Capitulo 12

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Narra Tay
No había puesto nada de atención a los arreglos que necesitaba el bar, con lo de Elena, lo había descuidado mucho. Una vez desayunados los dos, decidió dejar a Elena diambular por el lugar mientras que el resolvía todos sus asuntos. Al principio, no estaba muy seguro de la situación pero como la primera vez que sucedió, Elena lo convenció para que la dejara mientras el arreglaba sus cosas. Eso y que al parecer, la comida le habia caído mal, pero no quería preocupar a Elena más, así que la dejó ir con la condición de que trajera la máscara puesta que llevó la reunión anterior, para más seguridad.

Lo primero que hizo al separarse de su hermana, fue tomarse una pastilla para calmarse, no sabía que pasaba con el, pero se sentía extraño y acelerado desde que terminó sus alimentos. Luego corrió hacia el lugar principal, dónde se llevaban a cabo los espectáculos como el que Elena dió. Habló con todo el personal, cambió cosas, arreglo algunos imprevistos y se hizo cargo de unos cuantos pendientes más.
Al dejar el salón principal como nuevo, observó a todos lados y supo que algo andaba mal. Los empleados no lo miraban a la cara, ni aguantaban su mirada. Eso encendió sus focos rojos y lo primero que hizo al acercarse al Bartender fué preguntarle por New.

Tay: ¿Donde está? -lo miró serio y directo-
Singto:: -se rascó la nuca algo nervioso- emmmm... El señor nos indicó que no le dijeramos nada
Tay: -apretó los puños y parpadeó pesadamente. Ya sabía de quién se tratase con solo eso- ¿Quién carajos es aquí su jefe? ¿Eh?

Dió un golpe seco a la barra que hizo llamar la atención de todos los que se encontraban ahí. Singto dio un brinco de espanto, dando pasos pequeños hacia atrás.

Tay: -alzó la voz para que todos en el lugar lo escucharan- Les dí instrucciones específicas a todos aquí, de no dejarlo pasar por ninguna circunstancia. -pasó las manos a su cadera, furioso- en este mismo instante me van a decir en donde está, si no quieren ser despedidos hoy. -gritó esto último-

Krist se acercó a el con cautela pero muy espantado, pues su jefe no solía tomar ese carácter a menos que tuviera algo que ver con esa persona.

Krist: lo lamentamos mucho señor -hizo una reverencia, a lo que todos en el lugar se le unieron y adoptaron la misma posición que el- el señor Joss se encuentra en los camerinos principales, hablando con el joven New.

Tay: -apretó fuertemente los puños, la sangre le hervía de solo pensar que ese bastardo se metiera con New- Les voy a dar 2 horas, quiero que salgan todos de aquí y regresen exactamente en 2 horas. Si no lo hacen, espero sus cartas de renuncia en mi oficina.

La mirada que Tay les lanzaba a sus empleados desprendía enojo y furia, todos tartamudearon al aceptar y, en 5 segundos, el lugar se vacío.

Al ver el salón completamente vacío, Tay aceleró el paso hacia el lugar donde se encontraba el problema, al entrar no observó a nadie. El mismo pasillo daba hacia su oficina, así que dejó los camerinos y caminó un poco más para llegar a su lugar, al abrir la puerta, lo primero que vió fue su silla del escritorio dándole la espalda.

Tay: no sé quién carajos te crees como para entrar aquí sin autorización -su voz realmente denotaba la furia que estaba creciendo en su interior-

La silla dió un giro y con ella, un sonriente y fornido hombre apreció.

Joss: Esa voz... Definitivamente esa voz suena mejor cuando hago gemir a su dueño. -sonrió ladino y satisfecho, tomando un sorbo de la copa con vino que sujetaba su mano-

Tay se controló para no irse a los golpes con ese bastardo, inhaló profundamente y cerró los ojos, luego los observó directamente.

Tay: ¿Dónde está New?

Joss: Tengo que felicitarte por tan buenos gustos. Enserio, nunca aceptas menos de lo que han pasado por tus exquisitas manos -terminó el líquido de su copa y se levantó de la silla, caminando hacia enfrente del escritorio y recargando se ahí- pero apuesto -se erguio y caminó lentamente hacia Tay- que no es mejor que yo -sonrió- es solo una puta más.

Al escuchar eso y aprovechando la cercanía, Tay le lanzó un puñetazo a la cara, lanzando al susodicho al suelo, luego lo tomó por el cuello de la camisa y lo levantó para quedar cara a cara.

Tay: Escúchame bien pedazo de mierda, no lo vuelvas a llamar así. El no es como tú y ni siquiera puedes estar a su altura, ¿Me escuchas? -la sonrisa de Joss era burlona y sus ojos empezaban a tornarse desafiantes-

Joss: oh vaya, deberíamos ponerle un pedestal al joven que ahora ha capturado el corazón del diamante mayor -dijo sarcástico- creo que he perdido mi lugar. Pero, afortunadamente para ti, tengo confianza en mi mismo para recuperarlo.

Tay lo volvió a golpear y la acción hizo que los dos cayeran al suelo, el sobre Joss, volviendo y sostener el suelo de su camisa. A diferencia de antes, comenzó a sentirse acalorado y agitado de sobre manera, Joss se dió cuánta del cambio que ocurría den Tay y lentamente subió sus manos, recorriendo lentamente las piernas de este, desde la rodilla pasando por los extremos hasta llegar a su cintura. La reacción de Tay fue nula, no se pudo mover o reaccionar a lo que estaba pasando.

Tay: ¿Qué...? ¿Que estás haciendo? -aflojo su agarre y respiró agitado ante el tacto-

Joss: no me digas que New, ¿No te ha tocado? -le sostuvo malicioso la mirada y dibujó círculos con las yemas de sus dedos sobre la tela que cubría su cadera-

Tay: - rápidamente se quitó de encima de el, sentándose en el suelo y tratando de controlarse a sí mismo- ¿Qué... Cómo es que me pusiste así? ¿Cómo...?

Joss: -se puso de pié y caminó hacia la puerta, cerrando la y colocándole seguro- ¿ El desayuno fue de tu agrado? -de nuevo, una sonrisa burlona apareció en sus labios-

Lo único que pensó el diamante mayor en ese momento fue un -oh oh- . El estado en el que lo había puesto el afrodisíaco que le había dado Joss era potente, y no se detendría hasta que desahogara todo lo que traía acumulado desde hace meses...

Continuará

Lost In The NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora