Capítulo 5.

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Todo daba vueltas, me sentía muy mal, no podía recordar nada. Me dí el sentón porque tenías ganas de vomitar, y alguien me tendió un bote. Vomité y regresé el bote. Me recosté y caí en cuenta de que estaba con alguien, y también que no era mi casa. Me sobre salté y tallé mis ojos, pero aún así no podía enfocar bien, pero al parecer era una chica.


—Hola, soy Ximena, puedes decirme Xime, o Xim, ¿cómo estás Andrea?— dijo la chica que poco a poco pude ir viendo bien. Era muy bonita.


—He... ¿cómo sabes mi nombre? ¿En dónde estoy?— Pronuncié como pude.


—Pues, es una larga historia. Yo soy amiga de Taylor, en realidad no, lo conocí ayer en tu fiesta, ¿recuerdas? Pues bueno, escuché que alguien gritaba, y entré a tu cuarto, cuando llegué estabas en la cama y sangrabas de la cabeza, había alguien tirado a tu lado, estaba llorando mientras gritaba tu nombre y me preocupé, así que me acerqué a ayudar, cuando nadie se dió cuenta te sacamos te la casa y te trajimos a la de Taylor, es muy bonita ¿no?—dijo mientras veíamos por un gran ventanal que había en el cuarto, se podía ver un gran patio lleno de árboles con una gran alberca.


—Pero... había un chico, ¿yo... me violó?—sequé las pequeñas lágrimas que me brotaban.


—¡Oh, claro olvidé esa parte! No, no pasó nada. Tay me dijo que él llegó antes de eso, y te gritó que salieras, pero al hacerlo el muchacho desconocido te aventó e hizo que te golpearas la cabeza


—Huoooooooooooolaaaaaaaaaaaaaaaa—dijo alguien mientras entraba por la puerta,y ese alguien era Taylor—Oh, están despiertas las dos. Creí que Andrea dormiría como un oso cómo por 3 días.


—Exageras Caniff— pronuncié de una forma que sonara que estuviera molesta, todo lo contrario, estaba muy feliz de verlo.


—Bueno chicos, me tengo que ir, si no mis padres se preocuparan de mí—dijo Xime agarrando su bolsa mientras se dirigía a la puerta de la habitación.


—Espera, ¿puedo llevarte? digo, como agradecimiento por lo que hiciste por Andrea, sirve que dejo a la señorita ebria —me apuntaba.

Me sonrojé porque no recordaba nada por haber tomado ayer.


Me paré y me observé detenidamente en el espejo del cuarto antes de irnos. Tenía el rímel corrido, unas puntadas en mi frente y mi ropa arrugada, me apené demasiado, tanto que Taylor se dio cuenta. Se acercó y me dijo suavemente al oído.

—Te ves perfecta de todas formas— 

 Eso hizo que me diera un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo, cuando sonó mi celular. Lo prendí y era un mensaje de número desconocido.

"De: Número Privado

A las: 11:06 a.m.

Espero que el estúpido de tu novio no nos vuelva interrumpir, pronto nos veremos."

Seguido de una foto. La abrí y era una foto mía semidesnuda, me quedé helada.


—¿Qué pasa Andrea? ¿Quién es?— dijo Xime un poco preocupada.


—Es, un número privado... pero, me mandó una foto mía... de ayer—al terminar de decir esto, Taylor arrancó el celular de mis manos, lo leyó y lo aventó a la pared, haciendo que este se rompiera en mil pedazos.


—Ese hijo de... ¡Debo saber quien es ese malparido!—se puso rojo Taylor de el enojo, y Xime y yo nos asustamos mucho.


—Tranquilo... ¿Sabes lo que acabas de hacer? ¡Rompiste mi celular!— dije molesta por el acto de Taylor.


—Es lo que menos importa... espera— dijo Taylor mientras se iba.

Volvió en menos de diez minutos con una pequeña caja y la tendió para mi.

La abrí y era un teléfono muy raro, más bien antiguo, no tenía internet, ni cámara, mucho para menos música.


—Oh vamos, no lo veas así, ese es el teléfono que usarás por emergencia. No darás ese número a nadie, solo los chicos, familia y yo. Cuando dejemos a Xime pasamos a comprarte otro— dijo mientras hacia movimientos raros con sus manos.


—No sé si ponerme seria por lo que haz dicho, o reírme por tus gestos y movimientos de manos —dije intentando no soltar la carcajada pero no pude.


—Muy graciosa, mejor ya vámonos—dijo caminando fuera del cuarto.

Lo seguimos y bajamos por unas escaleras . No había nadie, pero su casa era super mega grande. Era de tres pisos. El tercero es en el que estábamos, todo ese piso era de Taylor, era su cuarto con cocina, jacuzzi y todas esas cosas. El segundo era el cuarto de los padres de Taylor, sólo vimos el largo pasillo debido a que íbamos bajando las escaleras. El primer piso era donde se recibían las visitas. Era la sala, otra de las 3 cocinas y 3 comedores. En estas casa había de todo y sobraba, era realmente impresionante.

Salimos de la casa y nos subimos al auto de Taylor. Él iba manejando, yo como copiloto y Xime atrás.


Llegamos a casa de Xime. Ella sólo se bajó y antes de abrir su cancel volteó hacia nosotros, y se despidió con un movimiento de mano de izquierda a derecha y gritó un simple gracias. Seguido de esto, tomamos rumbo a mi casa.

No mires el pasado. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora