Amargo Despertar

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Ambos se miraron a los ojos después de haber experimentado el sentimiento más hermoso y puro, el cuerpo húmedo de ambos temblaba, Candy se aferraba a su esposo como no queriendo separarse más de él, Terry recargo su rostro cansado sobre el pecho de su esposa, ella acariciaba su larga cabellera, enredándola en sus finos dedos mientras que con la otra mano acariciaba la espalda de él subiendo y bajando una y otra vez.

Terry – Te amo Candy – le dijo mientras disfrutaba el momento –
Candy – Yo también – le dijo mientras sentía aquel cálido cuerpo sobre el suyo, una de sus piernas se dejaba entre las sabanas –
Terry – Soñé tanto con este momento – le dijo al oído, entonces un pequeño sollozo se escucho – que pasa Candy – la miro, sus ojos estaban cerrados unas lágrimas resbalaban de ellos – porque lloras pecas – se sintió confundido –
Candy – Me has hecho la mujer más feliz del mundo – abrió los ojos – pensé que nunca estaríamos juntos – acaricio el rostro de él –
Terry – Pero nuestro sueño se cumplió – se quito de encima de ella y se acostó aún lado – no tienes porque llorar ahora seremos felices – la abrazo, Candy bostezo – duerme cariño que yo cuidare de tus sueños – le dio un beso en la frente, Candy comenzó a cerrar los ojos para caer en un profundo sueño, Terry intento dormir por largo rato pero no lo logro, eran más de las dos de la mañana cuando el frio comenzó a arreciar, Candy dormía profundamente mientras Terry recorría cada parte de su cuerpo, acaricio su cabello, luego su espalda hasta llegar a sus caderas, su mano subía y bajaba, por su mente pasaron miles de recuerdos dolorosos y gratos, Candy se estremeció, Terry sonrío al verla dormir, se puso de pie fue a buscar en edredón para cubrirla ya que él frio se sentía cada vez más, apago lo poco que quedaba de las velas para dejar el cuarto a oscuras, cubrió el cuerpo de su amada, un extraño presentimiento recorrió su cuerpo, miro la ventana, se dirigió a ella, abrió lentamente la cortina, sus hermosos ojos se quedaron pasmados al ver hacia afuera, una silueta se dibujaba debajo del farol que había frente a su casa, sus ojos se llenaron de enojo y molestia al encontrarse con unos ojos azul cielo, Terry cerró la cortina, miro a su esposa dormida, se puso su bata, salió de la habitación y bajo casi corriendo las escaleras, se dirigió a la puerta que llevaba a la calle, la abrió, el frío viento golpeo su rostro, la nieve caía estrepitosamente, se llevo una mano al rostro y miro a donde el farol, nada ni nadie estaba ahí, su corazón latía rápidamente, se quedo observando la calle pero parecía vacía acaso solo era un espejismo, "pero si era tan real", pensaba para sí, Terry se dio la vuelta y se metió a la casa, se cerró la puerta, sacudió la nieve que había en sus hombros, alguien le hablo –
Candy – Pasa algo – le dijo desde arriba –
Terry – Pensé que dormías – le dijo sorprendido al verla –
Candy – Que hacías en la calle – le cuestiono mientras bajaba las escaleras –
Terry – ¡Eh! – Se quedo pensativo, no le diría que vio a Richard parado afuera de su casa – baje a tomar un vaso de agua y se escucho que golpearon la puerta – le dijo para escudarse –
Candy – Ven a dormir – le dijo algo adormilada, Terry se dirigió a donde ella –
Terry – En verdad quieres dormir – le dijo mientras rodeaba su cintura con sus brazos –
Candy – Acaso no estás cansado – se rio mientras él la sujetaba con dulzura –
Terry – Para amarte jamás – comenzó a besarla tiernamente –
Candy – Terry por favor – dijo entrecortadamente, Terry la guio nuevamente a la recamara entre besos apasionados llegaron a la alcoba, ni siquiera se molestaron en cerrar la puerta ya que se sabían solos, así que comenzaron a amarse nuevamente –

Eran más de las diez de la mañana cuando Terry comenzó a abrir los ojos, su rostro estaba lleno de satisfacción, irremediablemente comenzó a buscar a su lado aquel suave y cuerpo perfecto, se sobresalto cuando sintió su cama vacía sus ojos comenzaron a buscar a su alrededor, al mirar en el diván un vestido de novia estaba ahí acomodado junto a su frac, supo que no había soñado, era una realidad ella era su esposa, aventó el edredón que lo cubría, el rastro de un virginal cuerpo había quedado impregnado en ellas, el se quedo pensativo, sonrío, se puso su pantalón de la pijama, sus pantuflas y su camisa, salió del cuarto y bajo las escaleras, buscaba a su esposa, miro el comedor la mesa estaba puesta, se dirigió a la cocina, ahí parada con un vestido azul cielo estaba su esposa, preparando el desayuno.
Terry – Porque no me despertaste – la sujeto de la cintura, ella se sorprendió al sentir los brazos de él –
Candy – Te veías tan cansado – le dijo mientras sonreía –
Terry – Huele bien – le dijo al ver la comida –
Candy – Gracias – siguió en lo suyo –
Terry – Me gustaría que despertaras a mi lado siempre – le dijo al oído – por qué me dejaste solo en la cama – le recrimino –
Candy – Porque alguien tenía que hacer el desayuno – le dijo, Terry se quedo callado –
Terry – Me estas culpando – la miro –
Candy – Fuiste tú quien no quiso gente del servicio – le guiño el ojo –
Terry – Me reprochas – enarco una ceja algo molesto –
Candy – Claro que no – le dio un tierno beso – de hecho te lo agradezco – Terry la miro – me regalaste la noche más bella de mi vida – lávate las manos y siéntate ya está listo – le dijo mientras terminaba de cortar el pan, Terry la miro maravillado, no podía creer tanta felicidad, tanto amor, que por fin todos su anhelos se vieran realizados, pero había algo que lo inquietaba y una sola pregunta pasaba por su mente ¿Qué demonios hacia Richard afuera de su casa? –

Candy candy temporada 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora