8.- Aliados

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- ¡Está bien, vamos!- Dijo Dean, abriendo la puerta del Impala, acción que imitaron los demás. Caminaron hacia la casa liderados por Rosalee. Dentro, el ambiente era acogedor, el fuego crepitaba en la chimenea y el olor a manzana inundaba el lugar.

- Mi nombre es Adalind Burckhardt- Señaló la mujer rubia que habían visto al llegar -. Soy la esposa de Nick.-

Los hombres realizaron las presentaciones para luego sentarse en la sala, Rosalee fue la primera en hablar.

- ¿Con que cazadores?- Dijo la mujer -. Había oído hablar de ustedes, pero nunca había conocido a uno.-

- Pues sí- Sam sonrió de medio lado -. Nosotros no habíamos oído acerca de los Grimm.-

- ¿Cómo es que funciona toda esta historia? ¿Trabajan juntos? ¿Nick es policía?- Dean no pudo parar a su lengua, bombardeando a la mujer con preguntas. En ese momento, Adalind y Monroe les sirvieron café y Pie a todos, que agradecieron con una sonrisa; especialmente Dean quien comenzó a comer de inmediato, sin despegar los ojos de la mujer, aguardando las respuestas.

- Dejenme explicarles- Señaló Rosalee, quien había tomado el papel de ser la mediadora e informante -. Nick tiene una habilidad especial de ver los rostros de las criaturas, o wesen, como les llamamos nosotros, aún cuando los oculten al resto de los humanos. Este don ha sido heredado de su madre y durante generaciones. Además posee la capacidad de aprender rápido destrezas físicas, eso sin contar su entrenamiento como policía. - La mujer hizo una pausa viendo como su esposo se sentaba a su lado-. Trabajamos con Nick desde hace varios años, ayudándolo con las criaturas; ya sabes, sus debilidades y fortalezas.-

- Además- Monroe habló despacio acariciando la mano de su mujer-. Somos una familia, una muy extraña debo decir.- A lo que Adalind, Rosalee y Juliette rieron-. Pero nos amamos y protegemos.-

- Eso es verdad- Añadió Juliette -. Hemos pasado por mucho, juntos.-

- Ahora, podrían hablarnos de ustedes... Si quieren- Dijo Adalind.

- ¡Ufff!- Sam sonrió y se pasó una mano por el cabello -. La historia es larga. - Dean asintió aún con la boca llena de pie -. Dean y yo somos hermanos, y hemos sido cazadores desde muy temprana edad. - Explicó su larga historia a grandes rasgos a los presentes-. Hemos combatido toda clase de criaturas, y hemos hecho amistad con algunas otras también, debo decir.-

- Lo más importante -Dijo Dean de pronto -. Es que hemos salvado al mundo en un par de ocasiones. - Todos lo miraron extrañados, Dean se encogió de hombros, restándole importancia -. Ya saben, de demonios y ángeles peleando por la atención de Dios, cosas así. -

- ¿Ángeles? ¿Demonios?- Preguntó Rosalee.

- Yep- Dijo Dean con suficiencia.

- Pero eso no existe. - Juliette se cruzó de brazos exultante.

- Bueno- Habló Gabriel-. Debo discrepar con usted señorita. - Acto seguido, se puso de pie y en un despliegue de luces y sombras, enseñó sus alas a los presentes, que quedaron con la boca abierta, impresionados y asustados, a partes iguales.

- ¿Eres un ángel?- Monroe se afirmaba del borde del sillón, como si en cualquier momento fuese a saltar sobre Gabriel.

- Un arcángel- Corrigió Gabriel, sentándose nuevamente -. Mi hermanito, aquí presente- Señaló a Castiel-, es un ángel. -

- No lo sabíamos- Juliette habló despacio.

- Bueno pues yo... -Adalind hizo un gesto de culpabilidad -. Yo lo sabía. - Sus amigos la miraron entrecerrando los ojos -. De la existencia de los ángeles, pero jamás había visto uno, pensé que estaban extintos, o en el cielo. -

No soy la chica que tu creesWhere stories live. Discover now