Declaracion De Guerra Continua

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Laureen – Emily cierra la puerta – dijo desde interior, Terry alcanzo a ver sobre los hombros de la chica el rostro frio de Laureen, la chica bajo la cabeza y comenzó a cerrar, pero Terry la detuvo poniendo su mano –
Terry – Necesito hablar con Candy – se dirigió a Laureen –
Laureen – Emily hazlo pasar – se dio la vuelta, la chica abrió la puerta, Terry entro, miro el actual hogar de Candy – retírate – le ordeno a la chica –
Emily – Le ofrezco algo – se dirigió a Terry –
Laureen – El joven – lo dijo en modo despectivo – no se demorara mucho – lanzó una mirada retadora a la chica –
Emily – Con su permiso – se retiro –
Terry – Gracias por recibirme – le hablo amablemente – yo quiero hablar con… – Laureen lo interrumpió –
Laureen – Porque no deja en paz a mi hija – lo miro desafiante – acaso no le parece suficiente todo el mal que le ha hecho – Terry quiso responder pero sentía que estaba atado de manos –
Terry – Deje que le explique – intento sonar tranquilo –
Laureen – Porque tenía que ser precisamente usted – apretó los labios – no se conforma con lo que le hizo a mi hijo, si no que ahora también se ensaña con mi hija – le reclamo –
Terry – Yo… – no sabía que responder –
Laureen – Guárdese sus explicaciones, usted no tiene nada que venir hacer aquí – los ojos de Laureen se volvieron tan fríos como los de Isaac –
Terry – Se equivoca – dijo determinante – yo estoy aquí porque AMO a Candy y no pienso renunciar a ella – se veía firme ante su postura –
Laureen – Pues creo que perderá su tiempo – se acomodo un rizo negro detrás de la oreja – mi hija ya no tiene ningún interés en saber de usted – lo dijo muy segura –
Terry – Eso no lo puede decir usted – Laureen lo miro desafiante –
Laureen – Pues creo que mi hija ya lo ha dejado claro – Terry apretó los labios de coraje –
Terry – ¿Qué quiere decir con eso? – no le gustaba el modo en que Laureen decía las cosas –
Laureen – Simple y sencillamente que mi hija reanudo su relación con Richard Brower – Terry abrió los ojos de la impresión al saber esa noticia –
Terry – Miente – apretaba sus puños con fuerza –
Laureen – Entiéndalo de una vez – dijo más tranquila – mi hija no es para usted, ella merece a un hombre que la quiera, que no la haga sufrir, creo yo que Richard es el hombre indicado – Terry intento calmarse – no quiero ser grosera con usted pero si es el único modo en que dejara a mi hija en paz se lo diré – Terry la miro tristemente – usted no es bienvenido en mi familia – Terry sintió como si hubieran golpeado su estomago, Laureen toco una campanita, Emily apareció de inmediato – El joven ya se va – Terry se marcho tragándose su orgullo, quiso decirle tantas cosas a Laureen pero no se atrevió, no quería más obstáculos para reconquistar a Candy, aun que ahora sabía que había uno que lo haría más difícil –

Candy caminaba por el pasillo junto con Isaac, el chico se encontraba muy contento de poder trabajar junto con su hermana como lo hacían en París, no pudo evitar sonreír al recordar eso mementos, llegaron hasta la sala de enfermeras, ya se habían presentado con el Doctor Leonard, muchas de las enfermeras miraban lo buen mozo que era el Doctor Veruck.

Candy – Sera mejor que te vayas a trabajar – le dijo en cuanto llegaron hasta la puerta –
Isaac – Extrañaba esto – le dijo sonriente –
Candy – Me lo imaginaba – también sonrío, abrió la puerta entonces sus ojos verdes se abrieron al ver quien estaba ahí – no puede ser –
Isaac – ¿Qué haces aquí? – también estaba sorprendido –
Candy – Por dios – sus ojos se llenaron de lágrimas – Eugénie – corrió a abrazar a la chica –
Eugénie – Hola Candy – respondió de la misma manera, Eugénie era unos años mayor que Candy, de piel blanca, ojos aceitunados y cabello rojizo, era una chica muy bella se gano la amistad de Candy ya que fue la que más la apoyo en su estancia en París –
Candy – Me alegra tanto verte – se limpio los ojos –
Isaac – A mi también – la saludo –
Eugénie – Como le va Doctor – lo saludo –
Candy – Porque tienes puesto el uniforme del hospital – le dijo en cuanto la observo bien –
Eugénie – He venido a trabajar – Candy sonrío –
Candy – Que gusto me da – la volvió a abrazar –
Isaac – Que bien – miro su reloj – Candy me tengo que ir –
Candy – Esta bien, te veré en la comida – tomo aire –
Isaac – Necesito ver quien será mi asistente – le explico –
Eugénie – Candy creo que también me voy a trabajar – le dijo – no quiero que mi jefe se moleste conmigo – le guiño un ojo –
Candy – ¿Cómo? – Eugénie e Isaac se miraron en complicidad – así que tu lo sabías – Isaac le sonrió –
Isaac – Eugénie hay que ir a trabajar – la chica se dirigió a la puerta –
Eugénie – Te veré después – le dijo adiós con la mano –
Candy – Que felicidad – se dijo así misma mientras se llevaba las manos al pecho, Candy se quedo pensando en lo feliz que era en ese momento, sentía que tenía todo lo que deseaba, se acerco a la ventana, acaricio el vidrio con una mano, sabía que solo había algo que faltaba para completar la felicidad que sentía, pero que eso que complementaba su felicidad se había quedado en Nueva York –

Candy candy temporada 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora