V

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Luego de lo que pasó con Jaskier, Geralt sólo tenía en la cabeza que debía irse, así que comenzó a empacar todo lo que necesitaba y era suyo. Sentía un gran torbellino en su pecho, sus emociones eran un desastre y se suponía que no debería ser así.

Se sentía enojado, frustrado, traicionado, cansado y triste.

Se tomó un momento para respirar, arreglando su cabello detrás de sus orejas, no sabía qué era peor: sus pensamientos sobre Jaskier jugando con él o las palabras que le había dicho.

¿Qué le gustaba? Nadie podía gustar de él y viceversa, se suponía que no debía sentir nada por nadie, pero allí estaba, siendo un desastre por un beso y unas palabras.

El dolor en su pecho le hizo recordar que estaba herido y tocando la zona, se dio cuenta de que las vendas estaban húmedas por cargar a Jaskier hasta el lago.

Maldición, no tenía la cabeza para pensar claramente en ese momento.

[...]

—¿Qué quiere? —le pregunta el señor mayor que atiende la barra del bar. Luego de lo ocurrido la noche pasada, Geralt había empacado todo e ido a dormir, así temprano por la mañana salió de la cabaña para nunca regresar. Pero antes, necesita un trago antes de dejar la costa.

El señor le entregó un tarro con cerveza para dejarle e ir a atender a dos nuevos clientes tan temprano en la mañana. Los hombres, pesqueros, se sentaron cerca de Geralt sin prestarle atención.

—¿Ya escuchó sobre la reciente captura de la familia Groen? —suelta uno de los hombres al viejo señor que le sirve.

—¿Qué capturaron esta vez esa familia de piratas que se hacen llamar pescadores? —suelta el anciano con resentimiento. Seguro había mucha historia allí, pero no era lo importante ahora.

El hombre que inició hablando le da una mirada al otro hombre a su lado y luego se acerca al viejo señor para que nadie más les escuche.

—Dicen que han capturado a una sirena real. —susurra con mucho misterio.

—¡Ah! Esas son puras tonterías, esas criaturas no son fáciles, te arrancarán la garganta antes de que te des cuenta. Se los digo yo, que vi como una se llevaba a mi abuelo cuando era yo tan joven.

Los hombres se ríen, beben de sus tarros y vuelven a hablar ahora todos juntos, ignorantes de que ahora el hombre de cabello blanco a su lado, está prestando toda su atención en la conversación.

Al principio Geralt sólo había captado la conversación porque eran los únicos allí, cuando escuchó sobre una sirena, inmediatamente pensó en Jaskier y se preocupó.

—¡Es real! La están exhibiendo en su bar. La iremos a ver en un rato.

—¿Dónde?

La gruesa voz que se mete en la conversación de los tres hombres les sorprende, haciendo que todos giren a ver al gran hombre que se ha acercado hasta ellos.

[...]

—¡Vamos! No eres tan agresivo ahora ¿verdad? —gritó una persona golpeando el cristal.

En la esquina de una pecera grande pero muy pequeña para él, un tritón se presiona todo lo que puede contra una esquina, lo más alejado que puede mientras presiona su lastimada cola contra su pecho.

Jaskier se siente más tonto que cualquier otra cosa. No puede creerlo, realmente no puede. Había sido tan descuidado, tan estúpido y todo por... Geralt, dioses, debía odiarlo, culparlo por lo que había ocurrido pero ¡Demonios! No podía. No podía más que culparse a si mismo.

El peligro de ver una sirena. [Geraskier]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora