Second First Love | kth

7.

Capítulo 7
일곱 번째 장

Mina me había mandado a la tienda con una lista sumamente detallada. Aunque no habían más de veinte personas invitadas a la fiesta, había invertido mucho tiempo en planear el cumpleaños sorpresa de Jungkook. Quería que todo fuese exactamente como ella lo imaginó. Me recalcó más de una vez antes de salir que quería que los globos fueran exactamente del mismo rojo que la crema del pastel y que los vasos dijeran veintiuno en letra dorada.

Aún con la exigente lista, hice el mejor trabajo que pude en encontrarlo todo. Fui fila por fila en la tienda buscando los colores exactos de cada cosa. Después de casi una hora en la tienda, llegué a casa. Puse todas las bolsas de compras en una mano, saqué las llaves y abrí el portón.

— ¿Encontraste los vasos?—Mina preguntó tan pronto entré por la puerta, apagando la aspiradora que pasaba por la alfombra de la sala.

— Ahm... no, pero encontré estos.— saqué los vasos de una de las bolsas y se los enseñé. No eran exactamente los que había pedido, pero al menos iban con su—estricta—paleta de colores.

— Está bien, me imaginé que no los tendrían allí.— puso una mano en su cadera.— Oye, cuando Taehyung venga, ¿Puedes ayudarme a llenar los globos y ponerlos por ahí?

Parpadeé.— ¿Taehyung?

— Ajá.— una sonrisita traviesa apareció en su rostro.— Le dije que viniera a ayudar.

Dejé las bolsas y las llaves sobre la mesa de la sala.

— Ah.— asentí.— Pero podías decirle... no sé, a cualquier otra persona, como Jimin. El tenía la tarde libre.

— Podía, pero decidí decirle a Taehyung.— Mina se encogió de hombros.— Es nuestro amigo, ¿No?

Crucé los brazos sobre mi pecho y levanté una ceja.— Sé lo que estás haciendo.

Mina frunció el ceño, haciéndose la desentendida.— Um, ¿Qué estoy haciendo?

— Tu sabes lo que estás haciendo.

— No, de verdad no lo sé, lo siento.— sonrió y se volteó, volviendo a prender la aspiradora. Siguió limpiando la alfombra como si nada, ignorando completamente mi presencia. 

Rodé los ojos. Ya concluí que lo mejor que puedo hacer es ignorar el tema.

Subí a mi habitación y me cambié a una ropa más cómoda. Mientras ataba mi cabello en una coleta, le eché una mirada a la ventana, viendo la lluvia que comenzaba a caer otra vez. No había dejado de llover desde esta mañana.

Taehyung y yo tuvimos suerte de que se detuvo cuando fuimos a la universidad, pero tan pronto dejamos la moto en el estacionamiento y entramos al edificio, las gotas comenzaron a caer más fuerte.

— ¿Tienes una sombrilla? — me preguntó cuando íbamos por el pasillo después de salir de la cafetería, en camino hacia nuestra próxima clase.

Nos detuvimos frente a las puertas de cristal del edificio, esperando junto a otros varios estudiantes a que la lluvia se detuviera. Las nubes grises no parecían querer irse y la lluvia caía más fuerte con cada segundo. Lo miré y negué.— La dejé en casa, no pensé que llovería hoy.

El cielo había amanecido algo nublado, pero casi siempre era así en Seúl. Eran contados los días de cielo azul despejado.

Taehyung miró el reloj en su muñeca. — Vas a llegar tarde.

— ¿Qué hacemos?

Y lo que hicimos fue correr bajo la lluvia hasta el otro edificio.

Taehyung tomó mi mano entre la suya y ambos corrimos tan rápido como pudimos. Mi pie se deslizó en un charco y por poco caí, lo que hizo que Taehyung se riera a carcajadas, sus ojos grandes entrecerrándose y mostrándome su peculiar sonrisa. Se burló de mi hasta que llegamos a mi salón, ambos empapados de agua, nuestros zapatos chillando en el suelo del pasillo cada vez que dábamos un paso. Traté de mantenerme seria y parecer enojada, pero me resultaba imposible, más cuando el hacía todo lo posible por hacerme reír. Hablamos en el pasillo por varios minutos, porque aunque llegábamos juntos a la universidad y almorzábamos juntos también, los temas de los que hablar jamás parecían acabarse. Cuando el profesor finalmente llegó, se despidió, aunque veía en su rostro que lo menos que quería hacer era irse. Yo tampoco quería que se fuera.