capitulo 22

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Siento que todo me da vueltas, cuando abro los ojos.

¡Abro los ojos!

Estoy viva.

—Niña ya despertó. Esa es Gretchen quien está a mi lado.

Para mi desgracia sigo viva, una lágrima silenciosa rueda por mi mejilla, ¿Porque? ¿Porque tengo que seguir viviendo esto? ¿Porque ahora tengo que traer a otra persona a sufrir a este mundo?

Mi hijo.

Su hijo.

Nuestro hijo.

Hijo de mi violador, hijo del hombre que destruyó mi vida, que pisoteo mi alma.

—Paulette me asusté mucho. Dice Nerwen quien me abraza con mucho cuidado.

—Nerwen sigues aquí. Susurro con voz ronca.

—No te iba a dejar así, gracias a ti voy a regresar a casa. Ella me mira y de sus ojos caen lágrimas. —Quisiera que pudieras venir conmigo, podríamos hacer muchas cosas los tres juntos.

Paulette sonrio con tristeza, ella se refería a su bebé, ese niño que crecía dentro de ella sin ella haberlo deseado.

—Pero tu lo harás por mi. Conteste con una sonrisa. —Vas a hacer todas las cosas que quieras hacer, sal de aquí Nerwen, vive tu vida, vive tu libertad, y trata de sanar y olvidar lo que sufriste aquí.

Ahora ella estaba llorando amargamente.

Nerwen seria libre, como todos lo merecían ser, quería que esa niña recuperara una parte de su vida, que estudiara y que hiciera todo cuanto quisiese.

Acaricio con ternura el rostro aniñado de la chica.

—Tu... bebé es inocente Paulette, el merece venir al mundo. Dijo hipando. —Se que es hijo de ese hombre, pero también es tu hijo, está dentro de ti, su corazón late junto con el tuyo...

Lagrimas aún más pesadas cayeron por mis mejillas, mi hijo, su hijo.

Era un bebé, un ser que no había pedido venir al mundo, que no eligió el mo?eto ni el lugar, pero que esta aquí.

Puede que sea el hijo del demonio, pero también es mi hijo ¿Como pude pensar en quitarle la vida? El crecía dentro de mi, tendría que ser noble como yo, yo le daia el amor que yo no tuve.

Era mío.

Mi hijo, sonreí, había una personita creciendo en mi interior, si lo tenía a él no iba a estar sola.

Que importaba si su padre era es maldito, era también mi hijo, había en mi un algo que no podía explicar.

—Voy a ser mamá. Susurre. Lleve mis manos a mi vientre, no podía creer que una parte de mi estaba ahí formando un nuevo ser.

—Si, debes amarlo el no tiene la culpa. Nerwen sonrio. —Mi madre tenía quince años cuando se embarazó de mi, mi padre era su tío, la había abusado, y quería obligarla a que me abortara, pero mamá dice que yo no tengo la culpa de su dolor.

¿Cuantas mujeres en el mundo sufrían los abusos?

—Tu mamá es una buena mujer.

Nerwen asintió con lágrimas en los ojos.

—El no tiene la culpa, y te amará porque eres su mamá. Nerwen puso sus manos sobre las mías sobre mi vientre.
—Nadie te va a amar como el o ella lo hará.

Debes ser fuerte por el.
Me dije.

La puerta se abrió y apareció el moustro.

Me miró enfadado.

Entre las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora