perdoname...

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Isaac – Nos vamos – le dijo pero ella no respondió, él la miro y se dio la vuelta –
Candy – Isaac perdóname – Isaac se detuvo – no debí meterme en tu vida – él se paro junto a ella –
Isaac – Te perdono si tú me perdonas – también se disculpo – no debí hablarte de esa forma – miraba hacia el frente – nos vamos – le volvía a decir –
Candy – Quiero caminar – le explico –
Isaac – Esta bien – no le replico – solo anda con cuidado – toco su hombro –
Candy – Te quiero – Isaac se quedo quieto –
Isaac – Yo también – la soltó y se fue, Candy camino en dirección contraria a la de su hermano, deseaba despejar su mente, no supo en qué momento pero llego al centro de la ciudad, pensó en ir a ver a Albert pero era demasiado temprano, mientras unos metros adelante unos jóvenes salían de un restaurante –
Eurídice – Muchas gracias por invitarme a desayunar –
Richard – Tenemos muchas cosas que hacer – le explicaba mientras sonreía –
Eurídice – No sabes cuánto te agradezco todo esto – bajo unos escalones –
Richard – No tienes por qué dar las gracias – ella se detuvo para quedar frente a él – tenemos que apresurarnos porque ya debe estar esperándonos – le dijo, en ese instante un hombre paso corriendo entre la gente empujando a la bella dama que termino en brazos de Richard sus rostros quedaron peligrosamente cerca, Eurídice lo miro algo aturdida mientras que él no pudo evitar el sonrojo en sus mejillas, Candy levanto la mirada, sus ojos verdes se quedaron fríos al ver que a unos pocos metros de distancia estaba Richard abrazando a una hermosa mujer, una mujer que ya había visto antes, en ese instante Richard sintió algo extraño, como si alguien lo observara, giro un poco su cabeza, sus ojos azules parecían haber vuelto a tomar vida, ahí estaba ella –
Eurídice – Te pasa algo – se alejo de él, Richard volteo a verla –
Richard – No – y regreso la mirada pero ella no estaba –
Eurídice – Parece que viste un fantasma – dijo ante la actitud de él –
Richard – Creo que así fue – contesto mientras se estiraba cual largo era, para ver si podía ver a donde se había marchado Candy, a lo lejos vio una rubia y rizada cabellera perdiéndose entre la gente –
Eurídice – No vamos – Richard se mordió el labio –
Richard – Claro – le dio el brazo y se dirigieron a las oficinas de Albert –
Eurídice – Que fue lo que paso – dijo mientras caminaban –
Richard – Nada – se notaba entristecido –
Eurídice – Sigues pensando en esa chica verdad – dijo como afirmación –
Richard – No quiero hablar de eso – torció el gesto –
Eurídice – Lo siento – vio la incomodidad en el rostro del chico – entonces crees que le agrade al Sr. Andley – le cambio el tema –
Richard – Yo creo que si – es una buena persona, no fue muy difícil convencerlo de que eres una gran abogada – sonrió –
Eurídice – Me costó mucho trabajo terminar los estudios, la gente no cree que una mujer pueda con asuntos legales, hasta los mismos profesores decían que solo estaba perdiendo mi tiempo, que debería dedicarme a aprender se una buena esposa – dijo molesta –
Richard – El Sr. Andley no es así – le aseguro –
Eurídice – Estoy nerviosa – tomo aire –
Richard – Todo saldrá muy bien – dijo para tranquilizarla – bien hemos llegado – se detuvo en un edificio –
Eurídice – La hora de la verdad ha llegado – se introdujeron al edificio, subieron el elevador, cuando llegaron Albert ya los esperaba junto con Archie –
Albert –Hola Richard – se dirigió hacia donde él chico, Archie estaba de espaldas –
Richard – Hola – Albert miro a la hermosa chica – ella es de quien tanto te hable – Eurídice él es Albert Andley – ella le dio la mano –
Eurídice – Mucho gusto – dijo en una angelical voz –
Albert – Mi sobrino Archie nos espera – les señalo a donde el chico – Archie quiero presentarte a alguien – Archie volteo, sus ojos cafés quedaron impactados al ver la belleza de la chica – ella es Eurídice trabajara con nosotros al igual que Richard –
Archie – Mucho gusto – dijo embelesado –
Eurídice – Un placer – le sonrío –
Albert – Pues pongámonos a trabajar – le dijo a los tres – si vienen a buscarme estaré en la sala de juntas – le dijo a la chica en la recepción –
Eurídice – Richard te quedaras ahí – él reacciono –
Richard – No, perdón – se disculpo por su distracción, pero no podía dejar de pensar en Candy, después de mucho tiempo y de estarla evitando verla cada que viajaba a Chicago se volvían a ver, el sonrió –
Eurídice – De que te ríes – le dijo al ver su rostro –
Richard – Nada, no es nada – nuevamente se dibujo una sonrisa en su rostro –

Candy candy temporada 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora