Capítulo 2

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→ Mi primer desastre←


—Escucha Caniff, te tengo bien vigilado— dijo Cameron riéndose.


Taylor también rió.


—Sabes que con las bebés de primero no me meto, y menos con la hermana de el capitán de Fútbol Americano, no me metería ni loco — lo dijo guiñeandome el ojo y golpeando a Cameron en el hombro en forma amistosa.


Después de estar un rato con los chicos, ellos se despidieron para ir a entrenar y otros porque tenían apuntes que pasar, y nos dejaron solos a Taylor, Hayes y a mí. 

Luego llegaron dos rubias, con unas mini, realmente mini faldas y blusas casi transparentes a saludar a Taylor. Solo pensé que me daban asco ese tipo de chavas que no se tenían respeto.


—Taylor, bebé, ¿Cuando vamos a salir?— dijo la rubia después de fulminarme con la mirada.


—Aparte, mi amor, me tienes esperando por una noche loca como las otras— dijo la segunda rubia con un asqueroso tono de orgasmo.


—Que asco...— susurré solo para mí, pero al parecer me escuchó la rubia.


—¿Disculpa?— dijo la rubia número uno.


—Disculpada— le respondí. Había causado unas pequeñas risas por parte de Taylor y Hayes.


Voltearon los ojos las rubias y siguieron hablando, ojalá volteando los ojos encuentren un cerebro. Poco a poco se acercaban más a él, y por alguna extraña razón, me daban celos.


—Si, um bueno chicas creo que eso no podrá pasar, ya que a mi — hizo énfasis en mi—novia le da celos que hable con más personas que no sean ella o mis amigos. Ahora si me disculpan, llegaremos tarde a clases, adiós— y después de finalizar esta frase, me abrazo. 


Hayes y yo nos quedamos con cara tipo ¿¡qué haces idiota!? aunque agradecía que nos fuéramos de ese lugar, Taylor olía realmente bien. Decidí seguirle la corriente, y fingí. Sonreí mientras caminamos las dos abrazados, y Hayes iba a nuestro lado. Una vez que llegamos a la puerta y las rubias se fueron le reclamé a Taylor lo que había hecho.


—¿Qué se supone que acaba de pasar?— dije fingiendo estar molesta.


—¿En serio no te gustó eso? Admitelo, te gustó— me dijo mientras me guiñeaba un ojo.


—¡Obvio que no Caniff! Vamos Hayes— tomé a Hayes de la mano y fuimos a nuestro salón.


Taylor se había ido a su salón.

 Hayes y yo caminábamos en silencio... hasta que Hayes terminó cortando el silencio incómodo.


—Um... ¿Y qué clase te toca Andrea?— dijo Hayes algo tímido.


—Biologia l... ¿a tí?— respondí.


—¿¡En serio!? A mi igual— se le notaba feliz.


Pasaron apenas 4 minutos que habíamos abandonado a Taylor y no habíamos visto a nadie en los pasillos.


—Oye Hayes...¿dónde están todos?...— observamos por todas partes y no había nadie. Las puertas de los salones tenían una pequeña ventana donde se podía ver adentro de las aulas y me asomé por una. —¡Demonios Hayes, están en clase!—Corrimos pero chocamos con alguien. Oh no... La peor persona en ese momento...


—Genial, primer día de clases y ya con un reporte, van bien chicos...— dijo algo sarcástico el Director— ¿Cuáles son sus nombres?— prosiguió.


—Hayes Grier— respondió con confianza.


—Con razón, hermano de el escandaloso de Nash Grier, se parecen mucho. ¿Y usted, señorita?— su sonrisa daba miedo.


—Um... Andrea...Andrea Dallas— dije algo intimidada.


—Por dios, díganme que ya no hay más hermanos de la bolita de Caniff, Dallas, Grier, Mendes y todos ellos— dijo el director después de saber que éramos hermanos de los más revoltosos de segundo semestre.



Llegamos a un cubículo con unas secretarias y esperamos afuera de la dirección.

Hasta ahora habíamos perdido 3 clases esperando al director, genial.


—Y.... ¿por qué te intimidó el director Andrea?— dijo Hayes volteando a verme.


—¿Tanto se notó? Nunca me han mandado con el director ni mucho menos me han puesto un reporte— dije, que idiota me siento.


—¿En serio?— respondió riendo.


—Sí— respondí algo algo penosa.


—Pues... prepárate serán los mejores años de tu vida—¿dónde había quedado el Hayes callado y tranquilo?

—¿Por qué lo di...—no alcancé a terminar la frase porque dieron el timbre para el receso y Hayes tomó mi mano, haciendo que corriera.


Salimos de las oficinas y llegamos a un área especial para golfistas en la preparatoria ¿Campo de golf en prepa? ¿En serio? 

Vimos un carrito de los que usan los golfistas para moverse de hoyo a hoyo y nos subimos. Hayes prendió el carro y lo arrancó. Manejó en zingzang por toda la prepa y casi atropellamos a 3 parejas y 2 maestros.

Estábamos por llegar a la piscina y no hallábamos el freno... pronto la vi a 10 kilómetros, 8, 4, 2... Sentí como caíamos a el agua fría. A mis pulmones le faltaba el aire y salí a la superficie. Tomé aire y empecé a reirme como loca... luego pensé en Hayes.


—Eres un idiota Ha... ¿Hayes?— me asusté y busqué a Hayes como loca pero no lo vi.

Él salió del agua y tomó una bocanada de aire.

—Te asusté?—dijo riendo y algo preocupado...


Antes de poder responder se escuchó un gran grito proveniente de el Director.


—¡Grieeeeer, ¡Dallaaaaas! ¡A mi oficina!—estaba rojo del enojo.

No mires el pasado. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora