capitulo 2

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El dolor se instala en el lado derecho de mi cuerpo, fui lanzada de la manera mas ruda hacia una habitación oscura.

—Este sera tu nuevo hogar— la voz ronca y gruesa de ese hombre me hacia temblar. —tu nueva vida como mi esclava.

Esclavitud.

Pensé que esa palabra era parte del pasado, un pasado oscuro de la humanidad, pero como todo en mi vida, resulto ser solo una mentira.

—hay ropa en el closet y agua, puedes ducharte, no me gusta la mugre en mi casa.

Sin decir mas cierra la puerta, me quedo a oscuras, me hago un ovillo en el pisó, lloro en silencio.

¿No se suponía que a la gente buena, solo le pasan cosas buenas? ya veo que no es asi, que las personas que somos buenas somos quien pagamos por gente negra y podrida como mi padre.

Tengo miedo, tengo mucho miedo.

Lloro por lo que me parecen horas, no se cuanto tiempo llevo aqui, solo se que ya no estoy en mi país, soy conciente de que no he dormido ni un segundo en toda la noche, seguro y ya amanecio, no lo se.

El sonido de la puerta al abrirse me pone alerta, la luz me lastima los ojos.

—Pero si eres una niña.
Es la voz de una señora, habla en alemán, pero agradezco tener varios idiomas aprendidos.

Ella se acerca, y yo solo me hago más pequeña.

—no me temas, no voy a lastimarte, y lamentablemente tampoco puedo ayudarte.

Levantó la mirada y la observo es una mujer mayor como mi nana, es rubia, con el cabello cano.

—Él me trajo aqui a la fuerza.
Susurro en Alemán.

—contra el no podemos hacer nada pequeña. Me ayuda a levantarme. —solo obedecer y callar.

La miro, ¿obedercer y callar? No puedo hacer más.

Estoy condenada a esto ¿Porque? ¿Que hice mal?

—Debes ducharte y ponerte el uniforme que esta en el closet.

Me dice enciende la luz de la habitación, y la veo toda ahora, hay una pequeña cama, una closet, una mesita de noche y una puerta, que supongo es el baño.

Me empuja hasta el baño.

—ahi hay jabón.

Bajo la mira y entro al cuarto de baño, esta limpio y es muy pequeño, hay un pequeño inodoro, un lava manos y una ducha.

Me desago de mi ropa despues de haberle puesto seguro a la puerta, me meto a la pequeña ducha, el agua cae helada, grito y salgo del agua lo mas rápido que puedo, el agua sigue cayendo helada, pero debo ducharme, así que vuelvo entrar al agua y tiemblo de frio; aun asi me ducho.

Sobre la tapa del inodoro hay una toalla con la que me seco y me enrredo al cuerpo, salgo del baño, ya no esta la señora, y la puerta esta cerrada, en la cama hay ropa, es ropa interior, un sosten, unas bragas de algodón, y hay un pantalon con una camiseta, ambos grises.

Me visto, no hay espejos en ningún lado, ni cepillos para el cabello, necesito peinarme, mientras me seco el cabello abro  el closet y busco algo para peinarme, encuentro un peine y comienzo a peinarme, tambien hay una goma para el cabello, lo ato a una coleta alta.

La puerta se abre y lo miro a el, imponente, sus ojos son un maldito poso oscuro, lleno de maldad.

—Date prisa maldita sea.

Bajo la mirada y me quedo en mi lugar.

—Ven aca.

Niego con la cabeza, no quiero estar cerca del asesino de mi padre.

Entre las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora