13. Casi beso

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Zayn conducía con precaución, y a mí solamente me encantaba verlo, podía sentir aquella extraña alegría que me provocaba estar junto a él, me gustaba verlo cuando no se daba cuenta, o que al menos fingía no darse cuenta, me encantaba la manera en que me lanzaba miradas de reojo y luego sonreía, mi corazón se enternecía al verlo, era una sonrisa verdadera, real, sincera.

Zayn sonreía cuando estaba conmigo y aunque no entendía este extraño sentimiento me gustaba experimentarlo, se sentía tan bien, no sabía a qué rumbo íbamos o a donde nos dirigimos, sólo estábamos juntos disfrutando del silencio y si era posible, también de nuestra presencia.

Guardé silencio durante la trayectoria, sólo mirándolo en muchas ocasiones, quería preguntar a donde íbamos ahora porque según yo era muy tarde, el crepúsculo comenzaba a formarse frente a nosotros creando un panorama hermoso, pero decidí no hacerlo, simplemente me dejé llevar a cualquier lugar, y de alguna u otra manera no quería que este día terminara.

Quería estar más tiempo junto a Zayn, aprovechar esta experiencia abiertamente, porque tenía la sensación de que al día siguiente Zayn volvería a ser el mismo, ustedes ya saben como, distante.

Pero... ¿Es que acaso yo quería tenerlo cerca todo el tiempo? ¿No era yo la que afirmaba odiarlo? ¿Qué cambió entonces? Porque aseguraba detestar a Zayn Jones con toda mi alma, y ahora no quería separarme de su lado, ¿qué demonios sucedía conmigo? ¿Qué estaba mal? Fruncí el ceño analizando el pensamiento, seguramente estaba haciendo gestos ridículos mientras me concentraba en mis tontos pensamientos.

Observé a Zayn curiosa cuando el auto se detuvo, y el lugar fue lo menos que imaginé, estábamos en un parque de atracciones, nosotros juntos, como en una cita... ¡Santo Dios! ¿El día de hoy había sido una cita? ¡Con Zayn!

Espera, Marie. Controla tu euforia azucarada que nada es como tú piensas.

En primer lugar, esto no era una cita, de lo contrario Zayn me lo hubiese dicho, en segundo lugar, le habíamos arruinado la fiesta a un chico, eso no era para nada romántico y se supone que una cita era algo amoroso, quizá cursi y cliché, oh sí, todos los adjetivos que iban en antónimo si los comparaba con lo que Zayn Jones era.

Además, él no parecía ser del tipo romántico y atento, o quizá sí, quien sabe, después de todo no lo conocía a la perfección, google no hablaba sobre sus preferencias personales y Zayn tampoco lo diría. Así que sin protestar, arqueé una ceja incrédula hacia él, quien me sonrió inocentemente y mi corazón también lo hizo.

—¿Un parque de atracciones? —pregunté ignorando los cosquilleos en mi estómago.

—Sí, pensé que querrías divertirte un poco y un parque de atracciones lo tiene todo.

—Las alturas no son lo mío y de las piscinas ni hablar.

Zayn sonrió desafiante.

—¿Tienes miedo? —preguntó burlón.

—Sí —respondí al instante.

Zayn rió.

—Vaya, en las películas esa pregunta hiere el ego de las personas, y a ti pareció no importarte.

—Ves muchas películas —dije.

—Y tú lees muchos libros.

Sí. ¿Y qué? Esperen... ¿Cómo demonios se enteró?

—¿Qué? —pregunté.

—Un día me pregunté porqué tu mochila se veía tan pesada, y...

Carajo, ¿se habrá dado cuenta que robé-tomé prestado sus cosas?

¡Asistente! © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora