Capítulo Dos: Nada Puede Cambiar

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Nota de la traductora: He aquí otro capítulo! Aún no decido cada cuanto actualizar pero supongo que será cada 5 o 6 días, todo depende de cuanto tiempo tenga para traducir. Amaría estar todo el tiempo traduciendo pero ya saben, existe el mundo real con responsabilidades tediosas... En fin! Disfruten el cap!

*






Embarazado.

Embarazado.

E-M-B-A-R-A-Z-A-D-O.

Peter nunca había estado tan agradecido por el despido casual del Dr. Strange con otros seres humanos. Tan pronto como regreso a ser el mismo de siempre, dijo que tenía migraña, y cuando eso no le dio una salida rápida, inventó una historia sobre una chica y sentimientos, efectivamente alentando a Strange para teletransportarlo de nuevo, discretamente y sin demora, a su apartamento.

—Duerme un poco mientras consigo a alguien que arregle el sistema.

Peter sabía que un día la no-exactamente-enemistad entre el Sr. Stark y el Dr. Strange sería muy útil. Podía ser bueno con las computadoras, y un hacker decente, pero no tendría ninguna posibilidad si Strange decidía llamar al líder de Stark Industries... lo cual no haría, debido a su enorme orgullo.

Peter trató de entretenerse con la memoria de su última patrulla con Iron Man, que había involucrado a matones envuelto en telarañas y un montón de gimnasia, pero su cuerpo, y lo que sostenía, lo distraían, y no en el buen sentido. Rodó haciéndose un ovillo, sintiéndose muy enfermo, deseando que el tiempo comenzara a fluir en la dirección opuesta, cuando la rabia lo golpeó sin aviso. Lágrimas furiosas corrían por su rostro mientras que el recuerdo se transformó en mil preguntas pertenecientes a la otra noche.

Peter amortiguaba cualquier sonido lamentable que escapaban de sus labios con su puño tembloroso. Se sacudió y jadeó y sudó, todo el tiempo preguntándose qué había hecho mal en su vida para merecer esto.

Estaba tan enojado con él. La criatura. La cosa. El feto. El... bebé. El pequeño manojo de vida que se había acomodado en su vientre, demostrando que la ciencia estaba equivocada en tantas cosas. Si él estaba embarazado, un chico que había desarrollado superpoderes después de ser mordido por una araña, ¿no debería el Capitán América ser capaz de hacerlo? ¿o Hulk? ¿por qué él? ¿por qué esto? Era demasiado joven para siquiera considerar tener hijos. Podría gustarles, podría disfrutar en protegerlos, para que pudieran seguir jugando en un parque y sonriendo a sus madres, pero para tener uno propio, ¿tan pronto?

Rodó sobre su espalda, tratando de relajarse, pero la fiebre y las náuseas insistieron en hacer un equipo contra él. Con un gruñido débil, agarró la botella de cerveza media vacía que estaba en la mesita de noche. Se habría caído si no fuera por sus reflejos. ¿Importaba si se emborrachaba? ¿Seguramente podría beber hasta olvidar su propio nombre al menos una vez en su vida? Ni siquiera se acordaba del hombre con quien había pasado la noche en la fiesta, el hombre que le había dicho lo buen chico que era. El dolor entre sus piernas hablaba de placer, y Dios, ¿cómo pudo olvidarse de ese trato tan agridulce? Peter Parker no tenía la costumbre de emborracharse, pero solo en su pequeño dormitorio, pensó en las excepciones. Sobre una pequeña recompensa por todo lo que había hecho, para sí mismo y para los demás. Podría haber ido tan lejos con solo tomar el primer trago...

... pero luego escupió el líquido asqueroso en el suelo, horrorizado por su comportamiento. Estaba embarazado. Él estaba embarazado. No importa lo mucho que odiaba el hecho, no importa lo mucho que deseaba deshacerse de una vida que nunca debería haber existido, no podía dañarlo. Nunca podría hacerle daño a un inocente; esa fue una lección que aprendió de su tío, cuando había sido lo suficientemente ingenuo como para creer que la persona de la que se enamoraría no tendría más remedio que amarlo.

Las Horas Faltantes | Traducción | STARKERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora