Capítulo 1-Muerto en vida.

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"Monstruo, asesino, bastardo."

Esas palabras habían sido pronunciadas por sus vecinos, antes amigos, de 8 años. ¿El porqué de tan hirientes adjetivos?

Él había matado a su padre, había disparado a la espalda de ese abusador sin pensárselo 2 veces.

"No sentí pena alguna"

Siempre había sido golpeado por él bajo la perturbada, impotente y llorosa mirada de mi amada madre, Evangeline Whiteheart. Luego de cada golpiza venía lo que era realmente doloroso, verla llorar.

Él joven niño juraba que ver sus ojos grises, tan angelicales y puros, inundados por las lágrimas equivalía a 10 puñetazos fuertes y sin descanso de su asqueroso progenitor.Ver los orbes platinados de ella de esa forma... le daban ganas de golpear a quien haya sido el causante de tan imperdonable crimen.

Mi madre había sido abusada sexualmente a su poca edad de 17 años, y sus padres, unos creyentes impolutos, no iban a aceptar que su hija llegue a la cama de su marido sin ser casta. Por lo cual decidieron poner todos los bienes en su segunda hija, mi tía Clarisse, desheredando y desamparando a su primogénita. Ella, no tuvo más que rogar por hogar a su abusador, el cual aceptó (a regañadientes), cuando los padres de éste, políticos famosos, se enteraron del bastardo que crecía en el vientre de la desafortunada y joven blonda.

¿Eso es malo? Y ¿si además les digo que supe eso de mí a los 7 años? ¿Sentirían el mismo dolor que yo si aparte un día, en tu cumpleaños, jugando a las escondidas encuentras una libreta en la cual tu madre escribió que tu abuela le ofrecio hacerse un aborto con tal de volver a los brazos de su familia y ella no aceptó, por amor a tu miserable vida?

En total, todo ya era una mierda desde el comienzo, pero lo malo vino cuando, al llegar de un castigo del colegio, me encontré a mi madre siendo golpeada e insultada por mi "padre".

En el momento en que ví los ojos sangrantes y rojos de mi lastimada madre todo el control y la lógica se fueron al diablo. Agarré lo primero que encontré, convenientemente una pistola que ocultaba debajo del sillón para defenderla de los demás, apunté y disparé.

Se sintió tan jodidamente bien que lo volví a hacer una y otra vez.

Cuando recordé a mi madre corrí hasta ella, sus piernas estaban llenas de rasguños y moratones al igual que sus brazos, cuando apartó sus manos de su pálido rostro, la imagen que vi quedó grabada a fuego en mi mente, sus ojos sangraban y estaban llenos de lágrimas, no me miraban, o quizás no me encontraban,

"Nunca lo supe, nunca le pregunté si podía ver algo en ése momento"

Lloroso me dirigí al teléfono.

La ambulancia me separó de ella mientras yo pataleaba. Cuando la volví a ver fue en un interrogatorio en el cual confesé haber apretado el gatillo, me hice la víctima y lloré falsamente. No podía ver la cara de mi amada progenitora pero me habían dicho que estaría allí.

Al salir de aquel frío edificio vi su inconfundible cabello, era ayudada por una mujer, corrí hasta ella y la abracé. Ella se dio la vuelta y vi que unas vendas cubrían el lugar donde deberían estar sus ojos. No podía verme y la veía dudosa de si debía mirar hacia arriba o hacia abajo, donde yo me encontraba tratando de contener las lágrima y gritos de odio que razgaban mi garganta queriendo salir.

Quise morir.

Ella lloraba conmigo y se lamentaba todo echándose la culpa sobre sus pequeños hombros, le prometí que todo mejoraría por lo cual comenze a trabajar, gané plata suficiente como para alquilarle un pequeño departamento en el cual puse todas nuestras cosas, iba todos los días a cuidarla hasta que una noche cuando mirábamos la luna murió, fue un paro cerebral y no pude hacer nada nuevamente.

Sobreviví hasta ahora y tengo 18 años.
Mi nombre es Armin Whiteheart y desde que nací fuí destinado a interpretar el rol de dragón, no era rubio como los príncipes y tampoco tenía los soñados ojos azules o verdes si no que eran grises lo cual me sujetaba más fuertemente a mi maldición. Quizás no fuí lo mejor para mi madre, no pude encerrarla en un castillo y mucho menos aislarla de los demás pero juro por mi vida que no dejaré que alguien más con el mirar puro sea abrumado por la maldad, porque ese tipo de personas son tan buenas que no se pueden proteger, pero yo no soy bueno.

El dragón que se enamoró de la princesa.[Pausada por estancamiento mental]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora