Capítulo II

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- Karla, ¿desde hace cuánto tiempo somos amigos? – pregunta Miguel.

- A ver... 2 años si no me equivoco. – le responde la chica de manera muy dulce.

- ¿2 años? – se sorprende él. – Siento como si fuera de toda la vida que nos conociéramos.

- Pues, ya ves. – le comenta con una carcajada. – ¿Por qué la pregunta? – añade.

- Sabes que te tengo bastante confianza, y han pasado como 3 o 4 meses desde que me inscribí en una academia de baile, cuando conocí a una chica, de hecho, me inscribí allí, al enterarme de que ella estaba allí. – cuenta Miguel.

- ¿Adónde quieres llegar? – pregunta ella de manera directa.

- Quiero que me ayudes a conquistarla, te pido que me ayudes a limar esas cosas que no me ayudan a verme bien, a corregir gestos, modismos, lo que sea que deba corregir, para poder tener una oportunidad con ella. – le pide el joven de 21 años.

En los ojos de la chica podía verse una clara decepción, por más que ella le dedicara una gran y fingida sonrisa, él, la conocía demasiado bien, y sabía que esas palabras le habían causado una gran herida.

- Por supuesto que te ayudaré a corregir esas cosas cariño. – le comentó con un muy leve tono de sarcasmo, el cual pudo ser identificado sin problemas por Miguel.

- Gracias, te debo una. – le responde este.

Los jóvenes comenzaron a trabajar por 2 meses de manera consecutiva, para que Miguel, fuera mejorando su comportamiento lo mejor posible, sin que afectase tanto a esa personalidad que lo caracterizaba.

En la academia de baile donde estaba, ya estaba cerca de cumplir con el tiempo establecido donde haría la prueba para pasar al siguiente nivel, que sería el intermedio, y aún no había tenido una conversación con Diana ni por redes sociales, ni de manera física, solo invitaciones a bailar dentro de la academia. Los demás compañeros, tenían sospechas sobre las intenciones de Miguel, pero ninguno se atrevía a preguntarle, ya que era un chico bastante reservado, no hablaba más de la cuenta, aunque siempre les mostraba una gran sonrisa y conversaba con ellos lo suficiente para tener un poco de confianza con todos.

- O sea, tú me estás diciendo que vas a cumplir un año, en esa academia, bailando con esa chica tan linda, ¿y todavía no has hablado con ella? – le increpa Carlos a su mejor amigo, mientras salían a la calle.

- Sí, eso es lo que te digo. – le responde este con un tono de decepción en la voz.

- Hermano, te veo demasiado desenfocado, ¿qué te está pasando? – pregunta su mejor amigo.

- ¿De qué estás hablando? – pregunta Miguel.

- Por un lado tienes a una chica súper hermosa con la que bailas siempre y nunca le has hablado, y por otro lado, tienes otra chica hermosa que se te ha insinuado varias veces, e incluso va a visitarte en el trabajo y tú no te has interesado en lo más mínimo por ella. – le recuerda Carlos.

- No bailo siempre con ella, y no le he hablado porque pienso que me ve como un simple compañero, no más de allí, y si te refieres a Karla, entre ella y yo no pasa nada, o por lo menos por mi parte no es así, y se lo dejé en claro hace un tiempo. – le recalca Miguel.

- Muy bien, te daré una motivación, vendré de nuevo la próxima semana, si al momento de que yo llegue, no te veo conversando con ella, yo mismo le hablaré por ti, ¿entendiste? – Carlos le lanzó un ultimátum a su amigo al colocarle ese gran reto para él

- Vale, lo haré, lo prometo. – responde el chico de manera calmada.

Todo mi amor para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora