III

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—"Oh pescador, oh pescador. Ven a calmar tu hambre... si en pez acabase lo que es una hermosa mujer por encima,
¿aguantaríais la risa al verlo, camarada?"

Jaskier canta temprano por la mañana acariciando la cabeza de la yegua que parece no temerle como otras criaturas. Sólo a pasado un día con su encuentro con el brujo y lejos de estar ofendido como se sintió antes de irse el día pasado, se siente muy avergonzado por su actuar. Sin embargo, nunca a interactuado con una personas más allá de su canto para atraerla, así que tiene una buena excusa para su comportamiento.

Desde que escucho del gran Geralt de Rivia, se volvió ciegamente su fan, nunca imaginó que se cruzarían en sus caminos. Es el destino, pensó risueñamente Jaskier, emocionado de poder estar ante el brujo y hablar con él.

Pero aún así quería más, era curioso y el hombre le intrigaba, así que regresó para hacer las pases y empezar como se debe una amistad. No tenía muchos amigos, ni siquiera familia, era un tritón solitario.

—¿Qué haces de nuevo aquí? —la gruñona voz del brujo le distrajo de su canto y sus pensamientos.

—Buenos días, Geralt. —saluda Jaskier con una sonrisa demasiado brillante.

Geralt, por otro lado, sólo frunce más el ceño. Pensó, imaginó, que haber conseguido ese lugar apartado de todo le daría el suficiente tiempo para descansar a gusto; pero allí estaba, una sirena en el lago cantando tan temprano en la mañana.

—¿Ha qué has regresado?

Jaskier baja la mirada, nunca se había disculpado con nadie; porque no tenía con quién.

—Quería disculparme. —dice entonces. —No actúe de la mejor manera y te moleste, lo siento, no volverá a pasar.

Colocando la mirada más arrepentida, Jaskier logra que Geralt haga una mueca y gruña en frustración.

—Cómo sea. —dice a medias.

—¡Genial! —acepta el tritón moviendo su cola bajo el agua, creando un hermoso patrón de colores brillantes por la luz del sol contra sus escamas. —Ahora seremos amigos. —autoproclama de forma inocente.  

—¿Qué? —Geralt tarda un segundo en procesar las palabras del pez. —No. —luego sentencia severamente. —Ya dijiste lo que querías, ahora vete y déjame dormir.

—¿Por qué? —se queja Jaskier un tanto indignado por la actitud del brujo. No pensó que Geralt le rechazaría, así no funcionaba su plan. —¿Es porque estas de mal humor? Ve a dormir, cuando regreses de descansar, seremos amigos.

El hombre conocido como "Lobo blanco" gruñe con molestia acercándose unos pasos para ver a Jaskier más cerca. Hay bastante dureza en su mirada.

—Mira, así no funcionan las cosas. No quiero ni necesito un amigo, menos uno mitad pez, así que déjame en paz y regresa por donde viniste.

—¿Es porque soy un tritón? —le enfrenta Jaskier ignorando todo lo demás que le dijo Geralt. —No puedo ni quiero cambiar eso. —frunce el ceño. —Y tu eres un brujo, no me molesta que lo seas, no te pido cambiar eso.

Contraataca el hermoso ser de rasgos llamativos. Sus ojos desprenden un brillo sincero, mientras que sus palabras se escuchan seguras y fuertes; ciertamente golpean a Geralt. Nunca nadie le había dicho aquello.

El peligro de ver una sirena. [Geraskier]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora