Sam abrió los ojos como de costumbre, a las 7 de la mañana. Por más cansado, molido, derrotado o vencido que estuviera, su cuerpo tenía un reloj biológico preciso, cada día despertaba al nacer el alba, y siempre (bueno casi siempre) con energía y buenas vibras.
Al incorporarse en la cama, se sintió algo extraño, mareado y con náuseas. Nota mental, no acompañar a Dean a ningún club, ¡nunca más! Se dijo a sí mismo y se levantó despacio con rumbo al baño. Al pasar por el dormitorio de su hermano este roncaba, el cobertor sobre su cabeza, sólo sobresalían un par de cabellos que le indicaban que estaba ahí. Sonrió y recordó lo animado que Dean estaba la noche anterior con su compañía, y si ver a su hermano feliz valía una resaca de puta madre pues bueno, Sam tenía claras sus prioridades.
Al llegar al baño, se desperezo un poco y acercándose al retrete, levantó la tapa... Y eso fue todo... Un grito agudo, dos octavas más altas que un pito de árbitro salió de su pecho: ¡¡¡¿¿¿Dónde está???!!! Grito a todo pulmón... Desesperado, Dean llego al baño casi de inmediato apuntando su pistola por doquier. Eso fue peor, ahora ambos gritaban sin parar y se miraban con asombro... ¡no! Con miedo, se miraban con miedo.
-Sam, hermano ¿qué te ha pasado?- Dijo Dean en una voz que no era la suya, cubrió su boca con ambas manos.
-¿A mí?- Dijo Sam tan agudo como una soprano.
Y despacio ambos se acercaron al espejo.
-Esto no está bien... No, no, no, no... Esto apesta - Dijo Dean histérico.
La imagen que les devolvía el espejo era la de dos bellas chicas, una castaña de pelo largo y lacio, hasta la cintura. La otra una rubia de pelo corto y ojos verdes muy chispeantes.
-Pero cómo es esto siquiera posible Dean? Sam tocaba su rostro como si así volviese a cambiar en el de siempre.
Dean solo se miraba, sin hacer nada; ojos muy abiertos y expectantes. Lo primero que hizo fue agarrar su bubbies y estrujarlas.
- ¡Ay! Esto duele - dijo sin quitar las manos de donde las tenía.
Luego se dirigió a su trasero, redondo y torneado e hizo una mueca de agrado en el espejo, pero al guiar sus manos hacia adelante fue cuando casi sufre un colapso.
-¡Sammy, no tengo pito! ¡Alguien se llevó mi polla hermano! ¡Malditos hijos de las mil perras! ¡Quien hizo esto va a sufrir...oh sí! Va a sufrir mucho.
El rostro de Dean, bueno de la chica del espejo mostraba una mueca fiera y salvaje, como la que Dean siempre ponía cuando estaba furioso.
Cuando ambos hermanos, hermanas...se hubieron calmado, se sentaron en la sala para analizar la situación.
-¿Qué crees que nos haya pasado Sam? - Dean rascaba la parte de atrás de su cabeza mientras hablaba, un gesto que denotaba ansiedad.
- No lo sé- Sam se estrujaba la cabeza por recordar algún detalle de la noche anterior, pero todo estaba tan borroso, muchos shots de tequila - Bebimos demasiado Dean, me cuesta reconstruir la noche, incluso como llegamos a casa. Recuerdo que Cas estaba con nosotros.
-Es verdad, ¿Dónde estará Cas? Estaba con nosotros y dijo algo acerca de tener que ir al cielo, entonces desapareció de mi vista- Dean intentaba recordar con todas sus fuerzas, pero tal como Sam mencionaba, no podía recordar cómo llegaron al hotel, ni si habían estado con otras personas.
-Está bien Sammy, trataremos esto como si fuese un caso. Que es lo último que recordamos.
- Bueno, te recuerdo bebiéndote tres shots de tequila a un mismo tiempo y diciéndome que eras invencible, que ni siquiera Crowley podía competir contigo cuando de beber se trataba. Luego subiste al escenario y cantaste una canción de amor, en realidad lo hiciste muy bien hermano, cantaste con mucho sentimiento- Sam se reía entre dientes
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No soy la chica que tu crees
FanficSam y Dean, son ahora Samantha y Deanna. No saben por que, no saben cuando, ni saben quien lo hizo. Lo único que saben, es que cazar monstruos es una cosa fácil, al lado de enfrentarse a la vida de una chica. ATENCIÓN SPOILERS Historia ambientada e...