Las Horas Faltantes | Traducción | STARKER

Capítulo Once: El Sutil (y no tan sutil) Arte de Cuidar

Nota de la traductora: Han pasado 84 años... si si si, ya sé, me tomé una eternidad en actualizar, pero vayamos al capitulo en cuetión y nos leemos al final de este.

* * *

Peter se despertó en una cama vacía.

Entrar en pánico no era una opción. Tony tenía una compañía de la cual encargarse, tenía trajes que actualizar y enfocarse por completo en la ciencia; No podía pasar todo su tiempo cuidando a Peter, sin importar cuánto su presencia, el simple toque de su mirada en la vecindad de su cuerpo, invariablemente calmara tantos dolores dentro de él.

Además, el bebé estaba abriéndose camino hacia un campeonato de artes marciales, y Peter había descubierto hace unos días que acostarse en su océano de almohadas mullidas, frotando suavemente la piel ligeramente distendida de su vientre, hacía maravillas para apaciguar al ninja en entrenamiento.

Tarareando una nueva canción popular que Ned había considerado conveniente poner en su cabeza la semana pasada, Peter esperó la primera oleada de náuseas del día, pero lo que comió ayer por la noche parecía decidido a seguir el camino correcto por una vez. Y teniendo en cuenta que los milagros siempre venían en parejas (o eso le gustaba decir tía May el día de pago), sus sueños anoche habían girado en torno a arañas gigantes en el espacio, no el miembro de Tony, lo que significaba que tanto su estómago como su corazón tenían un descanso esa mañana.

Energizado, Peter realizó su ritual matutino fingiendo no esperar el regreso de Tony. Se dio una ducha caliente y larga, se afeitó con cuidado y se cepilló los dientes a fondo, mientras intentaba convencerse de que no le preocupaba que Tony cambiara de opinión. El genio aún no se había asustado, pero la empatía y la comprensión no siempre fueron un destino final.

No hacía falta decir que estaba un poco nervioso cuando regresó a la habitación, con una toalla colgando en sus caderas. Seleccionó su ropa suelta habitual y se la puso un poco nervioso.

−Ned y Michelle están aquí para verte, Peter.

La voz de FRIDAY casi lo hizo sobresaltar del susto. Peter se bajó la camiseta el resto del camino y se dirigió hacia la puerta, preguntándose por qué sus sentidos de araña no lo habían alertado de la presencia de sus amigos. Al ver las pocas arañas diseminadas por el área de la puerta, llegó a la conclusión de que sus pequeñas arañas podrían estar compensando su bajo sexto sentido.

− ¡Pasen!

La visión familiar de un Ned jovial y una Michelle aburrida trajo una sonrisa automática a sus labios.

­− ¡Hola! ¿Cómo está nuestra pequeña araña?

Michelle niveló el contingente de la araña con una mirada no impresionada, que puede o no estar dirigida a Ned, que le dio un codazo en el costado. −Deja de ser un imbécil.

−Estoy preocupado, Michelle. Por ti —aclaró Ned, tirando de Peter en un abrazo fraternal. −Te extrañé, hermano.

Michelle los sorprendió a ambos exigiendo un abrazo.

−Alguien ha sido consentido, -le susurró al oído, y por alguna razón, el comentario sonrojó las mejillas de Peter.

− ¿Qué tal la escuela? -replicó débilmente.

−Bien.

Michelle se retiró con una sonrisa de satisfacción y los tres se sentaron en la cama. Ned rodó sobre la cama con obvio deleite, jurando que algún día él también viviría como un rey. Peter golpeó a Michelle por hacerle cosquillas cerca de la rodilla derecha. Una pelea de almohadas tuvo que producirse, solo para que Peter pudiera reírse de los ridículos intentos de Ned de golpear, pero no golpear, a Michelle, quien por su parte no tenía reparos en golpear a su amigo con la mejor esponjosidad que tenía para ofrecer.