudad, ahí los civiles se están refugiando y evita que los elfos les hagan daño, yo iré al frente y apoyare a los soldados. Independientemente de que la pelea haiga acabado o no, tu ve a la catedral del centro de la ciudad al amanecer, ahí responderé tus dudas y tú las mías, y si nos llegásemos a encontrar otra vez, dirígete a mi como... como... Mmm... Dirígete a mí como Héctor. ¿Está bien?

-Entendido Alter-sama. Entonces, lo veré al amanecer.

-Sí, cuídate.

Dicho esto, cada uno tomo su camino alejándose del otro. Alter aún estaba procesando el hecho de haber hablado con un NPC, y por un momento se imaginó como sería el encontrarse con los demás monstruos y jefes de piso de Nazarik, y también se imaginaba quien podría ser ese tal Ainz-sama, pero prefirió concentrarse en el problema que tenía en frente.

Desde el techo de un edificio, Alter veía la situación de la puerta norte, y esta no podía ser peor. Los soldados hacían lo imposible por evitar el avance de los elfos que intentaban entrar a la fuerza. Los soldados se veían agotados y algunos hasta se avían retirado por las múltiples heridas que les impedían seguir peleando, así que a Alter se le ocurrió usar su ítem favorito. Saco un violín con detalles de plata pura que servía para curar y restaurar la estamina a gran escala y en grandes cantidades de personas, y al empezar a tocarlo, los soldados, tanto los que estaban peleando como los que se avían retirado empezaron a cubrirse de una luz verde y a recuperarse, esto los motivo de sobremanera y empezaron un contraataque contra los elfos al cual Alter se unió.
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Alter estaba sorprendido del cambio repentino de la situación. El violín no solo había sanado a los soldados, sino que parecía que recibieron un plus en su motivación y resistencia, al punto que habían hecho retroceder a los elfos. La mayoría del ejercicio elfo ya se había retirado, y Alter estaba en frente del general que se negaba a irse.

-¿Por qué? ¿Por qué no me atacas?

Dijo el elfo en posición de combate aun sabiendo que no tenía oportunidad de ganar, ya que había visto pelear a Alter contra sus soldados y sabia la diferencia de nivel, pero Alter no atacaba ni se movía. La razón es porque mientras pelaba contra los elfos, se percató que ninguno tenía sed de sangre, ninguno mostraba verdaderas intenciones de matar, Alter al darse cuenta de esto dejo de matar a los elfos y simplemente los golpeaba asta obligarlos a retroceder, y el general no era la excepción, Alter no detectaba deseos de luchar en su mirada, y por eso no atacaba, y una vez que Alter se dio cuenta que todo el ejército elfo se había retirado, simplemente dio la media vuelta y se dispuso a marcharse.

Caída y Ascenso del supremo | Overlord | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora