Capítulo X

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- Hola bello durmiente, hace mucho que amaneció. – comenta una voz cerca del oído de Miguel, que hace que este se despierta muy sobresaltado.

- ¡Imbécil! – exclama Miguel. – Casi haces que me dé un infarto. – le increpa a su mejor amigo, que estaba allí parado.

- Vuelvo de mi viaje, y ¿así es como me recibes? – pregunta Carlos a su mejor amigo con una sonrisa.

- ¿Así anuncias tu llegada? – le comenta Miguel dándole un fuerte abrazo. - ¿Cuándo entraste? – preguntó.

- Estoy aquí desde anoche, en ningún momento notaste mi presencia. – le responde su amigo.

- Lo siento, ayer tuve un día bastante largo, por lo que llegué totalmente exhausto. – se excusa Miguel. – Bueno, cuéntame, ¿cómo está tu hermano?

- Ya se recuperó por completo. Oye, de verdad te pido disculpas por lo que sucedió hace unos meses, te había prometido que te ayudaría. – comenta Carlos.

- No te preocupes, por eso, ya es algo que quedó en el pasado. – le reconforta Miguel, mientras le explicaba con detalle lo que había sucedido ese 14 de febrero.

Los amigos estuvieron conversando un poco sobre lo sucedido, hasta que sonó el teléfono de Miguel, era la policía que le avisaba que habían atrapado a dos de los tres maleantes, por lo que debía tener mucho cuidado con el último, puesto que los otros dos aún no se atrevían a confesar sobre su paradero.

Miguel le pidió a su amigo que lo acompañara a la estación, ya que debía preguntarle a la policía si con esto, su amiga Karla, podía salir del estado, para estar con su familia en luto por su familiar fallecido. El cuerpo de seguridad, les advirtió bajo su propio riesgo, ya que les recordó que todavía estaba un antisocial suelto.

Los jóvenes fueron a visitar a Karla, para comentarle sobre lo que les habían dicho, lo que generó el deseo de la chica por arriesgarse a ir con su familia. Carlos, que era ajeno a lo que había sucedido anteriormente, se ofreció a llevarla voluntariamente hasta el estado en donde vivía la familia de la chica, como compensación a su amigo por lo sucedido en febrero. Miguel no tuvo más opción que aceptar eso, y pedirles que se cuidaran por el camino.

- ¿Estás bien? – pregunta Miguel a su pareja, había ido a buscarla al salir de la universidad.

- Sí, estoy bien. – responde ella intentando secarse las lágrimas que corrían por sus mejillas.

- Corazón, estás llorando, eso no es sinónimo de estar bien, dime, ¿qué sucedió? – vuelve a preguntar el chico.

- Estoy bien, es solo que... no soy tan hermosa como los son las otras chicas. – le confiesa Diana.

- ¿A qué se debe esto? – pregunta su novio extrañado.

- Las demás chicas son tan perfectas, siempre las escogen a ellas para competir en concursos de belleza y representar nuestra universidad. – le responde su novia.

- Diana, corazón, a ¿cuántas de esas chicas han escogido para representar su universidad en algo que realmente valga la pena como el deporte o los estudios? – le recuerda Miguel.

- A ninguna. – le responde Diana sintiéndose halagada por lo que había comentado su novio.

- La apariencia no lo es todo amor, y si no me crees, escucha esta canción. – Miguel colocó "en guerra" de Sebastián Yatra y Camilo, para que su novia se sintiera muchísimo mejor.

- De verdad que eres el mejor novio que haya podido existir, eres el más atento, te amo tanto. – le dice Diana besándolo.

- Yo te amo muchísimo más. – le comenta Miguel entre besos.

Todo mi amor para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora